Desde su condición de representante de la cultura, Víctor Manuel desvela la profundidad de su pensamiento político en La Razón: “Las opciones políticas son como las cajas de bombones: unos te gustan y otros, no.” Y añade a continuación “Cuando no me gusta un bombón de la caja que he elegido lo digo.” Pero entonces ¿las opciones políticas son como distintas cajas de bombones, o como los distintos bombones dentro de una misma caja? Y en todo caso ¿qué narices quiere decir? No queda claro, pero sí podemos rastrear su fuente de conocimiento: es Forrest Gump, que en una escena de la película afirma “la vida es como una caja de bombones; nunca sabes lo que te puede tocar.”
Mas tarde, a pesar de su condición de representante de la cultura, Víctor Manuel reconoce explícitamente que tampoco la economía es su fuerte: ”En lo económico no puedo entrar: no entiendo. Dicen que (el Gobierno) lo ha hecho mal.” Sin embargo, tiene claro que ”en lo que se refiere a la cultura, el Gobierno ha sido un desastre absoluto.. Ya sabemos, pues, que para Víctor Manuel la cultura no incluye lo político ni lo económico.
Termina Víctor Manuel definiéndose como crítico, y tiene razón. Por ejemplo, tuvo la valentía de criticar la dictadura de Franco en cuanto el dictador murió. De hecho, que ahora se atreva a criticar a Zapatero quizás sea un claro síntoma de que nuestro Presidente comienza a no oler muy bien.
Mas tarde, a pesar de su condición de representante de la cultura, Víctor Manuel reconoce explícitamente que tampoco la economía es su fuerte: ”En lo económico no puedo entrar: no entiendo. Dicen que (el Gobierno) lo ha hecho mal.” Sin embargo, tiene claro que ”en lo que se refiere a la cultura, el Gobierno ha sido un desastre absoluto.. Ya sabemos, pues, que para Víctor Manuel la cultura no incluye lo político ni lo económico.
Termina Víctor Manuel definiéndose como crítico, y tiene razón. Por ejemplo, tuvo la valentía de criticar la dictadura de Franco en cuanto el dictador murió. De hecho, que ahora se atreva a criticar a Zapatero quizás sea un claro síntoma de que nuestro Presidente comienza a no oler muy bien.
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