Por el océano se mueven bancos de peces. ¿Por qué van tan juntos?, se pregunta inmediatamente el observador imparcial. Para empezar porque les otorga protección contra los depredadores. Es una percepción falsa desde luego: para el depredador hambriento encontrar a sus presas agrupadas le facilita notablemente la tarea. Pero los peces, que detestan ser devorados, piensan que mientras el banco siga vivo ellos como parte de él también lo estarán, aunque eventualmente hayan sido pasto de los tiburones. De este modo, si bien al ingresar en el banco renuncian a su libertad de movimientos, alcanzan, según creen, la inmortalidad. El banco tiene también la ventaja de la apariencia. Un pececillo aislado no parece gran cosa, pero cuando se reúne con unos centenares de congéneres pueden adoptar formas amenazadoras. De este modo el pececillo más pusilánime puede comportarse como un chulito cuando está en su cardumen. Y esta es una cosa realmente curiosa del banco: cuando un pez ingresa en él...
* Todo parece indicar que Navarth es Fernando Navarro, former MP de Ciudadanos por Baleares en la XI y XII Legislatura