En abril de 1994 los serbio-bosnios comenzaron a presionar sobre las “áreas seguras”. Primero sobre Gorazde, luego sobre Zepa. No hubo respuesta por parte de Naciones Unidas. Finalmente en junio de 1995 los serbio-bosnios, dirigidos por el notorio criminal Radko Mladic, penetraron en el «área segura» de Srebrenica «protegida» por NU y los holandeses.
Las fotos de Mladic difieren de frente y de perfil. En las primeras puede verse a una persona enérgica con una dura mirada azul; en las segundas, a un hombre fofo. Aquí aparece con el comandante holandés Karremans brindando por el satisfactorio acuerdo alcanzado, según el cual los bosnios protegidos por Naciones Unidas pasaban a ser encomendados a la buena voluntad de los asesinos.
La incompetencia, la cobardía y la burocracia facilitaron el asesinato de entre 7.000 y 8.000 personas. Esto no es más que una cifra abstracta: cada una de ellas era una persona concreta, y la película lo muestra satisfactoriamente al enfocarse en la familia de la protagonista. También refleja lo mal que interactúa una Europa adolescente con el desierto que –descubre de repente- rodea el oasis en el que vive. Un oasis que no reconoce como tal, y que identifica erróneamente como el estado natural de las cosas.
En fin, una buena película. Véanla... si pueden, porque el buscador de Filmin
es un desastre sin paliativos: incluso una búsqueda tan orientada como «quo vadis» les deparará 0 resultados
Comentarios
Tiene usted últimamente la capacidad de tocar ciertos temas con los que convivo permanentemente y que es imposible olvidarlos y uno de ellos es Sbrenica. En la televisión alemana proyectaban los años inmediatamente posteriores a esa tragedia unas películas descarnadas que le ponían a uno la carne de gallina. Después, siempre después de ue ocurran los hechos. El comportamiento de los holandeses me pareció y me sigue pareciendo infame: entregar a una población a manos de sus asesinos no tiene nombre
No he visto la película pero he leido mucho al respecto. Sbrenica, Eta, y tantas otras tragedias que se van olvdando porque molestan.
Gracias por recordar estos hechos
D Navarth, me ha tentado usted con lo de su libro, en el blog de Santiago. Imagino que con comentar aquí ya dispondrá usted de mi correo, pero por si no es así, se lo pongo, ijinjisterarrobagmail.com. Me gustaría mucho leerle.
Un cordial saludo.
Saludos
jlbecerra@gmx.de
Escribame y le mando mi dirección.Y gracias por adelantado.