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POR QUÉ FRACASAN LOS PARTIDOS


Al hablar de la organización de una empresa los expertos en gestión hablan de estructura jerárquica, matricial, funcional, por producto, por proyecto, circular… En realidad hay básicamente dos tipos de estructura: la jerárquica pura y distintas variaciones de la matricial. En esta última la jerárquica se atraviesa horizontalmente por criterios funcionales, de proyecto, territoriales, o lo que sea.

Un partido es una organización especialmente compleja. Existe una estructura orgánica –los cargos del partido- que tiene que engranarse con una estructura institucional –los cargos en instituciones- bastante complicada: diputados en el Congreso, regionales y provinciales; concejales, miembros de cabildos y consejos… Con suerte se gobierna y entonces hay que coordinar los niveles anteriores con ejecutivos (nacional o regionales), alcaldías, diputaciones provinciales… Además, ejem, se supone que existe un programa con el que el partido ha concurrido a las elecciones y que pretende llevar a la práctica, y esto no siempre es pacífico: la secretaría de programas, importantísima, tendrá que lidiar con los miembros de los legislativos, más atentos a sus propias expectativas electorales. En resumen una estructura jerárquica o matricial sencilla es fácil de pintar, pero si intentamos dibujar la de un partido nos sale algo parecido a la molécula de un hidrocarburo saturado.

Y luego hay que rellenar la estructura con unos mimbres que, por lo general, causarían pesadillas en un departamento de recursos humanos estándar. A un partido concurre de todo: personas con vocación de servicio público y jetas en busca de empleo; idealistas y maquiavélicos; brillantes y lunáticos. Todos ellos provistos por lo general de egos de dimensiones colosales. Y luego están los líderes, que tienen una ventana de tiempo muy corta antes de volverse inexorablemente locos; éstos siempre preferirán una estructura férreamente jerárquica, por la que fluyan hacia abajo consignas e instrucciones, y que impida que alguien pueda llegar a discutirles. ¿Y es importante la estructura? Mucho: en función de cómo se organice el partido florecerán unos u otros ejemplares, y será más o menos sencillo que fluya la inteligencia colectiva.

Para los que ahora se preguntan cómo ha podido desaparecer Ciudadanos después de rozar el poder, aquí tienen una de las causas profundas. Se cedió a la tentación cesarista y se encomendó el diseño de una organización muy compleja a quien no tenía la menor idea ni siquiera en organizaciones simples. Con mentalidad de capataces de plantación convirtieron a Ciudadanos en una maquinaria perfecta para funcionar… con esclavos. A partir de ese momento –como atestigua su trayectoria- la inteligencia se fue esfumando y no tuvieron a nadie que les avisara cuando iban metiendo la pata. Y los votantes resultaron ser tan ilustrados que nos abandonaron. Fin.

Comentarios

Feroz ha dicho que…
Fernando, me alegra de que te hayas animado a contar tu experiencia como Ciudadano, aunque lo hayas hecho en clave general.

La diferencia con otros partidos más antiguos es que en Ciudadanos no hay "hijosdalgo", es decir los descendientes de los "padres fundadores", que van heredando sinecuras de sus mayores, aunque no tengan capacidad para el cargo.

Lo que demuestra tu perspicacia es lo que dices al final: "que vuestros seguidores tenían más criterio que los de otros partidos", que tragan con todo lo que les presentan sus dirigentes.
Goethe ha dicho que…
Don Fernando,
Me parece que lo mismito que dice de Ciudadanos se podría decir de la malograda UPyD y la incapacidad de ser dirigentes sin necesidad de ser autoritarios.
viejecita ha dicho que…
Bien por Don Navarth,
y
Bien por Don Goethe
viejecita ha dicho que…
Acabo de leer esto : https://paralalibertad.org/manual-de-instrucciones-para-derogar-el-sanchismo/
Y me ha gustado.

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