Un sesudo análisis de Tinder nos muestra alguna disfunción en el mercado del apareamiento, concretamente que se ha convertido en un monopolio de los hombres de alto nivel. Hasta mediados del siglo pasado la cosa era bastante más estable, y todo roto tenía bastantes posibilidades de encontrar un descosido. Pero el acceso de las mujeres al mercado laboral -que aunque Montero no lo sepa se consiguió hace décadas- ha reducido drásticamente el número de candidatos de mayor status que ellas. Y esto, a su vez, tiene dos consecuencias: una competencia feroz entre mujeres -que provoca el abandono del mercado por un cierto número de ellas- y –más dramático aún- la expulsión del mercado de un significativo número de hombres de status inferior. Ustedes tal vez crean que todos esto es una broma, pero los datos son tozudos. Y las consecuencias también, y no sólo por los efectos en una natalidad ya muy menguada: un hombre privado de la posibilidad de emparejamiento y reproducción tiende a la inestabilidad y a adoptar estrategias vitales más extremas. Los psicólogos evolutivos incluso le han dado un nombre: «crazy bastard strategy». Y es que para entender la sociedad, las relaciones humanas y desde luego la política es importante escuchar lo que tienen que contarnos los estudiosos de la evolución. No es que seamos robots, pero la evolución proporciona nuestra materia prima, los materiales con los que estamos construimos. Por eso Nicholas Christakis llama «Planos» (Blueprint) a su último libro. Escúchenlos pero no se vuelvan locos, que el asunto es de una complejidad tremenda y las posibilidades de acabar soltando una chorrada son ilimitadas.
Otra vía para soltar gansadas sin restricciones es la opuesta: no leer nada en absoluto y reducir toda la complejidad de la realidad a un relato apto para ser comprendido por los niños de diez a doce años, como los juegos de Educa. Esta es la estrategia adoptada por el Ministerio de Igualdad, que ha reducido los blueprints de la sociedad a un único trazo: el machismo estructural. Esta simplificación, que sería de agradecer en los muebles de Ikea, no es muy prometedora para quien redacta el BOE, y así nos va. En fin, que un Ministerio del Gobierno de España cree haber descubierto –al margen de la evolución- el resorte definitivo, la fuerza oculta que nos controla y nos convierte en marionetas manejadas por una sola cuerda. Equivalente –aunque simplificado porque la sociedad se ha infantilizado un poco- al demiurgo de los gnósticos o a la conciencia de clase de los marxistas, el machismo es la explicación definitiva, el truco final. Pero en realidad a lo que más recuerda es a los conjuros con los que los niños aspiran a controlar una realidad que no entienden y temen. Montero dice «Machismo» y los fachas vuelan por los aires como si fueran Dementores. ¿Cómo no va a estar contenta si se divierte, y encima le pagan? A ella y a sus numerosas amigas.
Pero ahora el mismo BOE de Montero ha emitido una cosa que resulta un poco contradictoria con todo este esquema. Resulta que el machismo, la sombra maligna que oscurece el mundo, es fácilmente desactivable. Incluso alguien tan tonto como un niño de 12 años puede acudir a un Registro, declararse mujer y de un plumazo ¡hop! liberarse –y liberar al mundo- de la terrible opresión heteropatriarcal. Claro que quizás la elección de los 12 años no sea casual: a esa edad ingresó Harry Potter en Hogwarts.
Comentarios
Pues no le entiendo del todo a dónde va. Pero si está manteniendo que lo del machismo es una visión super simplista del funcionamiento de la sociedad yo, al contrario, pienso que es un instrumento que ayuda a la desintegración de la sociedad. Las consecuencias a corto de las que tanto se habla se las trae al fresco.
Como lo de los trans, el aborto y lo de los vertebraditos creo que excluyendo pero superando al hombre.
Todo eso va para disolver la piedra en trocitos y podérsela tragar. Ahí es a dónde van. Mata y trocea y dominarás al mundo. Lo demás es ruido.
Porque, lo que es, nosotros ; nosotros no estamos haciendo nada.
¡ Porca miseria !
Y tiene ud. razón, "no estamos haciendo nada". Consentimiento total.
La revolución fracasó, temporalmente, claro, porque no consiguieron ese objetivo.
Pero es que resulta que, en mitad de este momento tan interesante de estudios evolutivos, hay un movimiento pseudorreligioso que, al margen de todos ellos, afirma haber encontrado el resorte oculto y definitivo del ser humano: el sesgo machista. Y este movimiento pseudorreligioso de personas absolutamente simples –que, en efecto, son muy destructivas porque sólo saben generar resentimiento- ha accedido al gobierno de España. Pero que sea muy destructivo no quiere decir que no sea extraordinariamente simple y extraordinariamente ridículo.
En lo que creo que diferimos es que yo considero eso del machismo como un medio para y no como una explicación banal y ovejuno del mundo humano.
No creo que las modas del machismo, cambio climático, ecologismo suicida y extremo, animalismo, buenismo total, culpabilidad por nuestros tatarabuelos, pederastia libre, probaturas sexuales, migración hasta en la sopa, etc., todo eso a la vez y con poderío, sean doctrinas casuales.