(Imagen:la foto de Colón)
- De 1924 a 1934 fascistas son todos los que no son comunistas, incluyendo a liberales, católicos y socialistas reformistas. Así lo decreta Gramsci cuando dice que los comunistas quieren «derrotar no solo al fascismo de Mussolini y Farinacci, sino también al semifascismo de Amendola, Sturzo, Turati». Conviene recordar que, en realidad, los tres se enfrentaron al fascismo de Mussolini, y los tres acabaron en el exilio.
- En 1934, siguiendo la táctica de Stalin fijada en la III Internacional de crear Frentes Populares con los socialistas, se excluye a éstos de la categoría «fascista».
- En 1936 –este es el mejor-, ante la imposibilidad de combatir la ola de popularidad del fascismo tras la conquista de Abisinia, el partido comunista decide sumarse a ella. El Comité Central produce un manifiesto –que firma el propio Palmiro Togliatti- titulado «Por la salvación de Italia, ¡reconciliación del pueblo italiano!» que incluye un «llamamiento a los hermanos con camisa negra» para logar la «unión fraternal» de todos los italianos «a través de la reconciliación entre fascistas y no fascistas», unidos en la lucha para liberar a Italia de «un puñado de grandes capitalistas, parásitos del trabajo de la Nación». Obsérvese que en esta etapa los malos no son los fascistas sino los malvados plutócratas. Como recuerda Gentile «El manifiesto afirmaba que los comunistas hacían suyo el programa fascista de 1919, “que es un programa de paz y de libertad, de defensa de los intereses de los trabajadores”, y animaba a los italianos, “los fascistas de la vieja guardia” y los “jóvenes fascistas” a luchar unidos para llevarlo a cabo». Y Montagnana, uno de los fundadores del PC, afirma: «queremos, hoy, mejorar el fascismo, porque no podemos hacer más. Libertad, paz, un mejor salario, esto es lo que debemos perseguir hoy».
- En 1952 el mismo Palmiro Togliatti recupera al fascismo como arma arrojadiza : «el fascismo en el período actual de nuestra vida nacional es algo que siempre está presente, como peligro y amenaza que se cierne sobre nosotros».
Así que para un italiano ajeno al partido comunista la probabilidad de haber sido llamado fascista fue muy alta en esos tiempos turbulentos. Nosotros estamos igual ahora; no se preocupen mucho y tengan un buen día.
Comentarios
Buenos días D. Fernando
Siempre está bien recordar los orígenes y el empleo que se ha dado históricamente al término fascismo. Sobre todo para demostrarles a los que lo usan con tanta superficialidad lo ignorantes que son.
Guardo en mis archivos su colaboración y muchas gracias.