Ir al contenido principal

EL BARCO DE TESEO


Felipe González decidió ayer enmendar a los que pensamos que no es lo mismo. A los que creemos que, bajo Zapatero y bajo Sánchez, un profundo deterioro ha transformado su partido en algo distinto, y peor. Decidió, en suma, llevar la contraria a los que entendemos que en realidad no hay una continuidad, y que la denominación «PSOE» se usa para cosas completamente diferentes. Porque no es que al barco de Teseo le hayan ido cambiando las piezas: es que se ha convertido en un aparador de tres cuerpos y lo seguimos llamando barco. Es más, la gente continúa votando al aparador y pretende que navegue.
 ¿Por qué lo hacen? Pues porque -como dijo Sánchez- quieren estar en el lado bueno de la historia. Entonces bastará con convencer de esto a un número suficiente de personas porque –esto lo dijo González- la verdad es sencillamente lo que cree la gente. Una vez ocupado el lado bueno de la historia ya no hay problema, y se puede ser lo mismo aunque no se haga lo mismo- digamos, organizando el GAL y pactando con Bildu-. 

A González se le veía incómodo, eso sí. Intentó estar allí pero distanciado, y eso lo convirtió visualmente en un maestro rural jubilado esperando el autobús. «40 años de democracia» era el lema con el que se quería dar continuidad al espectro, y esto no es casual. Ya se está instilando desde los medios –propiciada por Bildu y la Memoria Histórica- la idea de que España no fue una democracia plena hasta que Sánchez llegó al poder. Esto sirve -también gracias a la Memoria Histórica- para identificar a la democracia con el PSOE, y a lo que no es democracia con sus adversarios. Y así el PSOE puede pactar sin problemas con todos los enemigos reales de la democracia. Con los de verdad. 

En fin, que el PSOE, entendido como un conjunto de principios, convicciones y políticas más o menos reconocibles, no existe. Me dirán que esto ocurre con todos los partidos y tal vez tengan razón, pero en este caso todo es más intenso. En todo caso no solemos votar por lo que los partidos hacen, sino por lo que (creemos que) son, y de nuevo González tiene razón. Cosas del voto identitario. O del hooliganismo, si lo prefieren. Esto es lo que hace que, creyendo que nada ha cambiado, se esté votando al destructivo proyecto narcisista de Pedro Sánchez de disfrutar – de manera algo vacía, si me lo permiten- del poder.  

Comentarios

Bruno ha dicho que…
Otra manera de verlo, simplificadamente, es que la gente tiene en mente dos opciones: la socialdemócrata, en todas sus degradaciones, y la liberal, aunque incluya muchas degradaciones.
Hay dos partidos que "cubren" esas dos opciones, incluso más si contamos a los buenistas de sentimientos. El pesoe, sea lo que sea, y el PP, vaya ud. a saber lo que es.
Pero realmente no cubren ninguna de esas dos opciones.
Cubren sus necesidades. Las materiales y las sicológicas. La pasta y el poder.
Estamos perdidos.
pfrias ha dicho que…
Desgraciadamente snchz tiene razón, este PSOE es el mismo de Felipe pero con menos disimulos, nada que ver con la democracia. Yo, que habiendo votado PCE celebré con cava la victoria del PSOE (votado por mi mujer: traidora), lo vi pronto, cuando en la campaña del referendum de la OTAN y ante mi protesta por el uso abusivo de los recursos de la Administración se me dijo "el PSOE no es como los demás partidos". A partir de ahí, estando atento, pude comprobar el ADN totalitario de ese partido que no sé si ha culminado con ZP y antonio.

Entradas populares de este blog

LA INAUDITA HISTORIA DE LOS BEBÉS ROBADOS

« Es lamentable la falta de interés de la justicia y de la derecha para que haya mecanismos para reparar estos delitos de lesa humanidad . El PSOE debe sumarse a este esfuerzo ». Los delitos de lesa humanidad a los que se refiere Enrique Santiago son los «bebés robados» del franquismo, y el esfuerzo que requiere del PSOE es seguir adelante con la proposición de ley presentada en 2020 en Cortes por ERC, PSOE y Podemos, Bildu y Baldo(ví), y que lleva atascada desde entonces. La exposición de motivos de la empantanada iniciativa nos cuenta esta historia. Queridos niños… « Durante décadas, y hasta etapas muy próximas, en España se ha producido, amparada en la impunidad, una de las mayores atrocidades que ha vivido nuestro país. Un número inmenso de niños fueron sustraídos en cárceles, clínicas y maternidades, y sus familias biológicas siguen sin saber su paradero a día de hoy ». No me dirán que no es una historia tremenda, y que la desolación de Enrique Santiago no está justificada. Se tr

VIERNES DE SEXO (10) (THIS IS THE END, MY FRIEND)

  Las dos primeras décadas de este siglo han presenciado cambios notables en la actividad sexual de los hombres. Un estudio de Peter Ueda expone que el porcentaje de estadounidenses entre 18 y 24 años, que reportan no haber mantenido relaciones sexuales en el último año, ha ascendido del 19% al 31% , y otras encuestas indican que -en ese mismo periodo- el porcentaje de hombres que llegan vírgenes a los 30 años ha subido del 8% al 27% . Estas tendencias –que se repiten en otros países- afectan abrumadoramente a hombres de bajo estatus, y no se repiten en mujeres, lo que indica –para empezar- que algunos hombres están follando más. ¿Qué está ocurriendo? Los sospechosos habituales son las redes sociales y el porno, pero no parece que, ni remotamente, la respuesta se encuentre allí.  Las apps de citas proporcionan datos interesantes.  - Ordenados en función de su atractivo para el otro sexo, el 20% de los hombres más deseados acapara la atención del 80% de las mujeres. Esto presenta un pa

ISRAEL Y EL DILEMA DEL TRANVÍA

Seguro que han visto mil veces el dilema: un tranvía circula sin frenos por una vía en la que hay tres personas despistadas. Sin embargo usted, que por alguna razón misteriosa maneja un cambio de agujas, puede desviarlo a otra vía donde también hay una persona despistada, pero sólo una. ¿Qué hacer? Este es el dilema favorito de los utilitaristas: si en una vía hay 3, y lo desvío a otra donde hay 1, ahorro 2. Perfecto, dilema moral resuelto y a otra cosa. Es una forma de cálculo satisfactoria para los totalitarios. Primero porque elude ciertos juicios morales previos (¿por qué circula el tranvía?; ¿por qué están ahí las personas?) pero sobre todo porque convierte a los humanos en números, que son más fáciles de manejar (¿qué importan unos millones de muertos actuales cuando está en juego la felicidad de todo el mundo en el futuro?) No es de extrañar que esta doctrina moral fuera desarrollada, con su mejor intención, por Jeremy Bentham, que al parecer sufría serias deficiencias en su