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Mostrando entradas de febrero, 2008

EL LENGUAJE DE LOS CÁNTABROS

Ya tenemos en Cantabria a las castas políticas intentando sembrar el nacionalismo, tan provechoso para ellas. Como saben que el único elemento real de diferenciación es el idioma autóctono, sea verdadero, falso, vigente, resucitado o recauchutado, han patrocinado la elaboración de un diccionario cántabro-castellano. Es un intento modesto, y algo tosco, comparado con casos precedentes, pero el mecanismo es muy similar. Los nacionalismos invierten la secuencia lógica: primero proclaman la diferencia y luego la crean. En una de sus frases marmóreas, Zapatero afirmó que las lenguas están para entenderse, a lo que Ferlosio se molestó en responderle que las lenguas están para que se entiendan los que hablan la misma, y para que no se entiendan los que hablan distintas. Ayer en Mallorca Zapatero descubrió que las lenguas pueden ser usadas, además, para dividir y crispar. Sorprendente ¿Iba, finalmente, a denunciar a los nacionalistas y a anunciar una nueva política alejado de ellos? Pues no. S

EL DEBATE

Creo que hay un mecanismo perverso en la naturaleza humana que consiste en normalizar lo cotidiano, mediante el cual, lo que viene ocurriendo desde un tiempo suficiente pasa a ser considerado normal. Pasa, podríamos decir, a definir la normalidad, haciendo que se confunda lo que es habitual con lo que es normal. Por eso, es mucho más difícil detectar el mal cuando se está inmerso en él, cuando éste impregna la realidad cotidiana. Es más complicado, por ejemplo, detectar la maldad de una sociedad esclavista desde dentro que desde fuera. Posiblemente este mecanismo se combina con otro que alguien comentaba en el blog, creo, el pasado fin de semana: la subsanación de la maldad por el triunfo. Este mecanismo contribuye a explica perplejidades como la que nos asalta cuando vemos que Hitler disponía de un apoyo mayoritario en la Alemania de los años 30 del s.XX: ¿Quien ganó el debate? Veamos. Resulta que el Presidente del Gobierno fue acusado de negociar políticamente con una banda terroris

DEFINITIVAMENTE, EL PUNTO G EXISTE

Este titular , correspondiente a la noticia que pueden leer aquí, ha provocado un interesante debate científico en el blog “Intentos y fracasos”, que me limito a transcribir. Dr. Zete dijo... Jobar Perroantonio, cómo se está poniendo esto. Que conste que esos cortes sagitales de la feminidad me han inquietado desde que tenía seis años hasta ayer mismo. Que arda París mientras su blog difunda cosas tan interesantes! Llevo toda la vida, al igual que el Dr. Specter al que me une una gran amistad, intentando despejar dos dudas que me hacen vivir sin vivir en mí: la existencia o no del punto G y la eficacia de la homeopatía. He de confesar que he ensayado aproximaciones de todo tipo (eso sí,siempre bajo rigurosos estándares científicos) y he sido abofeteado en numerosas ocasiones, casi siempre con razón. Una vez, una chica (que formaba parte de la muestra experimental) me dijo: ¿y crees que con esas manazas vas a encontrarlo en Internet?En otra ocasión un médico homeópata me aseguró que y

FRAGMENTOS DESCARTADOS POR SUSO

José Luis: "(...) La Revolución Francesa fue una revolución ciudadana que se enfrentó a quienes en esos momentos monopolizaban el poder, la nobleza y el campesinado. Marx, según me explicó una vietnamita, consideraba que al enfrentarse el pueblo llano al campesinado se generó una dialéctica muy chunga que acabó en la decapitación del rey y la defenestración de Praga. Al final, ganó la izquierda porque estaba segura de ganar, y de ahí vienen sus valores."

IBARRECHE EN STANFORD

Si Hitler hubiera sido invitado a Stanford en 1935, posiblemente habría declarado su amor incondicional hacia todos los seres de la Creación, especialmente los judíos. Sin embargo, habría bastado mostrarle las Leyes de Nuremberg que acababa de aprobar para presentar su discurso como burda propaganda. Si hubiera sido invitado yo, podría haberme descrito como el hombre más brillante desde Leonardo y tan guapo como George Clooney, pero la realidad se encargaría de refutar mis palabras (en este último caso, a mi favor). De modo análogo, Ibarreche pudo ayer pintar un escenario idílico, y retratarse como un benefactor de la humanidad y un amante de la libertad, pero la mención de Josu Ternera en la Comisión de Derechos Humanos (y su negación por el lendacari) bastó para demostrar que su discurso valía tanto como un excremento de vaca (o bien, un Suso de Toro). Me gustaron, por el contrario, las estadísticas que mostró de EUSTAT, según las cuales el País Vasco es el tercer mejor lugar del m

AGRESIÓN A MARÍA SAN GIL EN SANTIAGO

Siempre hay alguien que, en estos casos, se apresura a decir que los agresores no son más que una minoría, aunque hagan mucho ruido. Con esto zanjan el asunto como si no tuviera nada que ver con ellos. Pero, en realidad, hay dos fenómenos interrelacionados que están en el sustrato de episodios como el de ayer: la siembra de odio y la buena consideración social de los agresores. La siembra de odio es evidente. Por un lado, los nacionalistas se definen siempre frente a alguien: España, Madrit o lo que sea. Pero, además, Zapatero ha hecho de la marginación del PP uno de los elementos esenciales de su política. “No es lo mismo” reza su lema principal, que podría expresarse como “bueno, sí, no aspiramos a gustarte, pero al menos no somos el PP”Como consecuencia de lo anterior, los agresores no están mal vistos. Ya hay muchos que hablan su idioma, y entienden perfectamente que se llame fascistas, y aún terroristas, a los del PP. Como mucho, se limitan a deplorar, de boquilla, para cumplir co

PEQUEÑAS TRIBULACIONES DE SUSO

Arrebujado en su bata, Suso escribía su artículo semanal mientras la radio desgranaba el boletín informativo “...el New Flame hundido...” ”...un rastro de varios kilómetros de vertidos...”. Suso continuó escribiendo, pero la noticia había despertado algo en su interior. Un barco hundido, contaminación... ¡Ah, claro! Suso recordó entonces el momento más glorioso de su carrera, cuando al frente del pueblo enardecido se había lanzado, no sin riesgo de su vida, contra la oligarquía fascista gobernante que se había dedicado a contaminar las costas. Suso siguió escribiendo con una sonrisa en los labios, pero la inquietud no había desaparecido del todo. Al recordar aquél episodio junto a la noticia que la radio acababa de emitir, parecía como si una reflexión estuviera abriéndose camino en su mente. Suso se removió en la silla, presa de un profundo desasosiego que era incapaz de definir. En ese momento, niveles más profundos de su ser acudieron en su ayuda y le hicieron levantar la vista hací