Quizás lo hayan visto en IKEA: un pistón desciende, inclemente y monótono, sobre los cojines de un pobre sofá. Es a la vez un culo robótico dedicado a probar la resistencia del asiento y una demostración de poder: si nuestros muebles aguantan esta ordalía es que son indestructibles. Y efectivamente usted sale con su Ektorp, del que ya no hay manera de deshacerse salvo vía Wallapop. Los italianos llamaban « culo di ferro » a Berlinguer pero este apodo -ya ven ustedes por dónde voy- lo merece más Sánchez. Él es nuestro culo probatorio, mandado por la providencia -y seguramente por nuestros pecados- para medir la solidez de nuestras instituciones. Y hay que reconocer que no se podía haber elegido mejor –o peor, según se mire-. Sánchez, nuestro elefante, es la prueba más dura a la que se le puede someter a la cacharrería democrática. Si aguanta esto soportará cualquier cosa, pero no está claro que lo consiga. De entrada, nuestro culo di ferro autóctono pone a prueba la resistencia de la na...
* Todo parece indicar que Navarth es Fernando Navarro, former MP de Ciudadanos por Baleares en la XI y XII Legislatura