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ESCENAS DEL POPULISMO RUSO (1): INTRODUCCIÓN


Se conoce como populismo a un conjunto heterogéneo de movimientos revolucionarios que brotaron en Rusia desde el primer tercio hasta el final del siglo XIX. Aquí el término ‘populista’ no es equivalente al actual, el que usamos para referirnos al régimen, ideología, o político que confía su triunfo al estímulo de la naturaleza tribal de sus votantes en detrimento de su parte más ilustrada. En el caso ruso, 'populismo' se refiere a la característica esencial compartida por las distintas corrientes: su enfoque en los campesinos, a los que se consideraba el verdadero “pueblo” –narod-.

El periodo de tiempo estudiado tiene una duración determinada, y puede situarse su inicio en la revuelta decembrista de 26 de diciembre de 1825. No se suele incluir a los decembristas entre los populistas rusos, pero los menciono por dos razones. Una, que entre sus reivindicaciones incluían la emancipación de los siervos. Dos, que tuvieron gran influencia en los padres del populismo, en especial, en Alexander Herzen. La fecha final del estudio del populismo se suele situar, también convencionalmente, en el asesinato del zar Alejandro II en 1881. Después de esto el nuevo zar, con las simpatías de la opinión pública, emprendió una intensa represión que fue desmantelando los grupos terroristas remanentes. Los últimos populistas, como Plejanov, acabaron derivando hacia formas más puras de marxismo.


Si Herzen fue uno de los padres del populismo, los otros dos fueron Mijaíl Bakunin y Nikolai Chernyshevsky, pero ahí acaba toda semejanza entre ellos. Herzen era un pensador brillante y elegante; Chernyshevsky, honrado, trabajador y bastante aburrido; Bakunin era un destructivo histrión. Es desolador que, de los tres, el más conocido sea precisamente el último. En la siguiente generación encontraremos gente menos preparada y más desagradable. Podemos dedicarnos a hablar de las ideologías que aducían, pero encontraremos más explicación a su conducta en afecciones juveniles: adanismo, total indiferencia hacia los demás, narcisismo, temor a la exclusión, y tendencia a la uniformidad mimética.

Por estas páginas también desfilarán otras personas -Ishutin, Nechayev, Tkachev, Lavrov-, movimientos –los narodniki-, y organizaciones -“Tierra y libertad” (Zemlia i Volya) y ”La voluntad del pueblo” (Narodnaya Volya)-. Todos ellos compartían al menos tres características. Una, se arrogaban el papel de intérpretes de la voluntad del pueblo -sin haberlo consultado previamente-. Dos, consideraban el mayor de los males la desigualdad, tendiendo a sacrificar cualquier otro valor -especialmente la libertad- a la consecución de aquélla. El problema es que, como Herzen se encargó de manifestar, estaban dispuestos a sacrificar bienes ciertos y presentes por ideales inciertos y futuros.

La tercera característica común, es su naturaleza milenarista. Dice Isaiah Berlin:

«Todos estos pensadores comparten una visión apocalíptica: que una vez el reino del mal (la autocracia, la explotación, la desigualdad) se consuma en el fuego de la revolución, surgirá natural y espontáneamente de sus cenizas un orden justo y armonioso, necesitando únicamente la suave dirección de los ilustrados revolucionarios para conseguir la adecuada perfección. Este sueño utópico, basado en la simple fe en la naturaleza humana regenerada (…) Sus raíces se hunden profundamente en la imaginación religiosa de la humanidad».

Vamos allá con esta historia.

 Imágenes:
1.- Destrucción de los decembristas en la Plaza del Senado de San Petersburgo, por Vasily Timm.
2.- Alexander Herzen.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hombre, la revuelta decembrista (1825)no pudo tener su origen en la derrota rusa en la guerra de Crimea (1853-1856).
navarth ha dicho que…
Estimado Anónimo tiene usted toda la razón. Es un lugar común que en el origen de la agitación populista rusa está la humillación por la derrota en la Guerra de Crimea y yo, burro de mí, se la he endosado a los decembristas. Pide disculpas, le agradezco la corrección, y procedo a corregir el error. Un saludo cordial.
benjamingrullo ha dicho que…
Muy interesante. Navarth.

“Sus raíces se hunden profundamente en la imaginación religiosa de la humanidad.”

Siempre Becker.
navarth ha dicho que…
Gracias BENJA. Pues sí, esta historia es muy interesante. Espero conseguir contarla de forma amena. Un abrazo.
Belosticalle ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Belosticalle ha dicho que…
Prometedor estreno, Navarth.

Bendita papelera, he podido quitar de en medio un lapsus mío, por meterme a corrector:

Acerca del párrafo tercero, me sorprendió la traducción ‘Tierra y Libertad’, ya que, en primera acepción, volya es voluntad (‘Tierra y Voluntad’), como luego en ‘La Voluntad Popular’ (Narodnaya Volya).
Pero volya es también libre albedrío, o sea libertad de elección. Así para ese movimiento populista veo que todos traducen ‘libertad’, no voluntad.
La palabra más usada, creo, para libertad es svoboda. La otra ‘libertad’ populista suena algo así como ‘real gana’.

No me haga caso y adelante. Un abrazo.
navarth ha dicho que…
Querido BELOSTICALLE, discúlpeme pero se me había pasado su comentario. Gracias por el matiz idiomático. Yo también me quedé sorprendido cuando vi que volya se traducía como libertad o como voluntad. “Tierra y real gana” es un gran nombre para un movimiento populista. Un abrazo.

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