Hoy, para empezar el lunes, Almudena Grandes nos describe orgullosamente una imagen escalofriante de sí misma, con cresta, botas militares y falda de tul. Esta imagen no es más que una introducción que le permite evocar con nostalgia la Movida madrileña, que, según ella, cuando alcanzó el poder municipal la derecha se metamorfoseó en procesiones de Semana Santa. Tal cual. Pero esto, a su vez, no es más que otra introducción que le permite conectar con su revolucionaria tesis de fondo: la nueva delincuencia organizada de la noche de Madrid es de derechas, porque va bien vestida. Y es que Almudena es así: observa implacable la realidad y saca sus cuentas. Y ella sabe que dos y dos son cuatro, y cuatro entre dos, quince millones.
Don Juan: Del mismo modo arregladas mis cuentas traigo en el mío: en dos líneas separadas los muertos en desafío y las mujeres burladas. Después de leer estas entradas, ustedes están en condiciones de entender cabalmente qué representa esta escena. Don Juan Tenorio y Don Luis Mejía, alardean de los machos que han despachado respectivamente (competición intrasexual, derivada del principio de inversión parental de Robert Trivers) y presumen de hembras con las que han conseguipo aparearse. Son 32 machos muertos y 72 cópulas, lo que demuestra, de paso, que el sapiens puede ser muy destructivo con sus congéneres. Observaran que Don Juan dice «burladas», lo que permite sospechar que ha fingido amor –un fiable indicador de compromiso y predisposición de emparejamiento a largo plazo cuando es de verdad- a cambio de las cópulas. Es decir, Don Juan relata una sucesión de conflictos en los que una de las partes (él) buscaba emparejamientos a corto plazo mientras que las otras pretendían un compro...
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