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Mostrando entradas de diciembre, 2021

LA AVENTURA, NADA EQUINOCCIAL, DE MULET

Carles Mulet , senador del partido pancatalanista Compromís, se aventuró en las profundidades de Castilla y llegó a Camporredondo , pueblo de 155 almas. Pretendía desfacer un entuerto, y tal vez se veía como un Tirant lo Blanc redivivo. Pero en un arrebato de sinceridad se define como «rústicoeconacionalista», lo que ayuda a visualizarlo más bien como Paco Martínez Soria en su aventura castellana. ¿Qué problema afrontaba Mulet? ¿Aspiraba a solucionar la despoblación? No. Mulet vive muy por encima del grosero mundo real, con su vulgar coherencia y sus mezquinas relaciones de causalidad. Sabe que la verdadera lucha tiene lugar en el Relato , un mundo mágico en el que los problemas no están para ser solucionados –puesto que no existen- sino para arrojarlos a la cabeza de los contrincantes. Mulet lo Blanc se internaba en Castilla para luchar contra el dragón franquista. Y su ojo avizor se había posado en los impíos hechos de Camporredondo. Más concretamente, habían sido el ojo avizor de u

¿LA BONDAD? AL FONDO A LA IZQUIERDA

ETA era, en realidad, de extrema derecha: esta es una sorprendente teoría que defienden incluso personas inteligentes –de izquierda, claro-. Recuerda JuanCla de Ramón que es una versión de la falacia del escocés: - Ningún escocés echa azúcar al porridge. - Pues mi tío Angus de Edimburgo siempre lo hace. - Ningún escocés verdadero echa azúcar al porridge. Así que hay una izquierda y una verdadera izquierda. De la primera se aceptan los votos; la segunda sirve de refugio a la superioridad moral cuando la realidad se impone. Entonces se alza el dedo virtuoso: eso no era verdadera izquierda. Y, a ser posible, se delegan las culpas en la derecha. No es casual que, cuando un brote agresivo, excluyente y/o totalitario en la izquierda es ya imposible de ocultar, se le asigne la etiqueta de fascismo, nunca comunismo.Lo contrario no suele suceder: nadie acusa a Franco de ser de izquierdas. Primer problema: este planteamiento impide reconocer errores y asumir responsabilidades. Yo no me he equivo

LA BRÚJULA Y EL MAPA

« La brújula -creo recordar- señala el norte desde dónde estás, pero no dice nada sobre las ciénagas, desiertos o abismos que encontrarás en tu camino. Si buscando tu objetivo empiezas a andar de forma atolondrada, ignorando los obstáculos, y no consigues nada más que caer de cabeza en un pantano… ¿de qué te sirve saber dónde está el norte? ». La brújula representa las recetas que alguien cree tener para mejorar la sociedad, incluyendo diagnósticos, soluciones y valores. El mapa señala el camino hacia el lugar desde donde podrán ser materializadas –es decir, el poder-. El idealista tiene brújula pero carece de mapa; al ignorar las restricciones de la realidad -como recuerda Lincoln- se precipitará de cabeza por un barranco. El maquiavélico tiene mapa pero no brújula, lo que le permite eludir los parajes más incómodos. Observa con desdén al idealista y convierte su propia ausencia de convicciones en inteligencia y virtud: la política no es nada más que esto, repite a quien le quiera oír