Ir al contenido principal

LA POLÍTICA Y EL RELATO

Las políticas concretas tienen impacto, obviamente en el mundo real: subordinar el sistema educativo a la ideología conseguirá malos resultados académicos; un contrato único podría reducir la temporalidad; acercar la tecnología a las empresas podría redundar en el aumento de la productividad… Y así todo.

Pero las políticas concretas tienen varios problemas: son complicadas de diseñar e implantar –pueden interferir con intereses y lobbies-, suelen producir efectos en un lapso de tiempo superior al ciclo político y no son inmediatamente visibles para el electorado.

Las Políticas, entendidas como el diseño institucional de la sociedad, tienen un impacto aún mayor en el mundo real: posiblemente no disfrutaríamos hoy del oasis de la democracia liberal sin el ajuste fino diseñado por Madison y Hamilton en e l federalista. Pero las Políticas son aún más invisibles que las políticas, y sus efectos se dilatan aún más en el tiempo.

Las características del político estándar son la necesidad de marcar territorio para atraer electorado y el cortoplacismo. Si las políticas y las Políticas no producen resultados visibles a corto plazo. ¿Qué hacer? La solución inmediata es trasladarse del mundo real al Relato. En él lo importante no son los resultados sino las emociones permanentemente excitadas. De éstas, las más potentes son las tribales, parte destacada de nuestro bagaje evolutivo. Lo más sencillo, por tanto, para el político estándar es enfocar el asunto como una lucha a muerte entre buenos y malos –nosotros siempre somos los buenos- y reducir el debate al lanzamiento de eslóganes. Las políticas y las Políticas son sustituidas por el Relato favorecedor del hooliganismo.

El resultado es obvio: los políticos que obran así no se dedican a crear problemas sino a exacerbarlos. Pero seguirán haciéndolo mientras los ciudadanos no se lo penalicen.

Comentarios

Entradas populares de este blog

VIERNES DE SEXO (11): EL FOLLADOR FURTIVO

Hoy les traigo los hábitos sexuales del combatiente ( Calidris pugnax ), un pájaro originario de Finlandia que luce un vistoso plumaje superior que recuerda un poco a Mildred Roper con una estola de visión. Este plumaje –ya lo habrán sospechado a estas alturas- cumple una función similar a la cola del pavo real: atraer a las hembras. Y los que desarrollan un plumaje más vistoso, que son los de mayor estatus, más agresivos y con más altos niveles de testosterona, parecen atraerlas más. Exactamente igual que en los humanos. Puesto que el plumaje se transmite genéticamente, también habrán sospechado que está correlacionado con alguna ventaja genética: la hembra que se encapricha del combatiente emplumado está, inconscientemente, escogiendo buenos genes. Pero lo curioso es que, dentro de su competición intrasexual por las hembras, los combatientes machos han desarrollado tres estrategias de apareamiento que se corresponden con tres tipos de plumaje. El biólogo David Lank explica que la m...

LOS HOMBRES QUE SUFREN

Las hembras del grillo mormón depositan los huevos en los machos, que los llevan en su interior, los alimentan y los cuidan hasta que nacen los pequeños grillos. Es decir, el grillo mormón macho invierte más tiempo, recursos y esfuerzo en su descendencia que la hembra, y esto tiene dos consecuencias: 1) los machos son más selectivos a la hora de escoger pareja y 2) las hembras –que son más grandes, fuertes y agresivas- compiten entre sí para ser elegidas por el macho. Esta es la fundamental teoría de la « inversión parental » que Robert Trivers formuló en 1972, y funciona exactamente igual –aunque a la inversa- en la especie humana. Sí, amigos, las hembras humanas son más selectivas que los machos y emparejan hacia arriba. Analizando la app de citas OKCupid se comprueba que las mujeres califican al 80% de los hombres como menos atractivos que la media, y este 80% recibe sólo un 30% de respuestas a sus avances: un sesgo evidente. En cambio los hombres afinan mucho más y consideran qu...

LOS JUEVES MORALES (6): TIREMOS DE LA CADENA... MORAL

  «Un fascista muerto es un fascista menos». Esta es la ecuación esencial, tan importante como el teorema de Pitágoras o E=mc2. Irene Montero y Ione Belarra la descubrieron reproducida en la pared de un urinario de Menorca, y les hizo tanta ilusión que se hicieron fotos junto a ella (en Menorca; es como si alguien llega al Paraíso y se dedica a hacerse selfies en el sitio en el que Adán y Eva hacen caca). Pero la emoción de Montero y Belarra estaba justificada, porque la fórmula del mingitorio sintetiza su filosofía política: un fascista es alguien maligno al que hay que destruir. ¿Por qué? Precisamente porque gente como Belarra y Montero lo han etiquetado como «fascista», un sello infamante y poderoso que priva de voz al que lo lleva y justifica su castigo. El pasado miércoles fue asesinado, mientras debatía en un campus universitario, Charlie Kirk. Kirk, de 31 años, era una figura descollante de la derecha norteamericana, líder de las juventudes del Partido Republicano y segu...