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Mostrando entradas de febrero, 2011

AZNAR, DICTADOR DE LIBIA

En un artículo titulado “El negocio del tirano: Aznar ese buen amigo” un tal Ignacio Cembrero se dedica a desvelar la trama mediante la que Aznar mantuvo a Gaddafi en el poder a cambio de un caballo. Es esta una noticia destinada al homo videns, de modo que las imágenes son decisivas. Por eso en un lateral de la notica, bajo el título “El tirano que compró a occidente” aparece una foto de un Aznar sonriente y otra del dictador libio. Al otro lado, en una foto obtenida sin duda con cámara oculta, puede verse cómo Gaddafi entrega el caballo a Aznar, que lo acaricia con expresión lasciva. Pero el artículo no se queda en las imágenes. Ante la improbable eventualidad de que alguno de sus lectores se anime a leerlo, Cembrero lo comienza con esta declaración impactante: ”los jefes de Estado y de Gobierno europeos visitan oficialmente a los autócratas del Tercer Mundo y, a veces, justifican bajo cuerda esos viajes alegando que defienden los intereses del Estado, que abren mercados a las empre

EL PRETENDIDO LAICISMO

La Ilustración se encargó de convencer al hombre de que es un ser racional. No es así, desde luego. Los instintos y emociones no desaparecen ante una declaración solemne (afortunadamente), y. en una abrumadora proporción, los hombres continúan tomando sus decisiones por impulsos emocionales. ¿Qué tenía que hacer el ser humano para seguir viéndose a sí mismo como racional? Pues aprender a construir argumentaciones a posteriori para justificar las decisiones emocionales tomadas de antemano. Es esta una habilidad en la que ha alcanzado cotas de virtuosismo, pues ha llegado a conseguirlo de manera instantánea y sin ser consciente del proceso. En esta fase estamos: el hombre no es predominantemente racional, sino mentirosillo (incluso ante sí mismo) lo que lo hace, con frecuencia, un poco cargante. Dentro del mapa de emociones de la persona, hay un conjunto francamente importante de ellas (inmortalidad, pertenencia, desamparo…) que tradicionalmente encontraban resguardo en la religión. No m

IG FARBEN (6)

La Gran Depresión no alteró en absoluto la decisión de Bosch de producir carburante sintético a partir del carbón, pero no todos compartían su opinión en IG Farben. En julio de 1930, al regresar de vacaciones, Bosch encontró a una parte de los directivos que, en franca rebelión, pedían el cierre inmediato de la planta de Leuna. Ante la discrepancia, ambas partes acordaron constituir dos comités que evaluaran de forma independiente la viabilidad del proyecto. El primero dictó un informe desfavorable. Con la caída del precio del petróleo, la gasolina sintética sólo podría ser rentable si el gobierno la subvencionaba, lo que equivaldría a depender de él y, consiguientemente, a estar dispuestos a aceptar su influencia. El segundo comité, por el contrario, recomendó la continuación del proyecto, y el peso de Carl Bosch desequilibró la decisión a su favor. Poco después, Bergius y Bosch recibieron el premio Nobel de física por “la invención y desarrollo de los procesos químicos de alta presi