HBO está reponiendo Real Time with Bill Maher. Para los que no lo conozcan, Maher es un humorista de izquierdas que se pasa todo el programa atizando a los republicanos. Como en La Sexta, dirán. Pues no: Maher tiene verdadero ingenio, gracia y talento, incluso cuando te pisa los callos. Además sus críticas no se circunscriben a los conservadores: le ponen nervioso las modas progresistas más ridículas, y ha llegado a convertirse en azote de lo woke –aunque, de momento, sigue siendo adepto del apocalipsis climático -. Antes de HBO Maher estuvo cinco años en la ABC presentando Políticamente Incorrecto hasta que un comentario inoportuno sobre el 11-S provocó el fin de su relación con la cadena, lo que es algo paradójico porque, si se mira bien, el comentario justificaba el título del programa.
En el programa de anoche –que no se emitía anoche- Maher entrevistaba a Erin Brockovich. La abogada, recuerden, se hizo famoso por unas demandas contra la Pacific Gas and Electric Company por contaminación de agua potable con cromo hexavalente, que Steven Soderbergh y Julia Roberts llevaron a la pantalla. Después Brockovich se involucró en una serie de casos similares con un éxito bastante más moderado, pero ya era tan famosa que acabo teniendo su propio programa de televisión en ABC. En la entrevista de Maher habló del caso que tenía entre manos, de nuevo contaminación de agua potable, pero lo hizo en un tono tan apocalíptico que recordaba a la fluorización del general Ripper.
Brockovich posiblemente se sorprendería si viniera a Mallorca, y no sólo por su belleza natural –la de la isla, quiero decir-. Resulta que la red de abastecimiento de agua de Manacor -45.000 habitantes, la segunda ciudad más grande de la isla- lleva algo así como diez años sirviendo agua no apta para el consumo humano. Como podrán ver si entran en la web del SINAC (Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo), organismo que depende del Ministerio de Sanidad, el agua que se sirve en la red de Manacor dobla el máximo de nitritos considerado aceptable. No sólo no se puede beber: tampoco se puede usar para cocinar puesto que los nitritos se incorporarían a los alimentos. Los vecinos de Manacor lo saben, claro; los visitantes, ya es otra cuestión. El pasado mes de mayo se abrió un punto de distribución de agua, un grifo en el que los vecinos pueden llenar garrafas, pero parece que la solución del problema aún no está cerca.
No me malinterpreten: estoy seguro que es un problema muy complicado, pero es un problema muy real hacia el que –entiendo- deberían enfocarse todos los esfuerzos locales. Un problema prioritario –por ejemplo- a la construcción de un auditorio. Pero en todo caso este es un problema en el que políticos y medios han decidido no fijarse, y esto me lleva a hablar de la agenda política. La agenda determina qué asuntos son relevantes: se hablará de los que estén en ella, y los demás no existirán. Y como la agenda la manejan los políticos, los asuntos que incluyen en la agenda –y sus medios amplificarán- son los que convienen a los políticos, y no necesariamente aquellos que tienen una mayor utilidad social. Como es natural, los problemas complicados, cuyo cumplimiento sea susceptible de ser evaluado, serán desplazados de la agenda por aquellos que permitan hablar mucho, señalizar la propia virtud –y la maldad del adversario- y polarizar, porque la polarización permite a los políticos vivir en cómodos nichos sin tener que rendir cuentas.
Pues de esto quería hablar. Vean a Maher, y no olviden las cinco piezas de fruta que recomienda Parmenio.
Comentarios
Y se me ha roto el viejo móvil, y me ha costado muchísimo encontrar un NOKIA nuevo, con teclitas, sin gps, sin pantalla tactil, sin whatsapp. Pero por fin lo he encontrado.
Los vejestorios seguimos contando. Al menos, un poco.