El mundo democrático moderno comienza con la defensa de que el gobierno de los no elegidos (es decir, el de aquéllos que acceden a el por herencia) es injusto, y debe ser sustituido por el de los seleccionados. Pero cuando Rousseau y los pensadores de la Ilustración defendían este principio, lo hacían porque estaban convencidos de que los seleccionados serían los mejores, y, de este modo, implícitamente estaban defendiendo la necesidad de un criterio de valor y capacidad en el acceso al poder. Sin embargo, desde entonces, la elección de los gobernantes se ha basado en criterios meramente cuantitativos (tantos votos, tanto poder). Esto es una exigencia ineludible del principio de igualdad, que otorga a cada hombre un voto, pero, obviamente, la cantidad no conduce necesariamente a la calidad (más bien lo contrario). Pero los primeros gobernantes eran perfectamente conscientes de que el mero número no era una aspiración suficiente. Tomas Jefferson, en su discurso inaugural, dijo eso de qu...
* Todo parece indicar que Navarth es Fernando Navarro, former MP de Ciudadanos por Baleares en la XI y XII Legislatura