Es el gay de derechas. Es la mujer que abomina del feminismo de Irene Montero y Pam. Es el esclavo que simpatiza con el jefe de la plantación, el proletario sin conciencia de clase que quiere ser burgués, Gunga Din muriendo por sus amos. Es el ejemplo canónico de servilismo obtuso. ¿Cómo no se da cuenta? ¿Cómo puede ser tan tonto?, me asombro yo que soy tan listo.
En Lo que queda del día los invitados de Lord Darlington –filonazis, para qué nos vamos a engañar- pretenden demostrar a costa de su mayordomo que el votante estándar no está preparado para comprender los rudimentos de la política, y por tanto que el sufragio universal es un disparate. Si únicamente votara la gente preparada… Si se excluyera a los ignorantes, a los mayordomos y a los obreros que votan a la derecha los resultados serían espectaculares… ¿no es así? Pues no. En Democracy for realists Christopher Achen y Larry Bartels demuestran que la inteligencia y la preparación no inmunizan contra el sectarismo. Ser muy listos no elimina el hooliganismo político: únicamente permite revestirlo con racionalizaciones más sofisticadas.
Pero además ¿es realmente ignorante el obrero que vota a derechas? Dejemos para otro momento el entusiasmo que le ha producido que la izquierda sustituya la lucha de clases –que ya era bastante estúpida- por la lucha de identidades, transformando al obrero oprimido en machista opresor. «Vale, pero subimos los impuestos a los ricos, damos muchas cosas gratis, nos metemos con el patrono opresor, y subimos el SMI. Y si nos dejan les daremos empleo en un montón de empresas públicas, desde bancos a supermercados inspirados en La Garbancita Ecológica de Ione. ¿Por qué no nos vota el obrero de derechas?».
El populismo estimula el resentimiento de la sociedad para fracturarla y dividirla entre los que va a desplumar y aquellos a los que dará parte del desplume a cambio de sus votos. Pero el caramelo de las dádivas oculta dos trampas, una inmediata y otra a medio plazo. Inmediatamente -en nombre de la justicia social- el populista se interna profundamente en lo privado para acceder a las riquezas que parcialmente repartirá. En ese momento el poder ocupa parcelas de libertad que ya no abandonará voluntariamente. Pero además, como el populismo ignora el equilibrio básico entre la creación de la riqueza y la redistribución, acaba extinguiendo la primera. Se dedica a repartir la leche de una vaca cada vez más flaca hasta que fallece, y en ese momento se limita a buscar nuevos culpables. Cuando el populismo infecta un país lo deja hecho polvo; el rico a veces consigue huir a tiempo, pero el pobre normalmente no.
Dirán «bueno, pero eso se refiere al populismo y no a la izquierda civilizada» y tendrán razón, pero es que hoy en España ésta no tiene representación parlamentaria. «Qué tonto es el obrero de derechas». Que se lo pregunten hoy al de izquierdas que en 1999 votó a Hugo Chávez. Que lo pregunten en Venezuela, ¡chupito!
Comentarios
Otra cosa es que se estableciera una correlación entre los que trabajan y los que no trabajan con otros y unos. Igual no es por obrero sino por trabajar que los hay derechones. (De la misma manera que los populistas no han trabajado jamás, su peor pesadilla)
Me imagino que la disonancia famosa afecta con mucha mayor razón a los listísimos que a saber de qué viven o qué seguridad disfrutan. Si uno es muy listo no se puede equivocar votando a derechas, siempre que piense que saldrá indemne del desastre. Y, si sale mal, es que la izquierda le ha traicionado. Todo mientras ser buenista le salga gratis.
Y, hablando de vacas :
¿ Que le parece lo de que en la Comunidad de "Castilla la Mancha" (¿ o sería Castilla y León ?), no quieran someterse a los criterios y controles Europeos para erradicar la tuberculosis bovina ? .
Una cuestión que me parece fundamental, de seguridad para todos, puesto que la leche de las vacas tuberculosas transmite la enfermedad a humanos .
Si en Castilla no se siguen esos protocolos, ¿ alguien les va a comprar la leche ?.
mi unico comentario es suscribir su post de la cruz a la seña. Enhorabuena de nuevo.
Y gracias.
Kantarepe