Entrevista de Ferreras a Pedro Sánchez: el presidente explica su intención de derogar el delito de sedición. La mentira fluye caudalosa, incontenible, torrencial. Un tsunami de patrañas. El espectador al que la política interesa se ve anegado por la corriente, incapaz de responder con la rapidez suficiente a cada trola; el espectador normal se ahoga en la primera oleada. Así que todo bien para Pedro y sin embargo… Sin embargo al día siguiente se percibe un sordo malestar.
¿Por qué la gente no se limita a aceptar lo que Pedro dice regocijándose en su belleza? Es evidente que hay algún desajuste en alguna parte. Este es un problema al que grandes Líderes se han enfrentado en algún momento. Kim Il-Sung, presidente eterno –sí, sí, eterno- de la República Popular Democrática de Corea (del Norte) decidió que -además de la violencia- era necesario un nuevo sistema filosófico para aprehender la realidad, unas gafas doctrinales con las que los norcoreanos entendieran la necesidad de ser felices bajo su mando. Así nació el Juche. Posteriormente Kim Yong-il le daría un barniz marxista-leninista, y hoy es la doctrina oficial de Corea del Norte, incluida en su –por llamarla de alguna manera- Constitución.
¿Qué dice el Juche? Según la Wikipedia –un sitio tan bueno como cualquier otro- «el Juche afirma que hay que desarrollar una “conciencia ideológica” para transformar la sociedad. Así, se desarrolla una unicidad ideológica y de dirección al concebir al líder, el partido y las masas como un ente sociopolítico con un mismo fin». Si no han entendido nada es que la cosa funciona. Porque el Juche es mera chatarra, sí, pero revestida de autoridad. Cháchara sin sentido, pero con marchamo de sabiduría. Como lo que escriben Monedero o Iglesias (el «núcleo irradiador» habría hecho palidecer de envidia a cualquier Kim). «En pocas palabras, la idea Juche significa que los propietarios únicos de la revolución y la construcción posterior son las masas», decía Kim Il-Sung, y aquí el envidioso habría sido Laclau. Ambos están de acuerdo en que el Líder no es más que el guía, el conducator, el vaivoda, el intérprete y aglutinador de la voluntad de las masas en una única dirección, que siempre suele coincidir mágicamente con los intereses del propio Líder.
En resumen es necesario un relato -y de esto en España andamos sobrados- pero hay que investirlo de más entidad –o al menos de más ceremonia- que la sucesión de consignas habituales. Esto es lo que necesita Pedro, un sistema filosófico de culto a la persona, y debo adelantarle que hay dos requerimientos para que cualquier Juche florezca adecuadamente. El primero es que se imponga en la vida pública la fealdad del kitsch, y en esto los nacionalistas nos llevan mucha ventaja. El segundo es la omnipresencia de la sonrisa y la felicidad, y en esto la que va muy adelantada es Yolanda Díaz (todos los discursos de Sumar son Juche destilado).
En realidad quizás las cosas vayan ya en esta dirección. Ayer la portavoz, en el púlpito del Consejo de Ministros desde el que flagela a la oposición, se quejaba de que la gente no acaba de aceptar todas las bondades del mirífico gobierno, que ella –que ya lleva las gafas del Juche- ve como si fuera la Felizonia de Ned Flanders. Y así propuso tranquilamente crear un espacio de información gubernamental obligatoria. Esta es una buena iniciativa para implantar nuestro Juche autóctono, pero recomiendo ir más allá: los españoles deberán memorizarlo y pasar examen cada día al entrar en el trabajo. Pasen un buen día.
Comentarios
Cuando lo escuché, pensé que era una cortina de Humo para que los medios hablaran de ello, y no de la reforma del delito de sedición. Estoy ahora pensando, que quizas lo de la sedicion era la cortina de humo de la reinstauracion del parte oficial.
Y la verdad es que da pánico. Casi tanto como la rata esa, que le metían en 1984, al protagonista que quería pensar por su cuenta, y librarse de la televisión, en una jaula adaptada a la cabeza, para que la rata se le comiera los ojos. Un castigo específico para él, que, gracias a su control , el G. H. sabía que las ratas eran su fobia.
Charlatanes los ha habido siempre. Muchos de ellos con gran fortuna para unos y desgracias para la mayoría.
Si ud. no nos mencionara y nos pusiera al día con el Juche de marras yo hubiera pensado que se refería al flautista aunque si hiciera trabajar a mi mente saldrían parlanchines y profetas a porrillo.
En realidad el asunto es calar al ganado. No es lo mismo discursear a los monos, que no atienden tonterías, que a los tigres, que no te hacen ni puto caso. Por eso hay que moldear al auditorio, conejitos de laboratorio, que se pueden llegar a creer que lo que les dicen es nuevo y que cambiará al mundo.
Suave que me estás matando... ese sería un buen lema y resumen.