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Mostrando entradas de 2021

LA AVENTURA, NADA EQUINOCCIAL, DE MULET

Carles Mulet , senador del partido pancatalanista Compromís, se aventuró en las profundidades de Castilla y llegó a Camporredondo , pueblo de 155 almas. Pretendía desfacer un entuerto, y tal vez se veía como un Tirant lo Blanc redivivo. Pero en un arrebato de sinceridad se define como «rústicoeconacionalista», lo que ayuda a visualizarlo más bien como Paco Martínez Soria en su aventura castellana. ¿Qué problema afrontaba Mulet? ¿Aspiraba a solucionar la despoblación? No. Mulet vive muy por encima del grosero mundo real, con su vulgar coherencia y sus mezquinas relaciones de causalidad. Sabe que la verdadera lucha tiene lugar en el Relato , un mundo mágico en el que los problemas no están para ser solucionados –puesto que no existen- sino para arrojarlos a la cabeza de los contrincantes. Mulet lo Blanc se internaba en Castilla para luchar contra el dragón franquista. Y su ojo avizor se había posado en los impíos hechos de Camporredondo. Más concretamente, habían sido el ojo avizor de u

¿LA BONDAD? AL FONDO A LA IZQUIERDA

ETA era, en realidad, de extrema derecha: esta es una sorprendente teoría que defienden incluso personas inteligentes –de izquierda, claro-. Recuerda JuanCla de Ramón que es una versión de la falacia del escocés: - Ningún escocés echa azúcar al porridge. - Pues mi tío Angus de Edimburgo siempre lo hace. - Ningún escocés verdadero echa azúcar al porridge. Así que hay una izquierda y una verdadera izquierda. De la primera se aceptan los votos; la segunda sirve de refugio a la superioridad moral cuando la realidad se impone. Entonces se alza el dedo virtuoso: eso no era verdadera izquierda. Y, a ser posible, se delegan las culpas en la derecha. No es casual que, cuando un brote agresivo, excluyente y/o totalitario en la izquierda es ya imposible de ocultar, se le asigne la etiqueta de fascismo, nunca comunismo.Lo contrario no suele suceder: nadie acusa a Franco de ser de izquierdas. Primer problema: este planteamiento impide reconocer errores y asumir responsabilidades. Yo no me he equivo

LA BRÚJULA Y EL MAPA

« La brújula -creo recordar- señala el norte desde dónde estás, pero no dice nada sobre las ciénagas, desiertos o abismos que encontrarás en tu camino. Si buscando tu objetivo empiezas a andar de forma atolondrada, ignorando los obstáculos, y no consigues nada más que caer de cabeza en un pantano… ¿de qué te sirve saber dónde está el norte? ». La brújula representa las recetas que alguien cree tener para mejorar la sociedad, incluyendo diagnósticos, soluciones y valores. El mapa señala el camino hacia el lugar desde donde podrán ser materializadas –es decir, el poder-. El idealista tiene brújula pero carece de mapa; al ignorar las restricciones de la realidad -como recuerda Lincoln- se precipitará de cabeza por un barranco. El maquiavélico tiene mapa pero no brújula, lo que le permite eludir los parajes más incómodos. Observa con desdén al idealista y convierte su propia ausencia de convicciones en inteligencia y virtud: la política no es nada más que esto, repite a quien le quiera oír

ACTUALIDAD SOBRE EL VIRUS

El presidente de Sudáfrica se queja de la sobreactuación de los gobiernos europeos ante la nueva variante del virus. Están -dice- penalizando a un país que ha actuado con gran transparencia, y con ello implica que se está enviando un estímulo a la opacidad: la próxima vez, mejor me callo. El caso es que los gobiernos nacionales reaccionan para proteger a sus ciudadanos, pero la pandemia es global. Las estrategias deberían ser mundiales, pero el poder político está compartimentado en países, e incluso dentro de los países, lo que complica aún más las cosas como bien sabemos. Por su parte Suiza ha aprobado la obligatoriedad del pasaporte COVID. Lo ha hecho en mediante referéndum, como si las masas fueran más inmunes a la histeria que un gobierno representativo. Los medios hablan de una «clara mayoría del 62%», lo que supone que una nada despreciable minoría -nunca lo es- del 38% no está activamente de acuerdo con una medida que muchos perciben como una agresión de lo público a su autonom

ACERCA DE EXPERTOS Y GORRONES

No vacunarse es una opción, pero no se puede exigir mucha simpatía hacia ella. En algunos casos la decisión parece provenir de movimientos muy politizados y poco contaminados por la ciencia. En otros, de un temor a los efectos secundarios de la vacuna. Pero en este último caso -que implica, en la lucha contra la pandemia, delegar los «riesgos» de vacunarse en otros- estamos ante un caso claro de gorrón social. El gorrón -o más finamente free rider - siempre ha planteado un interesante enigma: cómo, a pesar de la tentación gorrona, hemos conseguido evolucionar hasta llegar a ser sociedades altamente cooperativas. Obviamente ser un aprovechado tiene beneficios inmediatos, y el propio Darwin pensó que la explicación está en la evolución grupal: aunque ser un aprovechado sea genéticamente rentable, una tribu de aprovechados perderá en la competición contra otra cuyos miembros acepten ciertos sacrificios por el bien común. Hoy se acepta que existe un factor aún más potente: la censura soci

¿QUIÉN SERÁ EL PSC?

Creo que fue Jorge San Miguel el primero que dio en el clavo: Sánchez ha trasladado el funcionamiento del nacionalismo catalán a la política nacional. Para los nacionalistas sólo una parte de la sociedad es la verdadera sociedad. No es que lo proclamen abiertamente, ni se animan a estas alturas a redactar leyes de ciudadanía, pero el ciudadano de segunda recibe continuamente mensajes inequívocos en este sentido: sabe que en todos los campos sociales, incluido el acceso al empleo público, los brahmanes tienen preferencia. El resultado final es bien conocido: la sociedad catalana se ha fracturado. Pero los políticos han vivido -y continúan haciéndolo- muy bien, que es lo realmente decisivo. El secreto de su éxito está en la mercancía venenosa que han manejado: el etnicismo, la penúltima racionalización de nuestra tendencia a dividir entre Nosotros y Ellos. Sánchez, si quería imitar la receta del nacionalismo, necesitaba un criterio de discriminación igualmente efectivo, y no sólo enco

LA RAZÓN ACORAZADA

En Dune -un vistoso pestiño- los guerreros pelean provistos de unos escudos singulares. Son campos de fuerza portátiles que rechazan eficazmente los golpes directos -una cuchillada violenta, un disparo- pero que tienen un punto débil: pueden ser penetrados si el movimiento es lo suficientemente sutil. En su imprescindible La mente de los justos Jonathan Haidt describe a la razón humana como un jinete subido precariamente sobre un elefante. Dice Haidt que lo prefirió a un caballo porque es más grande y más inteligente; representa la parte no consciente que decide nuestros actos: intuiciones y emociones, incluidas las morales. ¿Y el jinete? Pues en la mayor parte de los casos se dedica a construir argumentaciones ex post para justificar los movimientos del elefante, cuyos motivos con frecuencia ignora por completo. En ese sentido no es su conductor, sino su abogado defensor. Porque la razón no evolucionó para buscar la verdad, sino -somos animales sociales- para convencer al resto de

EL DILEMA DE PICQUART

En la oscuridad de su despacho el coronel Picquart accede abruptamente a una revelación: Dreyfuss es inocente. La escritura del documento que sirvió para condenarlo coincide exactamente con la de Esterhazy, sobre el que se acumulan otros indicios. En uno de los platillos de la balanza que acaba de definirse están la comodidad, la carrera profesional, la reputación y -pronto lo descubrirá- la libertad de Picquart; en el otro reposa desvalida la verdad. Sería tan fácil dejar que continuase oculta… Picquart comunica a sus superiores el descubrimiento. En una reunión con el general Gonse éste le expone la conveniencia de barrerlo debajo de la alfombra. Tal vez se ha cometido un error, sí, pero está en juego el honor del ejército y la tranquilidad de la nación: la libertad y el honor de Dreyfuss deben ceder, lamentablemente, a estas consideraciones superiores. Somos soldados, cumplimos órdenes; no nos corresponde enjuiciar este caso, y aquí estamos para cumplir nuestro deber. El dilema de P

LA IZQUIERDA MIRÍFICA

El primatólogo Richard Wrangham llama «paradoja de la bondad» a una de las características más destacadas del sapiens: comparados con otros primates, somos excepcionalmente cooperativos dentro de nuestro grupo y extraordinariamente agresivos contra los de fuera. Son las dos caras de nuestra naturaleza: la Fuerza y el Reverso Tenebroso -si les va la cultura pop- o el yin y el yang, si son más bien del New Age. Aunque toda ella es tribal, solemos llamar « tribalismo » sólo a la faceta oscura de nuestra naturaleza, la que nos impulsa a destruir a la tribu de fuera; por el contrario, la tendencia a la colaboración social no tiene nombre específico, aunque las virtudes cívicas -hoy algo anticuadas- se construyen sobre ella. En todo caso el tribalismo es una de nuestras tendencias más potentes, capaz de desencadenarse ante los colores de una camiseta e incluso ante el lanzamiento de una moneda al aire -hay muchos experimentos sobre esto-. El instinto se mantiene invariable desde las caverna

LA LEY DE HIERRO DE LAS OLIGARQUÍAS DE HOJALATA

Se dice que los partidos forman estructuras piramidales, pero la imagen no es correcta . En realidad se acaban pareciendo más bien al Pirulí: una exigua cabeza ocupada por el Líder y dos o tres Sumos Sacerdotes -entre ellos el spin doctor-, muy alejada de la base y comunicada con ésta por un delgado pilar por el que descienden las consignas e instrucciones -como hinchar los globos en los eventos, o votar en el Congreso-. Curiosamente suelen llamarse fontaneros a los encargados de estas construcciones. El problema de la fontanería de partido es que es divertida y proporciona a su titular una sensación de poder en la sombra. El fontanero acaba -aunque no haya leído un libro en su vida- convencido de ser una especie de genio oculto, el titiritero que maneja los hilos, Spectra acariciando al gato; esto, para determinados perfiles que surgen de la nada, es muy estimulante. El problema es que, en realidad, los fontaneros controlan poca cosa: intenten ustedes pintar en un papel la estructura

PARADOJAS EMOCIONALES

El 13 de septiembre de 1848 Phineas Gage , que trabajaba en la construcción del ferrocarril entre Rutland y Burlington (Vermont), acababa de hacer un agujero en una roca para proceder a su voladura. El proceso habitual incluía rellenar el agujero con pólvora, insertar un detonador, añadir arena para canalizar la onda expansiva hacia la roca, y compactar el conjunto con una barra de hierro, pero Gage se distrajo momentáneamente y la arena fue omitida. Al usar la barra una inesperada explosión la convirtió en un cohete: entró por el pómulo izquierdo de Cage, atravesó cráneo y cerebro, y aterrizo a unas decenas de metros cubierta de restos orgánicos. Contra todo pronóstico Gage recuperó la consciencia a los pocos minutos del incidente, y al cabo de unos días era capaz de hablar y razonar correctamente. Sin embargo su carácter había cambiado; el ordenado barrenero se había convertido en una persona intemperante, incapaz de planificar y de acompasar su vida a los usos sociales más elementa

LÁGRIMAS DE COCODRILO

Tenían derecho a hacer daño -era una buena causa y los enemigos malvados-, pero tal vez se pasaron un poco. Lo dijo Otegui hace año y medio: « lo siento de corazón si hemos generado más dolor a las víctimas del necesario o del que teníamos derecho a hacer ». Ahora vuelve a lamentarse de que el dolor se prolongó en exceso –si la tortura se prolonga en exceso no es ecosostenible-. Es todo una bazofia que debería repeler al paladar mínimamente democrático, pero abundan los paladares de corcho. Sugerían en la tertulia de Alsina que, si la comprensión de la enormidad del crimen fuera real, Otegui renunciaría a seguir haciendo política. Cierto, pero no hay comprensión y arrepentimiento sino oportunismo. Era oportuno matar para despejar el camino e imponer sus ideas, y ahora es oportuno disimular para llegar al poder. Pero Otegui es un oportunista político: quiere llegar al poder para materializar su visión totalitaria. Sánchez es un oportunista vacío: quiere conseguir el poder por un mero pl

EL RIDÍCULO COMO ALERTA

Charles Fourier es uno de los socialistas «utópicos», es decir, uno de los formidables pensadores que pavimentaron la llegado del socialismo «científico» y en concreto de Marx. Según la Wikipedia es el padre del cooperativismo, de la liberación sexual, de la lucha contra la desigualdad e incluso de la emancipación de la mujer. Según Herbert Marcuse, es un «gigante» cuya idea central es la transformación del trabajo en placer. El caso es que leer a Fourier produce una gran sorpresa: el gigante se revela más bien como el diseñador alucinado de una sociedad que resulta, a su pesar, muy cómica. E inmediatamente surgen dos preguntas: ¿por qué su biografía ha sufrido esta alteración?; ¿sus contemporáneos no percibían sus extravagancias? La primera es fácil de responder: la realidad de Fourier ha sido subordinada a su fama posterior. Además la circunspección del historiador suele ser poco compatible con la burla, que la lectura de Fourier estimula constantemente. Por eso su obra se present

QUO VADIS, AÍDA

A principios de 1993 se crearon en Bosnia-Herzegovina "áreas seguras" : enclaves de población bosnio-musulmana sumergidos en zonas controladas por serbio-bosnios. Su defensa se encomendó a Naciones Unidas. Uno de ellos era Srebrenica . Similares enclaves bosnio-musulmanes habían sido creados en territorios amenazados por los bosnio-croatas. Entre ellos Mostar, vigilado por fuerzas españolas. En abril de 1994 los serbio-bosnios comenzaron a presionar sobre las “áreas seguras”. Primero sobre Gorazde, luego sobre Zepa. No hubo respuesta por parte de Naciones Unidas. Finalmente en junio de 1995 los serbio-bosnios, dirigidos por el notorio criminal Radko Mladic , penetraron en el «área segura» de Srebrenica «protegida» por NU y los holandeses. Las fotos de Mladic difieren de frente y de perfil. En las primeras puede verse a una persona enérgica con una dura mirada azul; en las segundas, a un hombre fofo. Aquí aparece con el comandante holandés Karremans brindando por el satisfacto

LA TIRANÍA DE LOS CUÑADOS

El primatólogo Richard Wrangham describe una peculiaridad del sapiens: comparados con otros primates, somos muy pacíficos dentro de nuestra tribu y extraordinariamente feroces hacia los de fuera . Ese doble rasero, esa radical división entre Nosotros y Ellos, tiene un reverso tenebroso –la crueldad automática hacia el ajeno- y un anverso benéfico: nuestra capacidad de cooperación intragrupal explica posiblemente nuestro éxito como especie. De esto último quiero hablar hoy. ¿De dónde viene nuestra docilidad intratribal? Sencillamente - explica Wrangham- estamos domesticados. Faltaría entonces saber quién lo ha hecho, y en el siglo XIX el naturalista Johann Blumenbach propuso una explicación: « debe de haber existido en el mundo primitivo una clase de existencias superiores, para quien el hombre actuó como una especie de animal doméstico ». La hipótesis encajaba bastante bien en una novela de Arthur Clarke, pero no es aceptada en la actualidad. Nuestros primos los bonobos demuestran que

¿PÁNICO MORAL?

En verano de 1983 una madre denunció un posible caso de abuso sexual en la guardería McMartin de Manhattan Beach, posiblemente la más cotizada de Los Ángeles. Había sido alertada por unas molestias rectales de su hijo, y las sospechas recayeron sobre unos de los profesores, hijo a su vez de la directora del centro. Según pasaban las semanas el número de niños que -en opinión de los trabajadores sociales acudidos para tratar del asunto- podrían haber sido agredidos fue aumentando dramáticamente. En febrero de 1984 la cadena KABC afirmó que «las autoridades creen que hasta 60 niños podrían haber sufrido abusos». Los niños, continuaba la noticia, habían participado en orgías, habían sido protagonistas involuntarios de películas pornográficas, y habían presenciado la mutilación de animales, lo que les había inducido inicialmente a guardar silencio. No tenemos la menor duda de que nuestros niños han sido violados, comentó una madre al reportero. El caso se alargaría durante 7 años y se con

EL ENIGMA DE LA RAZÓN

« Los animales, por tanto, no se guían en sus inferencias por la razón. Tampoco los niños; tampoco la generalidad de la humanidad en sus acciones ordinarias y conclusiones; tampoco los filósofos mismos, que en todas las facetas de la vida son, básicamente, iguales a la gente vulgar ». Esta opinión de David Hume no era mayoritaria en su época. ¿No estaba en el Siglo de las Luces? ¿No se había confiado a la razón la tarea de disipar las tinieblas de la superstición y la ignorancia? En definitiva ¿no es el hombre un ser racional? Pues según Hugo Mercier y Dan Sperber no mucho: « La evidencia que hemos considerado hasta ahora sugiere que los seres humanos tienen un conocimiento limitado de las razones que los guían y a menudo se equivocan sobre éstas (…) No es que comúnmente identifiquemos mal nuestras verdaderas razones. Es, más bien, que nos equivocamos de partida al asumir que todas nuestras inferencias están guiadas por razones. Las razones, queremos argumentar, juegan un papel centr

PROBLEMAS REALES, POLÍTICAS FICTICIAS

Las escenas en Kabul -la visión de la desesperación real ante el peligro real- ha desvelado la grotesca farsa política española. Esa práctica de priorizar los problemas, no en función de su relevancia real, sino de su potencia de fuego político. Esa costumbre de posponer los asuntos más acuciantes, pero de difícil solución, en favor de fuegos de artificio. Tenemos un serio problema territorial, un mercado laboral que condena a los jóvenes al paro y la precariedad, un sistema educativo que antepone la ideologización a la comprensión lectora, bajísima natalidad y problemas de sostenibilidad en las pensiones. ¿Qué soluciones proponemos? Lucha contra el heteropatriarcado, lenguaje inclusivo y Franco a mansalva. Estas soluciones atienden a necesidades inexistentes, pero permiten la señalización virtuosa -la virtud es fuente de estatus- y la estigmatización del adversario, reducido a espantapájaros político. Así han conseguido propagar -contra toda evidencia- la sospecha de que España es un

EL ALGORITMO LIBERAL

Estos días florecen opiniones sobre qué es el liberalismo, y eso está bien: introducir el debate ilustrado en un escenario de cachiporras es bastante recomendable. El problema es que, con frecuencia, no se limitan a proporcionar unas coordenadas generales para orientarse en el espacio político, sino que desembocan en una serie de prescripciones concretas que, presentadas como si fueran evidentes, resultan sorprendentemente parecidas a las posiciones -actuales- del partido político al que se pertenece. La cosa -parecen decirnos- funciona así: se introduce en un ordenador político la ficha «liberal» e inmediatamente te dice que tienes que estar a favor de la economía de mercado, impuestos bajos, eutanasia y legalización del cannabis. Queda cierta sospecha sobre si con esto se está practicando el liberalismo o la triangulación. Si realmente «liberal» es una fórmula donde todas las respuestas son claras -tengo para mí que la duda y la cautela definen mejor su carácter- o si lo que se busc

VIVIR EN LA MENTIRA

Cuando expresar la propia opinión conlleva un riesgo cierto, el disimulo es la táctica previsible. En la Unión Soviética de Stalin la más mínima apariencia de disensión podía conducir a la muerte o al Gulag, de modo que las personas se acostumbraron a tener, al menos, dos caras, una pública y otra privada -algunos elevaban el número a 6: para la pareja, para los hijos, para los amigos, para los conocidos, para los compañeros de trabajo y para el público en general- La taqquiya o ketman es una dispensa a la obligación de exteriorizar la fe en Dios cuando supone un riesgo cierto para el creyente; Czeslaw Milosz señala la semejanza y entiende que eso era lo que los infortunados habitantes del régimen comunista polaco hacían, acogerse al ketman . ¿Qué ocurre cuando la presión externa se debilita y los costes de la verdad descienden? A partir de los 60 los regímenes comunistas entraron en una fase post-totalitaria, pero el escenario se mantuvo imperturbable. La capa de mentira –como el hi

UN PUENTE SOBRE EL DRINA

Que vivimos en un oasis. Que la civilización es un frágil entramado de leyes e instituciones que permiten que convivamos pacíficamente los diferentes. Que el demonio tribal acecha en el corazón de cada uno de nosotros. Que el tránsito del oasis a la barbarie es rápido -y el camino opuesto muy trabajoso-. Visegrado (Bosnia). El puente del Drina fue construido por el Gran Visir Sokollu Mehmet en el siglo XVI. Y en 1945 fue escogido por Ivo Andrić para simbolizar la unión entre el este y el oeste y la capacidad para convivir en armonía –aún precaria- en sociedades multiétnicas. En 1914 la armonía se deshizo y la minoría serbia fue perseguida con la anuencia de los austriacos. El puente, las costumbres y las instituciones fueron voladas. El párrafo a continuación refleja ese momento en que el instinto tribal se abre paso a través del sutil velo de la civilización: « La gente fue dividida entre los perseguidos y los que los perseguían. La bestia salvaje, que vive en el hombre y no se atr

EL ANTITRIBALISMO ES LIBERALISMO

¿Qué es ser liberal? Tener apego por la libertad, claro ¿quién no? ¿Y quién, aunque pretenda acabar con la libertad, lo reconocerá? No hay definición fácil del liberalismo, y para cuando empezamos a hablar de Constant y Tocqueville nuestro interlocutor ya se ha ido. Propongo entonces esta visión. Somos tribales. En condiciones normales la cosa no funciona mal -la cooperación ha favorecido la civilización- pero se trata de un equilibrio delicado. Cuando el tribalismo se excita -y esto ocurre en momentos de incertidumbre como los actuales- pasamos a contemplar el mundo como una competición de suma-cero entre «nosotros» y «ellos», alineándonos acríticamente con «nosotros» y decidiendo que la solución de nuestros males pasa por destruir a «ellos». En ese momento la persona se disuelve en el calor irresponsable del rebaño, y afloran sus características menos vistosas: irracionalidad, sumisión, resentimiento, crueldad y ridiculez, pues el del ridículo es uno de los primeros sentidos que se e

EN DEFENSA DE LA VERDAD

« Quizás Sócrates prefería tener razón a ser popular, pero lo que la mayoría de nosotros preferimos es mantener una buena reputación en nuestra tribu, una decisión razonable si se considera que Sócrates fue ejecutado por sus conciudadanos ». Pues esa es la cuestión: la supervivencia de nuestros antepasados no dependía tanto de encontrar la verdad abstracta como de evitar ser expulsado de la tribu concreta. Por eso la evolución no ha favorecido a los Sócrates sino a los Glaucones -los que saben que lo importante no es ser virtuoso sino que no te pillen cuando no lo eres-; por eso tenemos sesgos cognitivos de conformidad con el grupo; y por eso cuando se discuten asuntos que afectan a la identidad de la tribu no hay campo para la razón, sino para racionalizaciones defensivas. « Véanlo de esta manera: los humanos estamos evolutivamente equipados con los circuitos mentales más sofisticados que nos protegen contra cambiar de opinión cuando hacerlo podría alejarnos de nuestro grupo. Tenemos

SÍ, SON RACISTAS

Alemania, 1933. Un Decreto de 7 de abril ordena la expulsión de funcionarios de «ascendencia no aria». Era previsible: los nacionalsocialistas creen que el mundo es el escenario de una lucha a muerte entre la raza aria –compendio de todas las virtudes- y la judía, que vive parasitariamente a su costa. Pero ¿cómo distinguirlas? Un reglamento de 11 de abril hace una primera aproximación: no-arios serán aquellos que tengan un progenitor o un abuelo judío. Bien, pero ¿cómo se distingue racialmente a éstos? Pues… por la religión que practican. Es curioso porque contradice un dicho antisemita del momento: « Die Religion ist einerlei. In der Rasse liegt die Schweinerei » (traducido aproximadamente «no es lo que reza sino la raza lo que define al cerdo»). Dos años más tarde, en una de las masivas demostraciones de Nuremberg, Hitler ordena que se redacte inmediatamente una « Ley para la protección de la sangre y el honor alemanes » -pues aparentemente ambos caminan juntos-. Esta promesa se mate