Inmediatamente el Defensor del Pueblo se ha activado, y esto demuestra la gravedad de la situación: la vulneración diaria de los derechos de los castellanoparlantes en Cataluña, Valencia y Baleares se desarrolla diariamente por debajo del radar de Gabilondo, que en cambio ha reaccionado inmediatamente al grosero rito de apareamiento. Y eso no es todo: también se ha puesto en marcha la Fiscalía para decidir si existe delito de odio. El caso es que -como recuerda José María de Pablo- odiar está muy feo pero no existe delito de odio sino de incitación al odio. Y para que se produzca debe dirigirse contra un colectivo especialmente vulnerable. Al final comprobaremos que el CM Santa Mónica no parece estar entre ellos, pero en todo caso, este es el primer tema de la historia: las prioridades se definen por exigencias de la agenda.
Por supuesto habló Irene Montero. Dijo que esto es una prueba de la «cultura de la violación» y del «terror sexual», el miedo insuperable que el macho opresor –o el heteropatriarcado ciego, que no queda claro- pretende instaurar en el corazón de la mujer para dominarla a su antojo. Esto demuestra –continuó- que es imprescindible la educación sexual. «Integral», añadió de modo ominoso. Tal vez sea necesaria una policía de la moral, muchos puntos morados e incluso un segundo ministerio de Igualdad, pero esta es la segunda lección de la historia: manejando con desenfado el foco –véase la entrada correspondiente del sorprendente blog Navarth- es posible argumentar que vivimos en un arrabal de Pakistán e Irene y sus adeptos son heroicos luchadores.
También dio un canutazo el Presidente del Gobierno. ¿Por una juerga en un colegio mayor? Sí. Lo considera tan grave que ha hecho «un llamamiento a todos los partidos políticos, y también a todos los medios de comunicación» para dar una «respuesta común» a estos comportamientos «machistas y repugnantes». En respuesta salió el líder de la oposición y algunos miembros destacados del PP indignados y/o haciendo pucheros, y este es el tercer tema: con las cosas de la religión no se juega.
Gabriel Rufián los llamó «futuros depredadores» y se manifestó preocupado porque resulta que son los que dirigirán el futuro. ¿Y eso? Pues es que parece que los alumnos del Ahuja son de alto poder adquisitivo, y así la lucha de sexos puede reencauzarse hacia la lucha de clases. Cayetanos y pijos, los definió el inefable Echenique, a pesar de que no hay nada más pijo que la joven izquierda woke. Esta es la cuarta lección: los kulaks designados por la izquierda, sean machistas o cayetanos, son intercambiables.
Y a todo esto ¿qué opinaban las estudiantes del CM Santa Mónica, receptoras de la atención de los verracos. Pues resulta que se descojonaban. El video que presentaron los medios estaba cortado, faltaba la respuesta de las apeladas, y ésta –me temo- tampoco era delicada. Y ante la bola de nieve que se estaba formando ellas salieron a defender a sus vecinos: no nos sentimos ofendidas para nada, se ha sacado todo de contexto, son nuestros amigos y tenemos muy buena relación con ellos; no es más que un pique entre colegios. Es decir, se trataba de un juego consentido. Esta es la única parte admirable de la historia, y lo es de verdad. Porque a continuación los intrépidos defensores de las mujeres –súbitamente con el culo al aire- dirigieron su desdén hacia las alienadas chicas, incapaces de entender la cultura de la violación en que viven inmersas. ¿Mansplaining? No sé pero esta es la lección final: a los neofeministas las mujeres les importan un rábano. Salvo como medios con los que construir su relato y su modo de vida.
Comentarios
Mi hermano ( dos años más joven que yo ), y los de su pandilla, solían cantar :
" Somos flores",
Somos rosas"
Somos bellas mariposas
Ay que asco de mujeres
habiendo hombres tan hermosas "
Mientras bailaban con el punta tacón
y seguían
Ay que molesto
Tener que vivir de esto
Tener que mover el tiesto
Para vivir sin trabajar
Y entonces a todo el mundo le hacía gracia aquello. Ahora les hubieran puesto una demanda los del sindicato de cabareteras.
Lo que parece que iba en serio es lo de "arderéis como en el 36". Pero eso no era feminismo sino contra media humanidad.
Llegará el momento en el que medio parlamento berreará y el otro medio contestará aullando.