«Un fascista muerto es un fascista menos». Esta es la ecuación esencial, tan importante como el teorema de Pitágoras o E=mc2. Irene Montero y Ione Belarra la descubrieron reproducida en la pared de un urinario de Menorca, y les hizo tanta ilusión que se hicieron fotos junto a ella (en Menorca; es como si alguien llega al Paraíso y se dedica a hacerse selfies en el sitio en el que Adán y Eva hacen caca). Pero la emoción de Montero y Belarra estaba justificada, porque la fórmula del mingitorio sintetiza su filosofía política: un fascista es alguien maligno al que hay que destruir. ¿Por qué? Precisamente porque gente como Belarra y Montero lo han etiquetado como «fascista», un sello infamante y poderoso que priva de voz al que lo lleva y justifica su castigo. El pasado miércoles fue asesinado, mientras debatía en un campus universitario, Charlie Kirk. Kirk, de 31 años, era una figura descollante de la derecha norteamericana, líder de las juventudes del Partido Republicano y segu...
* Todo parece indicar que Navarth es Fernando Navarro, former MP de Ciudadanos por Baleares en la XI y XII Legislatura