Ir al contenido principal

LA «POLÍTICA DE LA ETERNIDAD» SEGÚN TIMOTHY SNYDER

El nombre no evoca mucho; el concepto es muy importante para entender el deterioro de la democracia liberal, a la que la «política de la eternidad» suplanta poco a poco. Hace referencia a la sustitución de la realidad por un relato; de los hechos por la propaganda; del presente por un pasado ficticio; del abandono de la razón a favor de emociones destructivas que el gestor del relato manipula. Es un proceso difuso pero muy real: podemos ver claramente alguna de sus manifestaciones pero, al no tener una visión completa, tendemos a infravalorarlas porque nos desconciertan. Por el contrario -aunque tampoco la entiendan- los gurús de la comunicación aprovechan la nueva situación: no es necesario que  un mago tenga profundos conocimientos de neurociencia para burlar nuestros procesos cognitivos, y lo mismo pasa con los tahúres demoscópicos.

Aventuremos algunos brochazos para describir el paisaje incompleto de la «política de la eternidad».

◾  El relato de la eternidad es victimista y fatalista. En él los problemas actuales son la expresión de un conflicto anclado en el tiempo y causado por enemigos perpetuos. El relato puede –y debe- ser perfectamente falso, pero en casos extremos se prohibirá incluso ponerlo en duda. Es fatalista porque en él la acción humana se entiende impotente. Y esto es muy conveniente para el gestor del relato, que puede sustituir la rendición de cuentas por el drama.

◾  El relato de la eternidad es, además, identitario. Trata de nosotros/los puros contra ellos/los malos, y el éxito de los primeros pasa por la eliminación física o política de los segundos. Lo importante son los roles inmutables atribuidos por el gestor del relato, y a partir de ahí lo relevante no es lo que uno hace, sino lo que uno es según el papel asignado. En consecuencia desaparece la objetividad. Los hechos ya no son valorados por lo que son, sino en función de sus autores: un mismo hecho es bueno si lo hace “nosotros”, y malo si lo hacen “ellos”.

◾  La polarización identitaria, tan conveniente para la política de la eternidad, se ha visto notablemente favorecida en nuestros días por la acción de las redes sociales. Con el fin de mantener nuestra atención –pues este es el producto que las redes venden a los anunciantes- los algoritmos han aprendido a proporcionarnos aquello en lo que estamos más confortables. Con ello nos han convertido en náufragos aislados que viven en islas de prejuicios autoconfirmados.

◾  Cuando Orwell describía en 1984 el “doblepensar” no estaba inventando nada: lo estaba viendo en acción. Contemplaba cómo una mentira evidente podía ser presentada y aceptada como verdad, y cómo la contradicción podía vivir perfectamente en los discursos. La mentira pública es un síntoma de política de la eternidad en acción. El público del drama eterno no sólo no penaliza la mentira, sino que tiende a percibirla como virtud o sabiduría, y tal vez sea normal. La política de la eternidad florece en momentos de incertidumbre, ansiedad y miedo, en los que la realidad es algo desagradable, y la posibilidad de sustituirla por una historia épica es tentadora. Si la verdad os hará libres, no hay que descartar que la mentira os haga momentáneamente más felices. En consecuencia, lo importante en la política de la eternidad no es conseguir resultados sino generar continuamente crisis para mantener un nivel adecuado de tensión en la audiencia.

◾  En la política de la eternidad los hechos dejan de ser percibidos como atributos de la realidad y se equiparan a las opiniones. La realidad, obviamente, continúa actuando aunque sea ignorada, pero cuando se desploma sobre los actores aunque afecte a sus vidas no suele destruir el relato. Más bien lo refuerza y acentúa la furia ante los enemigos que obviamente continúan actuando. El fracaso del relato provoca así mayor intensidad en el relato.

La política de la eternidad es, en suma, un  episodio más de olvido de la razón de los que hablaba Sebreli. A ustedes les toca decidir si todo esto tiene sentido, y si perciben síntomas en la sociedad actual. Sobre la ilustración de Moebius, nada tengo que decir.


Addenda. Timothy Snyder habla sobre las «políticas de la inevitabilidad» y las «políticas de la eternidad» 


Comentarios

Goethe ha dicho que…
Me ha gustado mucho su exposición. Lo que más me ha confundido es la palabra "eternidad" que tiende a confundir al lector, puesto que pienso que, como pasa en España, este tipo de política es totalmente provisional y del momento (lo contrario por tanto de eternidad). Sí ha señalado usted muy bien el papel que juega aquí lo identitario.
Al ha dicho que…
A mi también me ha gustado aunque, al contrario que a d Goethe el termino eterno me parece adecuado y descriptivo de un relato que al margen del tiempo, la realidad y la historia siempre se mantiene invariable, buenos, ellos, y malos los demás, los que no comulgan con su película, con su relato.
Y pase lo que pase, el relato es eterno.
Bruno ha dicho que…
No me atrevo a escribir que eso de la eternidad se iba a desvelar al final del artículo como la muerte.
El colmo.
¿Cómo nos íbamos a enterar y denunciar esas mentiras si ya estábamos muertos?
Un cordial saludo.
Thomson/Thompson ha dicho que…
Interesantísima entrada que detalla muy bien lo que sucede en la actualidad. Desconocía todo sobre ello.
navarth ha dicho que…
Bienvenidos todos. He añadido un vídeo de Snyder hablando sobre la «política de la inevitabilidad» y la «política de la eternidad». Desgraciadamente no lo he encontrado traducido.
Kepa Minondas ha dicho que…
Muy bueno. Muy de estos tiempoS

Entradas populares de este blog

LA INAUDITA HISTORIA DE LOS BEBÉS ROBADOS

« Es lamentable la falta de interés de la justicia y de la derecha para que haya mecanismos para reparar estos delitos de lesa humanidad . El PSOE debe sumarse a este esfuerzo ». Los delitos de lesa humanidad a los que se refiere Enrique Santiago son los «bebés robados» del franquismo, y el esfuerzo que requiere del PSOE es seguir adelante con la proposición de ley presentada en 2020 en Cortes por ERC, PSOE y Podemos, Bildu y Baldo(ví), y que lleva atascada desde entonces. La exposición de motivos de la empantanada iniciativa nos cuenta esta historia. Queridos niños… « Durante décadas, y hasta etapas muy próximas, en España se ha producido, amparada en la impunidad, una de las mayores atrocidades que ha vivido nuestro país. Un número inmenso de niños fueron sustraídos en cárceles, clínicas y maternidades, y sus familias biológicas siguen sin saber su paradero a día de hoy ». No me dirán que no es una historia tremenda, y que la desolación de Enrique Santiago no está justificada. Se tr

VIERNES DE SEXO (10) (THIS IS THE END, MY FRIEND)

  Las dos primeras décadas de este siglo han presenciado cambios notables en la actividad sexual de los hombres. Un estudio de Peter Ueda expone que el porcentaje de estadounidenses entre 18 y 24 años, que reportan no haber mantenido relaciones sexuales en el último año, ha ascendido del 19% al 31% , y otras encuestas indican que -en ese mismo periodo- el porcentaje de hombres que llegan vírgenes a los 30 años ha subido del 8% al 27% . Estas tendencias –que se repiten en otros países- afectan abrumadoramente a hombres de bajo estatus, y no se repiten en mujeres, lo que indica –para empezar- que algunos hombres están follando más. ¿Qué está ocurriendo? Los sospechosos habituales son las redes sociales y el porno, pero no parece que, ni remotamente, la respuesta se encuentre allí.  Las apps de citas proporcionan datos interesantes.  - Ordenados en función de su atractivo para el otro sexo, el 20% de los hombres más deseados acapara la atención del 80% de las mujeres. Esto presenta un pa

ISRAEL Y EL DILEMA DEL TRANVÍA

Seguro que han visto mil veces el dilema: un tranvía circula sin frenos por una vía en la que hay tres personas despistadas. Sin embargo usted, que por alguna razón misteriosa maneja un cambio de agujas, puede desviarlo a otra vía donde también hay una persona despistada, pero sólo una. ¿Qué hacer? Este es el dilema favorito de los utilitaristas: si en una vía hay 3, y lo desvío a otra donde hay 1, ahorro 2. Perfecto, dilema moral resuelto y a otra cosa. Es una forma de cálculo satisfactoria para los totalitarios. Primero porque elude ciertos juicios morales previos (¿por qué circula el tranvía?; ¿por qué están ahí las personas?) pero sobre todo porque convierte a los humanos en números, que son más fáciles de manejar (¿qué importan unos millones de muertos actuales cuando está en juego la felicidad de todo el mundo en el futuro?) No es de extrañar que esta doctrina moral fuera desarrollada, con su mejor intención, por Jeremy Bentham, que al parecer sufría serias deficiencias en su