
Conocí este libro por una amiga, digamos, progre, que estaba entusiasmada con él porque responsabilizaba de los atentados a occidente, a los americanos y a Bush. No puede ser, pensé. Pues sí. La propia Pilar Urbano, en la presentación del libro, confesaba que, tras investigar el asunto, había descubierto que “realmente el crimen se encontraba en Occidente a través de la opresión del primer mundo sobre el tercero”. Deploraba, además, el papel de los medios de comunicación en aquellas fechas, ya que “acabaron por ofrecer información patriotera y fascismo informativo. Si alguien cuestionaba el papel de occidente en estos atentados, si pensaba en voz alta ¿qué hemos hecho para que nos ataquen? le llamaban traidor”.

Así que, ante la escasez de información, Urbano se puso a investigar, revelando las terribles verdades que el Sistema ocultaba. Por ejemplo, tras describir profusamente la vida de los pilotos suicidas, descubrió que, en realidad, en el Pentágono no se había estrellado ningún avión. ¡Anda! Y entonces ¿dónde está el que desapareció, con sus pasajeros y tripulación, mientras volaba por allí en aquellos momentos y que creíamos estrellado? Urbano no creyó necesario aclararlo, pero todo apuntaba a Bush. O a los judíos. Porque la escritora descubrió más puntos oscuros, como por ejemplo ¿por qué se ocultaba información acerca de los movimientos bursátiles del día anterior a los atentados? Tal vez porque indicaban que había gente que sabía lo que iba a ocurrir. Posiblemente con esto Urbano recogía una interesante teoría según la cuál los atentados habían sido organizados por los judíos, con el fin de malmeter a occidente contra los musulmanes, por lo que, el día de los atentados, ninguno había acudido a trabajar.
Pero si Urbano trataba severamente a occidente, en cambio era capaz de enjuiciar desapasionadamente a los terroristas. Con respecto a Atta afirmaba: “cuando conozco al niño, al adolescente, siento su dolor precoz por el abandono de la madre y trato de entender su misoginia, su idealismo, sus fotos. Amo a Atta. Tengo que amar para conocer” Y con respecto a Atta y Bin Laden decía: “nos encontramos con elementos muy carismáticos. Los dos tienen atractivo bisexual, son fuertes pero se dejan querer, aman y odian, con capaces de las mayores audacias y al mismo tiempo muestran una tierna suavidad “

Parece ser que el multiculturalismo de la escritora impregnó toda la presentación del libro. Según afirmaba la reseña “Pilar Urbano quiso convertir el acto en un símbolo de hermanamiento entre culturas, tolerancia y respeto. Por ello, tras la presentación del libro, un conjunto integrado por músicos de distintas procedencias, interpretó temas árabes y de música clásica.”

Así que, ante la escasez de información, Urbano se puso a investigar, revelando las terribles verdades que el Sistema ocultaba. Por ejemplo, tras describir profusamente la vida de los pilotos suicidas, descubrió que, en realidad, en el Pentágono no se había estrellado ningún avión. ¡Anda! Y entonces ¿dónde está el que desapareció, con sus pasajeros y tripulación, mientras volaba por allí en aquellos momentos y que creíamos estrellado? Urbano no creyó necesario aclararlo, pero todo apuntaba a Bush. O a los judíos. Porque la escritora descubrió más puntos oscuros, como por ejemplo ¿por qué se ocultaba información acerca de los movimientos bursátiles del día anterior a los atentados? Tal vez porque indicaban que había gente que sabía lo que iba a ocurrir. Posiblemente con esto Urbano recogía una interesante teoría según la cuál los atentados habían sido organizados por los judíos, con el fin de malmeter a occidente contra los musulmanes, por lo que, el día de los atentados, ninguno había acudido a trabajar.
Pero si Urbano trataba severamente a occidente, en cambio era capaz de enjuiciar desapasionadamente a los terroristas. Con respecto a Atta afirmaba: “cuando conozco al niño, al adolescente, siento su dolor precoz por el abandono de la madre y trato de entender su misoginia, su idealismo, sus fotos. Amo a Atta. Tengo que amar para conocer” Y con respecto a Atta y Bin Laden decía: “nos encontramos con elementos muy carismáticos. Los dos tienen atractivo bisexual, son fuertes pero se dejan querer, aman y odian, con capaces de las mayores audacias y al mismo tiempo muestran una tierna suavidad “

Parece ser que el multiculturalismo de la escritora impregnó toda la presentación del libro. Según afirmaba la reseña “Pilar Urbano quiso convertir el acto en un símbolo de hermanamiento entre culturas, tolerancia y respeto. Por ello, tras la presentación del libro, un conjunto integrado por músicos de distintas procedencias, interpretó temas árabes y de música clásica.”
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¡¡Arriba España¡¡