![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg28JQe-rvML2prtH0vKUz0E6LyT6N5NTEWvIp6pbVUB4pS9Qoko0G0egsPZm1AR8Q9BD4_v5RaQRKA9N-J6LHLALGf_CaN6mBTqHPewd3gq5FxTys1XCb7y-uQTlUgM7-0rrrLJBptuBx9/s400/In_Time-978673616-large.jpg)
Marx había profetizado -y ‘profetizar’ es el verbo exacto- que el capitalismo conduciría inexorablemente a la pauperización de las sociedades, es decir, a la polarización de toda la riqueza en unos pocos extraordinariamente ricos frente a una inmensa mayoría de indigentes. Dicho de otro modo: unos pocos ricos lo serían a costa del sufrimiento de la práctica totalidad de la población. En la segunda década del siglo XX, como los países capitalistas no daban señales evidentes de pauperización -y, de hecho, los salarios no dejaban de crecer-, Lenin decidió que había que dar una vuelta a la teoría marxista sobre la explotación. De este modo, basándose en los escritos de Hilferding y Hobson sobre el imperialismo, desarrolló una nueva teoría que venía a decir esto: vale, es cierto que la pauperización no se acaba de producir dentro de los países capitalistas, pero es porque los países capitalistas se enriquecen a costa de los países pobres de fuera. La explotación no ha desaparecido, pero en lugar de verla en un ámbito nacional hay que contemplarla desde una perspectiva mundial. Esta visión del mundo, basada en la falacia de suma-cero, es uno de los pilares básicos del pensamiento de la progresía actual. Pero ¿qué haríamos en el futuro si los países del Tercer Mundo, adoptando la democracia y la economía de mercado, comenzaran a salir de la pobreza? ¿Cómo seguir detestando al capitalismo? ¿Cómo, en suma, seguir siendo progres?
‘In time’ nos proporciona una nueva revisión de la teoría de la pauperización. Estamos en el futuro. La ciencia ha conseguido 1) detener el envejecimiento en la edad biológica de veinticinco años (ellos guapos y cachas, y ellas con pinta de frescas y tacones), y 2) la inmortalidad. Magnífico ¿no? Pues no, porque los humanos llevan implantado un chip con el tiempo de vida disponible como en los videojuegos. Se visualiza en el antebrazo, en forma de contador digital de años, días, horas, minutos y segundos, de un verde fosforescente muy incómodo a la hora de dormir y extraordinariamente antiestético al nadar de noche en pelotas. Si el marcador llega a cero y el tiempo se agota, game over: la persona se cortocircuita. Pero obsérvese que no es porque no pudiera seguir viviendo indefinidamente, sino por joder. Porque, como Marx había adivinado, los capitalistas son incapaces de vivir si no es a costa de los sufrimientos de la gente.
Este tiempo disponible es transferible de unas personas a otras, de modo que se ha convertido en la moneda de cambio. ¿Y no sería más fácil continuar con el sistema monetario tradicional? Porque es cierto que, al depender directamente su vida de ello, el proletario está muy dispuesto a trabajar ya que es su salario lo que le aporta tiempo de vida. Pero un sistema tan drástico de eliminación de la mano de obra convierte la inversión en gasto. En cualquier caso, el director pierde una magnífica oportunidad de hacer un análisis psicológico. Para empezar ¿qué pasaría si uno dispusiera de un crédito de 1.000.000 de años (es decir, de la certeza de no morir de muerte natural en todo ese tiempo)? Pues obviamente, se haría enfermizamente precavido ante los accidentes. Más interesante aún: ¿a partir de cuántos años la persona se cansaría de vivir, y la inmortalidad se convertiría en una maldición? O bien, con el transcurso del tiempo y la repetición de las vivencias ¿no acabarían insensibilizándose las personas, convirtiéndose en seres sin inquietudes ni emociones, como en el Caso Makropulos?.
Pero no. El director, sin duda por mera incapacidad, ha preferido centrarse en lo malvados que son los neocapitalistas. Y también en la historia de amor de la niña-rica-pero-aburrida que queda cautivada por la autenticidad del palurdo proletario, y al menos en esto el director ha escogido bien: Justin Timberlake tiene cara de rústico. Ambos, pija y proletario, se dedican desde ese momento a asaltar los bancos de tiempo del padre de la primera por el nada futurista método del alunizaje -y uno se pregunta cómo, estando la vida en juego, nadie lo había intentado antes-.
Les voy a ahorrar las interminables persecuciones de la chica, que no renuncia a los tacones ni cuando va por los tejados. Y lo sorprendentemente bien que conduce el rústico en un mundo en el que, al costar los coches varios años de vida, resulta improbable que haya tenido ocasión de manejar alguno. También les evitaré el sonrojante pulso a vida o muerte que el protagonista realiza con uno de los malos. Les voy a ahorrar, en suma, el precio de la entrada. No vayan.
"In time" (2011). Andrew Niccol.
Comentarios
por lo que pude ver del trailer, me recordaba a una adaptación de "La fuga de Logan" a tiempos y caras actuales... y por el mismo trailer se me quitaron las ganas. Lástima. La verdad es que Justin Timberlake me gustó bastante en "Alpha Dog". Aparte de eso, se ha convertido en un buen indicador de películas que no merecen la pena.
Por cierto, veo que estas navidades hechan "El Topo" (Tinker, Taylor, Soldier, Spy). A mí me gustó la verdad. Es una película con bastantes matices.
Otra película interesante estéticamente es "Drive". A mí me encantó, visual, narrativa y auditivamente con, probablemente, una de las escenas que se quedará en la retina y en las mentes en los próximos años, la del ascensor...
Decidí leerme el libro en el que se basa (muy ligeramente) la película, por James Sallis. Su estilo es casi haiku, destripa el inglés hasta la mínima expresión y le funciona.
Saludos
Pues yo la vi justo ayer... Los efectos especiales son tremendos, parece que ya esperaban el fracaso de taquilla y decidieron recortar por si acaso.
Saludos,
kike
Navarth, más críticas de películas, por favor.
Por cierto, Don Navarth, ¿ha visto ud "Beginners". Véala si tiene oportunidad. Me gustaría conocer su opinión, si fuera posible.
Saludos.
‘Alpha dog’, me gustó. Creo que la protagonista de “In time” (guapísima) también sale en ella. Mr. PSYKOACTIVE, me apunto las recomendaciones de ‘Drive y ‘El topo’. Gary Oldman puede representar un gran Smiley. Por cierto, estoy leyendo otra recomendación suya, esta vez literaria: Willpower. Saludos.
Hombre KIKE, bienvenido. Es verdad, se me olvidó poner en la crítica que incluso los efectos especiales son deplorables. Especialmente el ruido que hace el contador del antebrazo al cargar y descargar tiempo. Ciertamente, parece que se temieron lo peor y comenzaron a recortar gastos.
YAPOCO, para una tarde de vídeo no está mal, pero si no las ha visto yo escogería entre estas otras dos, que también son de ciencia-ficción, entretenidas y sin grandes pretensiones: ‘La isla’, que tiene la ventaja de contar con Scarlett Johansson, y ‘The surrogates’
Ahora un poco de offtopic. En algún que otro comentario, le comenté sobre el documental "The Century of the Self" en el que se muestra la influencia de las ideas psicológicas en márketing, mass media, publicidad y política durante el siglo XX.
Acabo de encontrar que el autor, Adam Curtis, tiene un blog, con ideas muy interesantes, bien desarrolladas y documentadas (y dentro de un contexto muy británico también).
Por último Willpower. La primera mitad del libro es bastante buena, en mi opinión, porque refleja aplicaciones prácticas en la vida diaria de la Psicología sin entrar en habladurías. Además Roy Baumeister es uno de los psicólogos top de hoy en día.
Posteriormente se me hizo repetitivo, en particular porque creo que el principal target es el público estadounidense, inmerso desde hace años en una dinámica propia de "feeling good" y "self-help" que me es un poco ajena y cansina.
Aparte de esto, las ideas mostradas son bastante acertadas. En el sentido de que se pueden discutir, experimentar y verificar (o no).
Saludos