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Mostrando entradas de octubre, 2013

EPÍLOGO: DE SABINO A KRUTWIG

Para terminar este recorrido parece conveniente mencionar el hilo que conecta el odio racial sembrado a conciencia por Sabino con la organización criminal que lo llevará a la práctica. Y para ello traemos a un curioso ideólogo: Federico Krutwig (1921-1998). De ascendencia vasco-alemana, en 1963 escribe Vasconia [1], un libro que para algunos autores representa un aporte ideológico fundamental para ETA en el momento de su nacimiento [2]. Lo realmente interesante de Krutwig es que permite observar con total nitidez cómo son las emociones las que determinan la acción, y las ideologías meras racionalizaciones sujetas a la moda del momento. Las teorías de Sabino y Krutwig parecen muy diferentes, pero la xenofobia subyacente se percibe idéntica. Sencillamente las justificaciones racistas de Sabino dejan de ser admisibles en la Europa posterior a Hitler, y Krutwig se ve obligado a pergeñar las suyas propias. El resultado es una empanada marxista-anarquista de difícil digestión, basada en

AMOR Y ORGANILLOS

  En general Sabino no tiene una gran opinión de las mujeres: ”La mujer, pues, es vana, es superficial, es egoísta, tiene en sumo grado todas las debilidades propias de la naturaleza humana: por eso fue ella la que primeramente cayó. Pero por eso precisamente de ser inferior al hombre en cabeza y en corazón, por eso el hombre debe amarla: ¿qué sería de la mujer si el hombre no la amara? Bestia de carga, e instrumento de su bestial pasión: nada más. La mujer necesita de la protección del hombre, de su tutela; como el hombre necesita de la compañía de la mujer.” Pero en 1899 se echa novia. La elegida, Nicolasa de Achicallende, reúne muchos méritos para haberlo cautivado. Para empezar es una aldeana. Sabino, admirador del Peru Abarca [1] de Juan Antonio Moguel sabe que en el campesino vasco permanecen intactas las virtudes no corrompidas de la raza. Además es de Busturia, lugar de nacimiento de Jaun Zuría, el héroe vizcaíno que les dio una buena lección a los leoneses/

SABINO, LA EPICA Y LA LIRICA

  LIBE.- (Con dulzura) Florecillas puras y olorosas, ¿para quién tan lindas? ¿A quién ofrecéis vuestro suave aroma y vuestras galas? Vosotras amáis ¿no es verdad? (Interrumpiendo el riego, medrosa y pensativa.) ¡Ay! También yo... siento no sé qué... que nunca he sentido... En 1902 Sabino escribe Libe , un melodrama sobre la batalla de Munguía (una de las ‘cuatro glorias’ de Bizcaya por su independencia ) que publica en 1903 en castellano bajo el seudónimo de Jelalde . La acción se desarrolla en 1471, y la protagonista es Libe, hija del señor de la vizcaína torre de Bilala. Es pretendida por Andima, otro aguerrido vizcaíno, pero no ha tenido mejor ocurrencia que enamorarse del Conde Don Diego, un españolazo al servicio del Conde de Haro. Desde el comienzo Libe, y el propio Don Diego, no dejan de percibir a dúo que su amor es un disparate: LIBE.- ¡Puro sueño! ¡Es extranjero! ¡Puro sueño! / DON DIEGO.- ¡Suerte cruel! ¡Ser extranjero! ¡Suerte cruel! Obsérvese la asimet

TROLERIAS

Filología vasco-mariana El 15 de junio de 1900 Bilbao celebró como pudo el VIº Centenario de su Carta Puebla. A remolque del evento, Nuestra Señora de Begoña, que tampoco vivía su etapa más boyante, tuvo su Coronación oficial el 8 de septiembre. La Virgen de Begoña había sido, a la disolución del antiguo régimen, una de las mayores fortunas de Vizcaya. Begoña fue entonces plata maciza, y de ahí para arriba. Pasaron luego las hordas galas, la republicana y la napoleónica, las hordas carlistas y liberales, la horda bancaria hipotecaria (para techar y apuntalar tanta ruina)…  Un cabildo begoñés en quiebra, pero con aldabas en Roma, discurre aprovechar el 1900 para obtener del papa una coronación canonica (en regla) de la Andra-Mari Begoñacua . Los nuevos ricos bilbainos, la burguesía ‘fenicia’ tan denostada por Sabino, no se volcaron. La Corona magnífica fue costeada, según trascendió, por una tal Sra. de García (Dª. María Aguirre), que puso su joyero personal en manos del joy