Históricamente ha existido discriminación por razón de raza y por razón de sexo. Las mujeres, -por ejemplo- no podían votar, y los negros podían ser obligados a trabajar en plantaciones de algodón. Todo esto continúa ocurriendo en algunas partes del mundo, pero no en lo que se conoce como «occidente» porque ahí se practica un sistema político bastante aseado llamado «democracia liberal». Que quienes dicen luchar contra la discriminación se centren precisamente en criticar la parte del mundo que la ha desterrado debería suscitar alguna reflexión.
En todo caso la formulación «la mujer (o el negro) ha sufrido discriminación» es engañosa y puede desembocar en graves errores. Lo correcto es decir que personas concretas –de determinada raza o sexo- han sufrido discriminación y otras se han aprovechado de ello. Pero no tiene sentido establecer una especie de cuenta corriente del Sexo o la Raza e intentar contrapesar discriminaciones pasadas con beneficios presentes. No es razonable otorgar a una mujer ventajas actuales sobre un hombre para compensar un machismo pasado porque:
- El efecto compensatorio no existe (las mujeres que fueron discriminadas en su día no se beneficiarán de ello; los hombres que en su día discriminaron no son penalizados).
- Se generan nuevas injusticias (se penaliza a hombres que no se han beneficiado de la discriminación pasada; se beneficia a mujeres que no han sufrido discriminación).
Lo mismo puede decirse de los negros. ¿Sería justo –para compensar la esclavitud- aplicar un gravamen a un palurdo blanco con peto de Arkansas para crear un subsidio a favor de Morgan Freeman?
La receta que occidente ha empleado eficazmente para combatir la discriminación es la universalización: hombres, mujeres, blancos y negros comparten una humanidad común, y la perversa segmentación por sexo y raza debe ser demolida. En realidad es un movimiento de ida y vuelta: primero se eleva el foco para situarlo en la humanidad y desdibujar las identidades tribales, y a continuación se baja para enfocarlo en las personas: éstas, y no las agregaciones, deben ser los únicos sujetos de derechos.
Podría decirse que este es uno de los pilares de la civilización occidental, y es lo que expresa el artículo 14 de nuestra Constitución. Y también puede decirse que el moderno «feminismo» lo amenaza.
Comentarios
Comprendo que esté harto de los politicastros, de la partitocracia, de las listas cerradas, de los "y tú más", pero :
¿ No se animaría a presentarse a las próximas elecciones como Demócrata Liberal Independiente ?
Sé que los que hemos visto sus intervenciones en el Congreso, siempre correcto, siempre sensato, nunca demagogo, ni insultador, le votaríamos en masa. Y que se le unirían muchos , los que también están hartos de las etiquetas y piensan en las personas.
Y tendríamos a alguien que nos representase.
Circunvolución woke o woke-progresadora, quizás
No se van a compensar discriminaciones pasadas, pero el feminismo practicado por el Ministerio de Igualdad (y demás sucursales) sí hace caja: ese es el sentido último de este movimiento.
Ejemplo: Navarra, Departamento de Educación. Curso sobre Igualdad, lo llaman Skolae. Se enseña que la mujer es discriminada porque en deportes como el Atletismo o el Voley Playa se les obliga a usar un uniforme que muestra demasiada piel(casi se muestra el coño); el Ministerio de Igualdad financia la producción de un vídeo en que se denuncia que la mujer es discriminada porque el coño siempre ha estado oculto bajo las ropas.
¿Qué tienen en común ambas tesis, A y no A? Hacer caja. Hegelianismo, las contradicciones son necesarias.