Los partidos políticos tienen una doble naturaleza. Su función principal debería ser la intermediación política. Dado que los ciudadanos no son expertos en todas las materias, los partidos deberían ser los gestores políticos: esto es lo que Burke tenía en mente en su discurso a los electores de Bristol. Pero, además, los partidos funcionan como identidades: no se escogen por lo que hacen, sino por lo que son. O, más exactamente, por lo que se quiere expresar de uno mismo. En una sociedad pluralista coexisten distintas visiones, intereses y valores. El caso es que cuando las cuestiones –digamos- morales se reparten y alinean con los partidos quedan contaminadas de identidad política: a partir de ese momento son las identidades políticas las que determinan los valores. Si se tiene en cuenta, además, que cada vez más funciona el «partidismo negativo» -la identidad política se define por aversión a la opuesta- es fácil prever una espiral de polarización. Si la identidad rival defiende el veganismo, nosotros pasaremos a ingerir compulsivamente grasa animal; si la identidad rival es contraria al aborto, nosotros lo extenderemos hasta omitir la protección del no nacido. Esta formación de packs de valores de izquierda y derecha ya es visible en España.
¿Hay algún beneficiado con la contaminación identitaria de los valores? No, desde luego, los ciudadanos, a los que la polarización condena al sectarismo y la estupidez. Tampoco la comunidad, a la que se somete a enormes tensiones y en la que la cooperación es sustituida por el conflicto y la competición de suma-cero. Los únicos beneficiados son los partidos políticos, a los que la polarización sitúa en cómodos nichos de mercado inatacables, en los que lo único que tienen que hacer para vivir cómodamente es diferenciarse y atacar al rival. De este modo la gestión, la política y los resultados pueden ser barridos cómodamente debajo de la alfombra.
En realidad los políticos –salvo que sean héroes- son también rehenes de esta dinámica. Así que la responsabilidad para romper la espiral de polarización está en ustedes, en los ciudadanos. Y existe una receta simple: penalicen a los políticos que polarizan.
Comentarios
Plas, plas, plas.
Especialmente bueno lo de hoy, Don Fernando
Tan universal como el cherchez la famme solo que con el partido se tiene a la femme y no al revés.
Y el caso es que con eso de la atadura a la disonancia cognitiva de marras lo que pasa es que a los partidos se la trae floja, ni dicen lo que piensan, ni hacen lo que dicen, ni mantienen nada de eso si les conviene cambiarlo.
Y los mortales aferrados a su grupo que les chulea armónicamente.
Estoy terminando de leer " The Darkening Age" de Catherine Nixey, y eso de la moral oficial, impuesta desde arriba, en el caso de lo que el libro nos cuenta, desde dentro del propio imperio, dando el poder a los obispos cristianos, para imponer su religión y su moral, por el bien de todos, y los métodos que usaban : delaciones, entrar y arrasar domicilios privados, quema de libros, ajusticiamiento de filósofos , y de "paganos"... Me ha recordado demasiado a los asesinos de los del Charlie Hebdo, del Bataclán, de Salman Rushdie ( que no me gustan sus libros, pero que espero que sobreviva ...).
Me dicen que Nixey es estupenda como escritora, pero no tanto como historiadora. Espero encontrar libros serios de historia que desmientan "The Darkening Age ".
https://historyforatheists.com/2017/11/review-catherine-nixey-the-darkening-age/
Y sí voy por la mitad de PAGANS el libro de James O'Donnell, que el artículo recomienda al final, como mucho mejor que el maniqueo de Nixey, desde el punto de vista histórico.
Lo malo es que, el libro de O'Donnell, al lado de el de Nixey, resulta un plomo derretido, lleno de detalles sobrantes ( por ejemplo, explica los sacrificios a los dioses con pelos y señales, cosa que no hacía ninguna falta ).
A ver si hay suerte, y Nixey toma ejemplo de Antonia Frazer, y, de escribir biografías de mujeres históricas, se pasa a las policiacas, con su Jemima Shore...
Las ideologias, y las religiones, permiten variedad de temperamentos, y los que nacieron inquisidores antes mudaràn de ideologia que de caracter... San Agustin decia que " Decís vosotros que los tiempos son malos. Sed vosotros mejores, y los tiempos serán mejores: vosotros sois el tiempo”
Puesto que viene al hilo del tema, me permito recomendar "los peligros de la moral" de Pablo Malo...
Gracias.
Tengo "Los peligros de la moral" de Pablo Malo, en el Kindle. Aunque tendrá que esperar su turno, que, en este momento, la lista de espera es enorme ( leo un libro escapista entre cada libro de No Ficción, para no obsesionarme...
Muchas gracias en todo caso.