¿Es compatible la maldad con la infancia? Veamos algunas versiones del asunto. En El pueblo de los condenados unos niños rubitos e inocentes se comportan de forma extraña, se dedican a hacer faenas a los adultos, e incluso a ocasionarles la muerte. El desasosiego que experimenta el espectador proviene de contrastar la maldad que despliegan los niños en la pantalla con su propia visión de la infancia como epítome de la inocencia, la bondad, y la ausencia de malicia. En este caso, sin embargo, todo tiene una explicación -por llamarlo de alguna manera-. Resulta que el pueblo ha sido infectado de la manera más peregrina por una entidad extraterrestre, que ha dejado inconscientes a todos sus habitantes y ha fecundado, de manera no convencional, a todas sus hembras en edad de merecer, fueran casadas, solteras, o viudas -las explicaciones que se ven obligadas a dar, las pobres, cuando comprueban su gravidez constituyen los mejores momentos de esta película que, por lo demás, es bastante mal...