¿Qué ocurre cuando la presión externa se debilita y los costes de la verdad descienden? A partir de los 60 los regímenes comunistas entraron en una fase post-totalitaria, pero el escenario se mantuvo imperturbable. La capa de mentira –como el hielo cuando sube la temperatura- había adelgazado, pero pocos se atrevían a romperla. En realidad los gobernantes parecían intuir el efecto en cadena que tendría un resquebrajamiento puntual, e imponían a sus súbditos rituales que convertían la vida cotidiana en un decorado a mayor gloria del régimen: Vaclav Havel lo describe a la perfección en El poder de los sin poder. De repente, sucede un acontecimiento irrelevante –tan irrelevante como un concierto de La gente plástica del universo- aparecen fisuras y el hielo se resquebraja. Cuando más tarde la gente saliera masivamente a la calle, y los regímenes comunistas fueran finalmente arrollados, muchos se peguntarían como habían conseguido mantenerse tanto tiempo. En realidad, eran esos que entonces salían los que lo habían mantenido con un entramado de pequeñas cobardías y claudicaciones; posiblemente muchos de ellos habían sido los primeros en señalizarse virtuosamente denunciando a los que se habían atrevido a rebelarse antes.
Y a todo esto ¿por qué surge un Vaclav Havel? ¿Por qué hay alguien dispuesto a asumir los enormes costes del rechazo social? En 1995 Timur Kuran desarrolló toda una teoría sobre el disimulo, que él llamaba «falsificación de preferencias». La divergencia entre las preferencias privadas y las expresadas públicamente viene determinada por la existencia de dos recompensas contrapuestas, las derivadas de obedecer el dictado social («utilidad reputacional») y las de ser fiel a uno mismo («utilidad de autoafirmación»). Para la mayoría, la primera suele ser mucho más potente que la segunda, así que es una bendición que de cuando en cuando surja alguien como Vaclav Havel, para quien la repugnancia de vivir en la mentira es muy superior a la capacidad de disimulo.
Porque la taqqiya tiene efectos secundarios. Todo parece indicar que el fingimiento provoca una disonancia cuya solución más fácil consiste en que la persona se convierta en el personaje que representa públicamente: «quien no vive como piensa acaba pensando como vive». O, si se prefiere, el disimulo puede acabar desembocando en la conversión, y la realidad en una representación dramática en la que las personas se han convertido en actores. Así la «falsificación de preferencias» contribuye decisivamente a perpetuar situaciones indeseables sin necesidad de que tengan un gran apoyo popular. Del mismo modo que en los regímenes post-totalitarios, es posible que la opinión pública –la suma de todas las preferencias expresadas- tenga poco que ver con la opinión privada, y sin embargo los disimulos refuerzan una falsa imagen de uniformidad.
Todo lo dicho es plenamente aplicable a las sociedades democráticas, tanto más cuanto más defectuosas son. Los nacionalistas en Cataluña - mediante el dominio de la escuela, los medios y las entidades subvencionadas- han conseguido consolidar un decorado -bastante kitsch- al que se ha resignado una gran parte de la población, que afloró en las masivas manifestaciones de octubre de 2017.
En cuanto a Sánchez, toda su política se basa en elevar el «coste reputacional» de optar por sus adversarios políticos –véase la Memoria Histórica- y de generar una imagen de apoyo social – a eso se dedican, con dinero público, Tezanos y el CIS-. Para su desgracia, las elecciones de mayo en Madrid indican que por debajo existe una corriente que puede llevarse todo por delante. Y del volcán que hay bajo el woke, esa Inquisición sonriente que impone tan altos costes reputacionales, mejor hablamos otro día.
Comentarios
Todos le querían mucho, en su país y fuera de su país, pero , a pesar de ello, no le hicieron caso, por muy presidente que fuera, y los diputados eslovacos, que tenían la industria, decidieron escindirse de la República Checa, para no tener a Praga de capital.
Y , sin hacer un referendum en todo el país, ni nada, los politicastros lo partieron en dos.
Con el cuento falso de "Praga nos roba ".
Y el pobre Vaclav Havel, se acabó muriendo de pena.
( Por lo menos, esa es la historia tal como me la contaron )
Nada más leer el título de su colaboración, supe que usted iba a citar a Milosz y su "Pensamiento cautivo" al que usted ya se ha referido en alguna otra ocasión y que también es un libro que me dejó una profunda huella cuando lo leía hace años. Su texto de hoy sobre la verdad y el disimulo de la misma me ha aprovechado mucho. Esa distinción entre "utilidad reputacional" y "utilidad de autoafirmación" es muy acertada y clarificadora. Por supuesto que toda su colaboración de hoy la guardo en mi archivo personal.
D. Navarth, los españoles necesitan personas como usted, intente por favor dar conferencias y charlas sobre todos estos temas tan actuales y necesarios hay día. Hay que elevar en el medio en que nos movemos el nivel cultural, el interés por tantas cuestiones y autores interesantes. Siempre agradecido por sus colaboraciones,
Dar conferencias y charlas, como dice D Goethe, sí, por supuesto . Pero es que con las conferencias y las charlas , Ya NO Basta . Que si se presentase con algún compañero más, para renovar Ciudadanos, como decían en Laurence de Arabia ,
"a cincuenta que se arriesgaran, se unirían cincuenta más , y a esos, muchos más, y se podría conquistar Akaba " ( lo escribo de vieja memoria ).
De momento por desgracia no viao a España pero sí que me gustaría tomar un café con usted y Doña Viejecita aunque me parece algo lejano. Cuando viajo lo hago generalmente a Madrid y Málaga.Si usted viajase a Alemania tiene permiso mío para que el patrón le dé mi dirección y podernos encontrar, lo mismo a mi admirada viejecita.
Saludos
Yo lo tengo peor que usted, que sólo vivo a 30 km de Madrid, pero ya he aprendido a trabajar desde casa, y sólo bajo a mi despacho, un día , entre semana, y nunca en lunes ni en viernes, y rayando el alba para llegar a tiempo a los bancos ( que cierran la caja a las 10,30 ),para pagar nóminas, firmar contratos, etc etc.
Y en cuanto he terminado con el trabajo presencial, me vuelvo a casa. Y voy y vuelvo en taxi ( llevo haciéndolo casi cuatro años ) que no me fío de mis reflejos para conducir estando tan cansada como suelo estar a la vuelta.
Pero si Don Navarth y usted están en Madrid, y se juntan para desayunar café, o chocolate con churros, una mañana cualquiera de sábado , ( que es mi día libre, y cuando estoy descansada ), pueden contar conmigo. Que iré escopetada. Y si ustedes lo avisan, y si me permiten que también avise yo, me parece que nos juntaríamos muuuchos.
Tantos como para que se juntaran muchos más.
Y que entre todos, podríamos tomar Akaba...
En situaciones de miedo la capacidad de la peña para el disimulo es muy limitada. La hipocresía es una virtud en esas circunstancias, te vacuna contra la interiorización de la estética. Si no nos pasa como en The Mask, la máscara nos transforma, lo externo se interioriza. Uno se deja llevar por la emoción de su propia representación y el yo desaparece autoconvencido por sí mismo. Puro Goffman o Stanislavksi, que le inspiraba.
Temazo.
* Doña Viejecita, la división de Checoslovaquia fue una imposición de Alemania para permitirles entrar en la UE, divididos y sin fuerza. No hubo referéndum siquiera. Al menos así lo leí por ahí. También buscan fragmentar voluntades nacionales de los que ya están dentro. La Europa de los Pueblos es una estrategia de dominio alemán de Europa. Francia en el ajo, tonta perdida porque los siguientes son ellos.
Un cordial saludo a todos.
Hagan algo por Dios!