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Mostrando entradas de octubre, 2021

LA IZQUIERDA MIRÍFICA

El primatólogo Richard Wrangham llama «paradoja de la bondad» a una de las características más destacadas del sapiens: comparados con otros primates, somos excepcionalmente cooperativos dentro de nuestro grupo y extraordinariamente agresivos contra los de fuera. Son las dos caras de nuestra naturaleza: la Fuerza y el Reverso Tenebroso -si les va la cultura pop- o el yin y el yang, si son más bien del New Age. Aunque toda ella es tribal, solemos llamar « tribalismo » sólo a la faceta oscura de nuestra naturaleza, la que nos impulsa a destruir a la tribu de fuera; por el contrario, la tendencia a la colaboración social no tiene nombre específico, aunque las virtudes cívicas -hoy algo anticuadas- se construyen sobre ella. En todo caso el tribalismo es una de nuestras tendencias más potentes, capaz de desencadenarse ante los colores de una camiseta e incluso ante el lanzamiento de una moneda al aire -hay muchos experimentos sobre esto-. El instinto se mantiene invariable desde las caverna

LA LEY DE HIERRO DE LAS OLIGARQUÍAS DE HOJALATA

Se dice que los partidos forman estructuras piramidales, pero la imagen no es correcta . En realidad se acaban pareciendo más bien al Pirulí: una exigua cabeza ocupada por el Líder y dos o tres Sumos Sacerdotes -entre ellos el spin doctor-, muy alejada de la base y comunicada con ésta por un delgado pilar por el que descienden las consignas e instrucciones -como hinchar los globos en los eventos, o votar en el Congreso-. Curiosamente suelen llamarse fontaneros a los encargados de estas construcciones. El problema de la fontanería de partido es que es divertida y proporciona a su titular una sensación de poder en la sombra. El fontanero acaba -aunque no haya leído un libro en su vida- convencido de ser una especie de genio oculto, el titiritero que maneja los hilos, Spectra acariciando al gato; esto, para determinados perfiles que surgen de la nada, es muy estimulante. El problema es que, en realidad, los fontaneros controlan poca cosa: intenten ustedes pintar en un papel la estructura

PARADOJAS EMOCIONALES

El 13 de septiembre de 1848 Phineas Gage , que trabajaba en la construcción del ferrocarril entre Rutland y Burlington (Vermont), acababa de hacer un agujero en una roca para proceder a su voladura. El proceso habitual incluía rellenar el agujero con pólvora, insertar un detonador, añadir arena para canalizar la onda expansiva hacia la roca, y compactar el conjunto con una barra de hierro, pero Gage se distrajo momentáneamente y la arena fue omitida. Al usar la barra una inesperada explosión la convirtió en un cohete: entró por el pómulo izquierdo de Cage, atravesó cráneo y cerebro, y aterrizo a unas decenas de metros cubierta de restos orgánicos. Contra todo pronóstico Gage recuperó la consciencia a los pocos minutos del incidente, y al cabo de unos días era capaz de hablar y razonar correctamente. Sin embargo su carácter había cambiado; el ordenado barrenero se había convertido en una persona intemperante, incapaz de planificar y de acompasar su vida a los usos sociales más elementa

LÁGRIMAS DE COCODRILO

Tenían derecho a hacer daño -era una buena causa y los enemigos malvados-, pero tal vez se pasaron un poco. Lo dijo Otegui hace año y medio: « lo siento de corazón si hemos generado más dolor a las víctimas del necesario o del que teníamos derecho a hacer ». Ahora vuelve a lamentarse de que el dolor se prolongó en exceso –si la tortura se prolonga en exceso no es ecosostenible-. Es todo una bazofia que debería repeler al paladar mínimamente democrático, pero abundan los paladares de corcho. Sugerían en la tertulia de Alsina que, si la comprensión de la enormidad del crimen fuera real, Otegui renunciaría a seguir haciendo política. Cierto, pero no hay comprensión y arrepentimiento sino oportunismo. Era oportuno matar para despejar el camino e imponer sus ideas, y ahora es oportuno disimular para llegar al poder. Pero Otegui es un oportunista político: quiere llegar al poder para materializar su visión totalitaria. Sánchez es un oportunista vacío: quiere conseguir el poder por un mero pl

EL RIDÍCULO COMO ALERTA

Charles Fourier es uno de los socialistas «utópicos», es decir, uno de los formidables pensadores que pavimentaron la llegado del socialismo «científico» y en concreto de Marx. Según la Wikipedia es el padre del cooperativismo, de la liberación sexual, de la lucha contra la desigualdad e incluso de la emancipación de la mujer. Según Herbert Marcuse, es un «gigante» cuya idea central es la transformación del trabajo en placer. El caso es que leer a Fourier produce una gran sorpresa: el gigante se revela más bien como el diseñador alucinado de una sociedad que resulta, a su pesar, muy cómica. E inmediatamente surgen dos preguntas: ¿por qué su biografía ha sufrido esta alteración?; ¿sus contemporáneos no percibían sus extravagancias? La primera es fácil de responder: la realidad de Fourier ha sido subordinada a su fama posterior. Además la circunspección del historiador suele ser poco compatible con la burla, que la lectura de Fourier estimula constantemente. Por eso su obra se present

QUO VADIS, AÍDA

A principios de 1993 se crearon en Bosnia-Herzegovina "áreas seguras" : enclaves de población bosnio-musulmana sumergidos en zonas controladas por serbio-bosnios. Su defensa se encomendó a Naciones Unidas. Uno de ellos era Srebrenica . Similares enclaves bosnio-musulmanes habían sido creados en territorios amenazados por los bosnio-croatas. Entre ellos Mostar, vigilado por fuerzas españolas. En abril de 1994 los serbio-bosnios comenzaron a presionar sobre las “áreas seguras”. Primero sobre Gorazde, luego sobre Zepa. No hubo respuesta por parte de Naciones Unidas. Finalmente en junio de 1995 los serbio-bosnios, dirigidos por el notorio criminal Radko Mladic , penetraron en el «área segura» de Srebrenica «protegida» por NU y los holandeses. Las fotos de Mladic difieren de frente y de perfil. En las primeras puede verse a una persona enérgica con una dura mirada azul; en las segundas, a un hombre fofo. Aquí aparece con el comandante holandés Karremans brindando por el satisfacto