Javier Cercas esta muy molesto con la pugna entre Almudena Grandes y Leguina. Concretamente está muy enfadado con las opiniones de éste último, e intenta desmontarlas desarrollando una argumentación basada, creo, en dos puntos. 1) Desde el punto de vista político la Guerra Civil sí fue, contra lo que predica un cliché tramposamente ecuánime, una guerra de buenos contra malos: como en casi todas las guerras, en la nuestra no hubo un bando moralmente del todo bueno y un bando moralmente del todo malo, pero sí hubo, como en tantas otras guerras, un bando políticamente bueno y un bando políticamente malo, un bando que defendió la legalidad democrática y un bando que la destruyó. Este punto de vista exige aceptar que los comunistas, los socialistas y los anarquistas no eran revolucionarios, sino fervientes defensores de la democracia. Podría argumentarse que al menos los dos primeros habían aceptado formalmente las reglas de juego democrático como paso previo a la dictadura del proletaria...