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Mostrando entradas de septiembre, 2021

LA TIRANÍA DE LOS CUÑADOS

El primatólogo Richard Wrangham describe una peculiaridad del sapiens: comparados con otros primates, somos muy pacíficos dentro de nuestra tribu y extraordinariamente feroces hacia los de fuera . Ese doble rasero, esa radical división entre Nosotros y Ellos, tiene un reverso tenebroso –la crueldad automática hacia el ajeno- y un anverso benéfico: nuestra capacidad de cooperación intragrupal explica posiblemente nuestro éxito como especie. De esto último quiero hablar hoy. ¿De dónde viene nuestra docilidad intratribal? Sencillamente - explica Wrangham- estamos domesticados. Faltaría entonces saber quién lo ha hecho, y en el siglo XIX el naturalista Johann Blumenbach propuso una explicación: « debe de haber existido en el mundo primitivo una clase de existencias superiores, para quien el hombre actuó como una especie de animal doméstico ». La hipótesis encajaba bastante bien en una novela de Arthur Clarke, pero no es aceptada en la actualidad. Nuestros primos los bonobos demuestran que

¿PÁNICO MORAL?

En verano de 1983 una madre denunció un posible caso de abuso sexual en la guardería McMartin de Manhattan Beach, posiblemente la más cotizada de Los Ángeles. Había sido alertada por unas molestias rectales de su hijo, y las sospechas recayeron sobre unos de los profesores, hijo a su vez de la directora del centro. Según pasaban las semanas el número de niños que -en opinión de los trabajadores sociales acudidos para tratar del asunto- podrían haber sido agredidos fue aumentando dramáticamente. En febrero de 1984 la cadena KABC afirmó que «las autoridades creen que hasta 60 niños podrían haber sufrido abusos». Los niños, continuaba la noticia, habían participado en orgías, habían sido protagonistas involuntarios de películas pornográficas, y habían presenciado la mutilación de animales, lo que les había inducido inicialmente a guardar silencio. No tenemos la menor duda de que nuestros niños han sido violados, comentó una madre al reportero. El caso se alargaría durante 7 años y se con

EL ENIGMA DE LA RAZÓN

« Los animales, por tanto, no se guían en sus inferencias por la razón. Tampoco los niños; tampoco la generalidad de la humanidad en sus acciones ordinarias y conclusiones; tampoco los filósofos mismos, que en todas las facetas de la vida son, básicamente, iguales a la gente vulgar ». Esta opinión de David Hume no era mayoritaria en su época. ¿No estaba en el Siglo de las Luces? ¿No se había confiado a la razón la tarea de disipar las tinieblas de la superstición y la ignorancia? En definitiva ¿no es el hombre un ser racional? Pues según Hugo Mercier y Dan Sperber no mucho: « La evidencia que hemos considerado hasta ahora sugiere que los seres humanos tienen un conocimiento limitado de las razones que los guían y a menudo se equivocan sobre éstas (…) No es que comúnmente identifiquemos mal nuestras verdaderas razones. Es, más bien, que nos equivocamos de partida al asumir que todas nuestras inferencias están guiadas por razones. Las razones, queremos argumentar, juegan un papel centr