El caso es que hace mucho tiempo que partidos y sindicatos no representan a una clase –y en todo caso ¿cómo se definen actualmente las clases?-. La adscripción actual a partidos de izquierda no parece provenir tanto de motivos económicos como religiosos, de modo que incluso podría ocurrir –digamos- que una banquera se identificase con la izquierda. Todo esto provoca tensiones, claro. Previsiblemente, cuando pierdan el monopolio sindical, los partidos de izquierda dejarán de ver con tanta simpatía a los sindicatos, y puede que la única posibilidad de supervivencia a medio plazo de los sindicatos «de clase» sea reconvertirse en sacerdotes de la religión posmoderna en las empresas. Quizás estén ya en eso.
A mí, personalmente, todos los piquetes violentos me parecen mal. Muy mal. Pero vete tú a decirlo a los que defendían a Bódalo.
Comentarios
Esta mañana sí que había un comentario, y, si no recuerdo mal, Una respuesta de Don Navarth. ¿ Estará ya en marcha la censura en blogger ? Naaaa Seguro que me he confundido de hilo...