Acompáñenme, por favor.
« Es lamentable la falta de interés de la justicia y de la derecha para que haya mecanismos para reparar estos delitos de lesa humanidad . El PSOE debe sumarse a este esfuerzo ». Los delitos de lesa humanidad a los que se refiere Enrique Santiago son los «bebés robados» del franquismo, y el esfuerzo que requiere del PSOE es seguir adelante con la proposición de ley presentada en 2020 en Cortes por ERC, PSOE y Podemos, Bildu y Baldo(ví), y que lleva atascada desde entonces. La exposición de motivos de la empantanada iniciativa nos cuenta esta historia. Queridos niños… « Durante décadas, y hasta etapas muy próximas, en España se ha producido, amparada en la impunidad, una de las mayores atrocidades que ha vivido nuestro país. Un número inmenso de niños fueron sustraídos en cárceles, clínicas y maternidades, y sus familias biológicas siguen sin saber su paradero a día de hoy ». No me dirán que no es una historia tremenda, y que la desolación de Enrique Santiago no está justificada. Se tr
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Hasta luego
En la guerra incivil, a mi marido le asesinaron a sus dos abuelos paternos en Madrid, junto con el hermano del abuelo, por orden de Carrillo o de su segundo. Y al abuelo materno, lo fusilaron en el Fuerte de Guadalupe, en Fuenterrabía, donde se fue a entregar a cambio de su hijo y su yerno, que ellos eran unos jovencitos, y él tenía un nombre, y les vestía más. Por cierto, los politicastros querían fusilarlos a los tres, pero el jefe militar del fuerte se negó, dijo que eso no era de caballeros, y después de fusilar al abuelo, dejó libres a los dos jóvenes.
Pues cuando volvió Carrillo a España, mi suegro le perdonó, porque dijo que ya había habido suficientes venganza y rencor.
Es gracioso que estos niñatos, alentados por el hijo de quien tanto se tuvo que hacer perdonar, sean justamente los que quieran volver a aquél pasado , que bien pasado debería permanecer.
Ya que hablamos ¿me podría mandar su dirección por mail?
Un abrazo.
Y sí, era un valiente, comparado con los de ahora, pero también fue un valiente el que soltó a su hijo y a mi futuro suegro, a pesar de lo que se jugaba.
Y al abuelo madrileño de mi madre, le salvaron de los paseos los de la CNT y de la FAI, que le pusieron protección ( esos tiarrones que tenían ) en el portal y una placa, con toda clase de sellos, y eso que el hombre iba de Señor, y que no se le ocurría salir a la calle sin su sombrero de copa...
En aquella guerra incivil, hubo canallas que cometieron canalladas, pero también hubo valientes heroicos que se sacrificaron por los demás, en los dos lados.