Llevo días intentando escribir algo. Es sobre mi experiencia como diputado en un país con problemas, no solo graves, sino claramente detectables: una tasa de paro que dobla la media de la Unión Europea, un inasumible paro juvenil, una temporalidad que condena a los trabajadores a la pobreza, un sistema educativo ideologizado y con malos resultados, problemas de competitividad de las empresas, escasez de empresas tecnológicas innovadoras, sin universidades en los grandes ranking internacionales...
Obviamente aquí habría habido material para toda la Legislatura. Y lo bueno era que frente a estos problemas habría habido posibilidad de alcanzar grandes consensos -lo demostramos en los pactos con PP y PSOE- Y sin embargo… Sin embargo la agenda en el Congreso era otra muy distinta. Invariablemente todas las semanas, con insistencia machacona, en Comisiones y en Pleno, la agenda la ocupaban asuntos relativos al feminismo, a la violencia contra las mujeres, o a cuestiones LGTB.
¿Son causas justas? Obviamente. No es esta la cuestión, sino otras dos. Por un lado, como digo, que estas causas monopolizaban la agenda. Y, por otro, que no se afrontaban de modo constructivo sino destructivo, como una cruzada para señalar y expulsar al hereje. Así que, en un país muy por encima de la media en paro, y por debajo de la media en violencia machista, nos pasábamos el día peleándonos sobre lo segundo y abandonando lo primero. Y yo lo veía, y no me atrevía a levantar la voz porque inmediatamente habría sido señalado como hereje, incluso desde mi propio partido.
Esta discrepancia, por cierto, entre realidad y guerrita cultural es a la que se enfrentaba el Gobierno el 8-m, y decidió supeditar la realidad a la fantasía: eso es lo que convierte a esta fecha en un hito. Falta por saber si hemos aprendido la lección, y de momento parece que no: la Ministra de Igualdad va diciendo que la receta necesaria para superar esta crisis es la perspectiva de género.
En fin, dejo esta entrevista al profesor Quintana Paz que viene al caso.
Obviamente aquí habría habido material para toda la Legislatura. Y lo bueno era que frente a estos problemas habría habido posibilidad de alcanzar grandes consensos -lo demostramos en los pactos con PP y PSOE- Y sin embargo… Sin embargo la agenda en el Congreso era otra muy distinta. Invariablemente todas las semanas, con insistencia machacona, en Comisiones y en Pleno, la agenda la ocupaban asuntos relativos al feminismo, a la violencia contra las mujeres, o a cuestiones LGTB.
¿Son causas justas? Obviamente. No es esta la cuestión, sino otras dos. Por un lado, como digo, que estas causas monopolizaban la agenda. Y, por otro, que no se afrontaban de modo constructivo sino destructivo, como una cruzada para señalar y expulsar al hereje. Así que, en un país muy por encima de la media en paro, y por debajo de la media en violencia machista, nos pasábamos el día peleándonos sobre lo segundo y abandonando lo primero. Y yo lo veía, y no me atrevía a levantar la voz porque inmediatamente habría sido señalado como hereje, incluso desde mi propio partido.
Esta discrepancia, por cierto, entre realidad y guerrita cultural es a la que se enfrentaba el Gobierno el 8-m, y decidió supeditar la realidad a la fantasía: eso es lo que convierte a esta fecha en un hito. Falta por saber si hemos aprendido la lección, y de momento parece que no: la Ministra de Igualdad va diciendo que la receta necesaria para superar esta crisis es la perspectiva de género.
En fin, dejo esta entrevista al profesor Quintana Paz que viene al caso.
Comentarios
Llevaba unos días sin venir, y me encuentro con este hilo suyo.
No se acuse usted, que mientras estuvo en el Congreso, sus untervenciones fueron siempre sensatas, oportunas y, "last but not least ", perfectamente bien educadas.
Y me ha encantado también la entrevista que nos enlaza al Profesor Quintana Paz.
Muchas Gracias
Navarth
Ciudadano (en todas sus acepciones)
Por lo demás, si resulta que venden, ¡oh voilá!, resulta que adquieren mas poder y lanzan que su verdad corporativa está contra el cambio climático o que toda, todita entera, la energía que producen es limpia. O que no contaminan. O que apoyan el reciclaje. Aunque oculten cuidadosamente sus estropicios cuidadosamente.
Un saludo y ¡suerte!
Respecto a la entrada anterior yo le puedo asegurar que siempre se encuentra a un funcionario que firme lo que haga falta por unas perrillas. Como idea siempre he tenido en la cabeza que los protocolos de las ofertas de empleo han de ser muy minuciosos y complementados desde todos los aspectos. Todo muy justificado y auditable. Y revisable. Y centralizar en un punto TODOS los exámenes. Incluso los de la administración local. Como la dirección de compras de cualquier gran empresa. Y fuera el 80% de los asesores.
Una síntesis precisa y preciosa del momento, explicativa de una época a la que el virus al mando debiera poner fin, siquiera como triste contrapartida a tantas vidas como nos está quitando. Pero no: ahí sigue la podemia para evitar cualquier progreso moral resultante de la pandemia.
Me ha hecho recordar a Horacio Vázquez Rial, que perdimos cuando tanto le necesitábamos, y que decía poco más o menos que ZP había hecho realidad todos los problemas imaginarios de los españoles. Dado su éxito no debería sorprendernos la perseverancia de su organización delictiva en la misma fórmula.
Hoy decía el Patrón en la radio que cierta promiscuidad exhibida ayer con los niños en el paseo carcelario demostraba que sí había algunos españoles a los que este gobierno representa. Yo creo que, desgraciadamente, hay muchos, demasiados. Y que la pandemia les reforzará en términos relativos, dada su preferencia por llevarse a los más sensatos.
Y la entrevista al Prf. Quintana Paz, ... deliciosa. Así que, en casa, acobardados, reducidos a la impotencia, aterrados por la miseria en la que nos precipitamos sin remedio, sí, pero aún podemos sonreír un poco. Para mí es muy importante. Gracias
Hasta la empresa se rinde
El síndrome del crecimiento del gasto público se ve acompañado en la actualidad por el aumento del gasto de las empresas, sobre todo las transnacionales, en ayudas ‘sociales’ sin relación con su objeto empresarial, que es principalmente el de generar beneficios. Los beneficios obtenidos por una empresa en un entorno de competencia suficiente son un indicio de que está haciendo lo que más conviene a la sociedad. Hay una Acción de Responsabilidad Social Corporativa que pocas empresas realizan: es la de defender el sistema de mercado, la liberta de comercio y el rechazo de la corrupción, aun cuando ello no coincida con su interés inmediato,
pero sí con su interés a largo plazo de operar en un sistema capitalista sostenible. Más bien se las ve acudir como moscas a un panal de rica miel a los centros de poder y regulación, para denunciar a sus competidores porque han conseguido una cuota de mercado mayor a la de ellos, para clamar contra el ‘dumping social’ y así conseguir medidas contra las importaciones, para clamar por la devaluación de la moneda (esto ahora lo tienen más difícil) o exigir subvenciones en nombre del R+D+I -por no mencionar el soborno de concejales nacionales o dictadores africanos-
La buena ciudadanía corporativa consiste en llevar la empresa con honradez y eficacia, abstenerse de pedir favores de las Administraciones Públicas y multiplicar la presión política en pro del libre comercio y de mercados abiertos a la competencia
Pedro Schwartz. En busca de Montesquieu (La democracia en peligro) Ediciones Encuentro 2006.
Acabo de mandarle el texto que ha puesto usted arriba, a mi hijo , que es forofo de Pedro Schwartz, y que nunca le perdonó a Maruja Torres que le llamara Gili..... con todas las letras en su periódico, y que El País se lo permitiera...
Tenemos grandísimas discusiones, que él me dice que no me entero más que de lo que me interesa, que vuelva a leer a Krugman, a Piketti, al NYT, ... y yo le digo que es un progre fanático.
A ver si, por una vez, estamos los dos de acuerdo.
Muchas gracias, pues
Se ve que su hijo es hombre ecléćtico, transversal, ... yo aseguro que, con los años, se irá acercando al criterio de usted, que, por supuesto, es el bueno ... Más pronto que tarde le oirá decir "cuánta razón tenías, mamá"
Me resulta difícil conciliara a don Pedro Schwartz con esos santones (Krugman, Piketti) Acabo de comprobar que ni les cita, siquiera para destruirles, en el libro por mí saqueado, que me parece un monumento.
Seguro que su hijo ya lo conoce; si no, regalárselo sería mano de santo para anticipar la confluencia que le vaticino.
Pero no desespere ni se rinda: acabará convergiendo con usted.