Ir al contenido principal

CUANDO HARRY ENCONTRÓ A IRENE


Harry Callahan es un policía expeditivo, empeñado en quitar de la circulación a los delincuentes, y por eso se sulfura cuando el fiscal del distrito pone en libertad al sádico asesino que acaba de detener por medio no muy ortodoxos. Este es un «hombre de paja» de libro: Don Siegel presenta al espectador a un asesino tan desaforado, y un sistema legal tan ineficaz –la culpabilidad del asesino es indiscutible, puesto que ha revelado donde está el cuerpo de la niña- que lo lleva a pensar que es mejor saltarse minucias tales como las garantías procesales. Por eso es exagerado llamar –como hicieron algunos- «fascista» a la película, pero no cabe duda de que contiene un mensaje iliberal. O populista si prefieren, puesto que explota y aprovecha la alarma social para sugerir que ciertas instituciones de la democracia liberal son estorbos prescindibles. En sus Meditaciones de cine Tarantino explica que la película llegó en un momento en que la generación que había hecho la guerra no reconocía a su país. El crimen había aumentado, había asesinos en serie como el del Zodiaco, y todo estaba lleno de hippies que no sólo eran vagos e irreverentes, sino ocasionalmente también asesinos. Y luego estaban los Panteras Negras, que esos sí que acojonaban: recuerda Tarantino que los asaltantes de banco negros que Callahan despacha displicentemente -con la boca llena del perrito que se estaba zampando- parecen haberse vestido en la sección Black panther de unos grandes almacenes. En resumen, Harry el Sucio era exactamente lo que estaban esperando.

En fin todo este rollo es para comentar que el desmantelamiento del estado de derecho siempre viene precedido por la histeria social, que el desmantelador se apresura a atizar. La alarma que propicio la Ley del Sí es sí fue el caso de la Manada, que permitió a la Ministra Montero la creación de otro espantapájaros según el cual al código penal español se la bufaba el consentimiento de la mujer, y por eso a Irene –como a Harry- garantías tales como la presunción de inocencia le parecían penosos estorbos. A partir de ahí –en una sucesión de chapuzas- desarrolló su particular visión detallada ayer mismo por Victoria Rossell: las penas al violador no sirven de nada porque «individualizan el problema». De lo que se trata es de culpabilizar a media sociedad –concretamente, la que Montero y Rosell señalen- porque, recuerden, vivimos en una sociedad machista que practica la «cultura de la violación». A fin de cuentas «el violador eres tú». Es una vuelta desde la responsabilidad personal a la colectiva, en la que el delito de un hombre contamina a todos ellos, y si no entienden a primera vista que esto es un retorno desde la civilización a la barbarie sustituyan «hombre» por «negro» o «judío».

En la segunda entrega de la serie Harry Callahan se enmendó a la totalidad. Harry el Fuerte -que así se llamaba en ese momento- luchaba contra una banda de policías que en sus ratos libres eliminaban criminales de forma extrajudicial. Es decir, Harry el Fuerte luchaba contra Harry el Sucio. No parece probable que Montero, Rosell y la jovial Pam vayan a experimentar un proceso de conversión similar, pero cosas más raras se han visto.

Comentarios

Bruno ha dicho que…
Tan probable como que aparezca un macho poniendo una denuncia a una mujer por acoso o agresión sexual. Y que le hagan caso y detengan a la hembra por tocona.
Los roles están establecidos. Las hembras se comportan como excitantes señuelos que incitan a los machos a olisquear y luego a tocar y tocar.
Esa costumbre, instinto de la naturaleza, la conocen los que dirigen a esa pareja obsesionada.Y por eso cuentan con que sólo hay un sí y no el otro sí. El sí de una mujer que siempre dirá no para elevar su poder y estar a cubierto.
La salida a todo eso es el onanismo, la abstinencia, el transismo o la orgía pública. El ágora del consentimiento donde todo se hará a la vista y no habrá dudas sobre el sí.
Estas mujeres han puesto a su luz lo que siempre ocurre a oscuras.
viejecita ha dicho que…
Tres veces he venido a leer este hilo suyo, Don Navarth. Y cada vez tenía un título nuevo.
Este último título es el mejor, de momento.
Y sí, Harry el Sucio detenía al malo malísimo saltándose las reglas. Pero es que era era el malo malísimo. Y había pruebas de ello.
Irene, lo que pretende es decidir quienes son los malos malísimos, así, por que sí. Y según ella lo son todos los señores. Y las señoras son todas santas de canonizar, y víctimas por ser señoras. Y sólo a ellas hay que creerlas cuando acusan. Aunque acusen sin pruebas, y cuando las pruebas las señalen a ellas.
Y esto es bastante peor.
Goethe ha dicho que…
Me parece muy acertado llamar iliberal a Harry el Sucio. Yo nunca le he visto como fascista, pero es que hoy llaman fascista a cualquier cosa. Su colaboración de hoy y la de D. Parmenio hoy a las 9.55 van en la misma dirección y es de lo más brillante pues destripan lo que se oculta tras una falsa apariencia de justicia: la condenación de la parte de la sociedad enemiga y el desprecio por cualquier iniciativa individual. Ese es el problema.
Bruno ha dicho que…
Los progres denominan fascista al que quiere pocas leyes, permanentes, que se cumplan para todos igual. Pocas bromas.
Los progres lo que quieren son leyes nubosas que no siempre se apliquen y tampoco de la misma forma. Cachondeo. Arbitrariedad. La ley para el enemigo.

Entradas populares de este blog

LA INAUDITA HISTORIA DE LOS BEBÉS ROBADOS

« Es lamentable la falta de interés de la justicia y de la derecha para que haya mecanismos para reparar estos delitos de lesa humanidad . El PSOE debe sumarse a este esfuerzo ». Los delitos de lesa humanidad a los que se refiere Enrique Santiago son los «bebés robados» del franquismo, y el esfuerzo que requiere del PSOE es seguir adelante con la proposición de ley presentada en 2020 en Cortes por ERC, PSOE y Podemos, Bildu y Baldo(ví), y que lleva atascada desde entonces. La exposición de motivos de la empantanada iniciativa nos cuenta esta historia. Queridos niños… « Durante décadas, y hasta etapas muy próximas, en España se ha producido, amparada en la impunidad, una de las mayores atrocidades que ha vivido nuestro país. Un número inmenso de niños fueron sustraídos en cárceles, clínicas y maternidades, y sus familias biológicas siguen sin saber su paradero a día de hoy ». No me dirán que no es una historia tremenda, y que la desolación de Enrique Santiago no está justificada. Se tr

VIERNES DE SEXO (10) (THIS IS THE END, MY FRIEND)

  Las dos primeras décadas de este siglo han presenciado cambios notables en la actividad sexual de los hombres. Un estudio de Peter Ueda expone que el porcentaje de estadounidenses entre 18 y 24 años, que reportan no haber mantenido relaciones sexuales en el último año, ha ascendido del 19% al 31% , y otras encuestas indican que -en ese mismo periodo- el porcentaje de hombres que llegan vírgenes a los 30 años ha subido del 8% al 27% . Estas tendencias –que se repiten en otros países- afectan abrumadoramente a hombres de bajo estatus, y no se repiten en mujeres, lo que indica –para empezar- que algunos hombres están follando más. ¿Qué está ocurriendo? Los sospechosos habituales son las redes sociales y el porno, pero no parece que, ni remotamente, la respuesta se encuentre allí.  Las apps de citas proporcionan datos interesantes.  - Ordenados en función de su atractivo para el otro sexo, el 20% de los hombres más deseados acapara la atención del 80% de las mujeres. Esto presenta un pa

ISRAEL Y EL DILEMA DEL TRANVÍA

Seguro que han visto mil veces el dilema: un tranvía circula sin frenos por una vía en la que hay tres personas despistadas. Sin embargo usted, que por alguna razón misteriosa maneja un cambio de agujas, puede desviarlo a otra vía donde también hay una persona despistada, pero sólo una. ¿Qué hacer? Este es el dilema favorito de los utilitaristas: si en una vía hay 3, y lo desvío a otra donde hay 1, ahorro 2. Perfecto, dilema moral resuelto y a otra cosa. Es una forma de cálculo satisfactoria para los totalitarios. Primero porque elude ciertos juicios morales previos (¿por qué circula el tranvía?; ¿por qué están ahí las personas?) pero sobre todo porque convierte a los humanos en números, que son más fáciles de manejar (¿qué importan unos millones de muertos actuales cuando está en juego la felicidad de todo el mundo en el futuro?) No es de extrañar que esta doctrina moral fuera desarrollada, con su mejor intención, por Jeremy Bentham, que al parecer sufría serias deficiencias en su