No es que Pedro Sánchez mienta: es que divide la realidad en compartimentos estancos, y lo que ocurre en cada uno de ellos es independiente de lo que pasa en los otros. Esto era, al fin, la política postmoderna: el fotograma sustituye a la secuencia, lo que hace innecesario el guion, la continuidad, la coherencia y aún la verdad. Un paso necesario en la sustitución del homo sapiens por el homo videns.
Habíamos tenido ocasión de contemplar la compartimentación temporal: un fotograma presenta a Sánchez insomne por Podemos, y otro -independiente del anterior- lo muestra sonriente junto a Iglesias; en un fotograma Sánchez demuestra firmeza ante Bildu, y en otro firma acuerdos con los filoterroristas. Ahora podemos ver la compartimentación espacial. La foto en España muestra a un Presidente-estadista clamando por la unidad y quejándose amargamente de la escasa predisposición al acuerdo del principal partido de la oposición; en Italia presenta al estadista, con el trasero al aire, preocupado por el futuro de su partido.
Hoy la política es, en gran medida, un gigantesco timo, y de ahí ese empeño en convertirla sin complejos en causa identitaria: sólo a votantes suficientemente sectarizados les basta con las fotos inconexas.
Comentarios
Él puede copiar de cualquier manual de dichos célebres y pasar por Napoleón ante las pirámides alegando que ni hubo Napoleón ni pirámides.