Pero Otegui es un oportunista político: quiere llegar al poder para materializar su visión totalitaria. Sánchez es un oportunista vacío: quiere conseguir el poder por un mero placer narcisista. Serán, por tanto, los oportunistas políticos los que marquen su agenda. Lo más desagradable -y, me temo, lo más perdurable- son los ajustes de disonancia de sus votantes. Al funcionar las siglas como marcador identitario -y una vez estigmatizado el adversario; muchas iniciativas legislativas están orientadas principalmente a este fin- los votantes reordenaran sus posiciones en torno a las evoluciones del líder hueco de su partido. Es decir, quieren seguir votando al PSOE, así que Bildu -que es su socio- no puede ser malo. Lo llaman «mover la ventana de Overton», pero se parece bastante al envilecimiento. Vienen malos tiempo, y se necesita con urgencia un partido de centro izquierda con capacidad para escandalizarse ante estas cosas.
Don Juan: Del mismo modo arregladas mis cuentas traigo en el mío: en dos líneas separadas los muertos en desafío y las mujeres burladas. Después de leer estas entradas, ustedes están en condiciones de entender cabalmente qué representa esta escena. Don Juan Tenorio y Don Luis Mejía, alardean de los machos que han despachado respectivamente (competición intrasexual, derivada del principio de inversión parental de Robert Trivers) y presumen de hembras con las que han conseguipo aparearse. Son 32 machos muertos y 72 cópulas, lo que demuestra, de paso, que el sapiens puede ser muy destructivo con sus congéneres. Observaran que Don Juan dice «burladas», lo que permite sospechar que ha fingido amor –un fiable indicador de compromiso y predisposición de emparejamiento a largo plazo cuando es de verdad- a cambio de las cópulas. Es decir, Don Juan relata una sucesión de conflictos en los que una de las partes (él) buscaba emparejamientos a corto plazo mientras que las otras pretendían un compro...
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