¿Y los obispos de la izquierda? En la versión del feminismo woke el aborto es, sencillamente,
un derecho fundamental de la mujer porque ella decide sobre su cuerpo, y el feto es parte de
él. Esta posición, entonces, se basa en un cimiento altamente inestable, ya que las estructuras genéticas de feto y madre son distintas, y sólo la mitad de los cromosomas del primero
proviene de la segunda. Es decir que, sea lo que sea, el feto es algo distinto de la madre
aunque crezca en su interior. Por cierto, el argumento «la mujer decide sobre su cuerpo», muy
tajante en este asunto, se debilita notablemente en otros como la prostitución o la gestación
subrogada. Y si en este punto alguien alza las cejas y tiene la tentación de decir que no es lo
mismo, debe entender que está haciendo juicios morales, y que el más benévolo es el que
reserva al aborto.
En todo caso, entre estas posturas hay poco campo para el acuerdo. Y precisamente por eso el
aborto es una mercancía electoral tan cotizada para algunos partidos, que buscan
afanosamente nichos morales y electorales donde su adversario no pueda entrar. Cuando se
instala una causa en esos nichos, su virtud pasa a derivar, sencillamente, de no ser de los de
fuera: el aborto acaba siendo «progresista» porque enfada a los conservadores, y el uróboro
resultante ejemplifica perfectamente el sanchismo.
Pero lo cierto es que sí hay bastante campo para el acuerdo, incluso en este tema. Hay muchos
que entienden que el aborto es un asunto delicado; que -sin entrar a definir un concepto tan
elusivo como la vida humana- no es lo mismo un embrión de pocas horas que un feto de siete
meses; que existen situaciones extraordinarias; y que, ante la posibilidad de interrumpir una
vida potencial, el de la madre no es el único interés que hay que proteger. Toda esta gente ha
conseguido mantener una convivencia pacífica en este asunto con legislaciones sucesivas; sería
de agradecer que ciertos partidos recordaran que se supone que están para solucionar
problemas, no para crearlos
Comentarios
El mismo interés en quitar la vida a un ser vivo puede arguir un señor X para quitarte a tí de enmedio. Eso es lo que significa creerse uno mismo Dios. Si rompes las reglas del juego luego no te quejes.
Un saludo
@Angeldelaguarda
Un saludo
@Angeldelaguarda
Todos los días miro a ver si a Françoise Hardy, le han autorizado por fin a la ayuda para acabar con sus días en Francia, sin tener que irse a Suiza. Que su madre lo consiguió, y murió a su lado cuando a ella ya no le compensaba seguir viviendo como vivía.
Pero claro, la madre no era famosa, como la hija. Y la pobre F.Hardy. lleva esperando y sufriendo desde hace ni se sabe...