Ir al contenido principal

MONICA INFRARROJA


La escena es peculiar: Mónica García hace campaña por la Puerta del Sol con una cámara de infrarrojos que refleja el calor que emiten los cuerpos. La imagen no evoca muchas referencias políticas, pero sí de la cultura pop. Con el fin de mostrar el grado de excitación de Homer Simpson –que ha sido acusado de acosar sexualmente a una mujer- los medios, provistos de cámaras similares a las de Mónica, ofrecen por error la imagen infrarroja de un cochinillo dando vueltas en su horno. Y luego está Predator, claro. «Hay algo ahí fuera en la Puerta del Sol y no es humano», titularon inmediatamente los memes la imagen de Mónica García. Parece ser que, gracias a su cámara, pretendía demostrar el cambio climático incluso a los más escépticos. ¿Cómo? No queda claro. ¿Y –aparte de la diversión - qué solución estaba ofreciendo a sus votantes? Y entonces pronunció el anatema «negacionistas».

Negocianistas son los obtusos y malvados oscurantistas que niegan el dictamen de la Ciencia, es decir que el clima cambia, que la temperatura está aumentando, que el CO2 contribuye al calentamiento, que su incremento está relacionado con la quema de combustibles fósiles, que el calentamiento está produciendo catastróficos eventos meteorológicos -olas de calor cada vez más frecuentes, huracanes, sequías, incendios forestales…- y que si no reducimos el nivel de CO2 nos espera un futuro apocalíptico. ¿No existe acaso consenso científico sobre esto? Pues no. Que el clima cambia, que la temperatura aumenta, y que la emisión de CO2 por el humano contribuye a ello no lo duda nadie. Pero hay razonables dudas sobre la capacidad de predicción de los modelos, sobre el impacto del hombre en el calentamiento, y sobre los efectos que actualmente está produciendo y producirá. «El ser humano no ha ejercido un impacto perceptible sobre los huracanes»; «la capa de hielo de Groenlandia no disminuye a más velocidad que hace 80 años»; «el impacto económico del cambio climático provocado por el hombre será mínimo, al menos hasta final del siglo XXI». ¿Son afirmaciones de un peligroso negacionista? No, de la ONU. Son ejemplos extraídos directamente de sus evaluaciones cilmáticas por Steven Koonin, subsecretario de Energía con Obama.

En la transmisión de la comunicación desde los científicos hasta los ciudadanos a través de los medios se producen una serie de interferencias que dejan el mensaje bastante distorsionado. Es como el clásico juego del «teléfono escacharrado», sólo que aquí hay interferencias voluntarias y también mala fe. Las primeras se producen cuando científicos y medios abandonan la neutralidad e incurren en activismo. ¿Qué hay de malo en exagerar si sirve para concienciar a la sociedad ante un problema tan grave? Respuesta: pues eso, que traicionan su función. Y luego están las interferencias de mala fe, la de los políticos que han descubierto un filón en el cambio climático. El anatema negacionista es una señal de que quien lo enarbola ha abandonado la razón y se ha internado en lo sagrado a la búsqueda de votos, sabedor de que el cambio climático se ha integrado sólidamente en el pack religioso dominante.

Los políticos deberían señalar problemas y aportar soluciones. Ante el del cambio climático, que es real, procede discutir serenamente sobre sus efectos previsibles, definir los objetivos que pretendemos alcanzar y explicar hasta dónde es razonable sacrificar el crecimiento, la estabilidad y la prosperidad para alcanzarlos. Pero no era eso lo que tenía ayer en mente Mónica, sacerdotisa de Sol. Lo que pretendía, bajo una apariencia científica, era algo bastante viejo: apelar a emociones religiosas para lanzarlas contra su rival político. Y es que la separación entre iglesia y estado ya no es lo que era.

Comentarios

Bruno ha dicho que…
Cualquiera que quiera correlacionar datos de la composición de la atmófera, radiaciones recibidas, situación de las capas superiores de la atmósfera, lluvias habidas, elementos indeterminados, etc. con la temperatura, ¿de un punto, de varias estaciones metereológicas, de Vasconia excepto Tudela, de Europa, de las Orcadas, que no son de Irlanda como sugiere Feroz, del cono sur de América, o la punta norte de Nueva Zelanda? sabe que es un problema irresoluble hoy por hoy. Cualquier diferencia en la toma de satos y en la muestra elegido lleva a una línea de regresión condicionada previamente. No digamos del período de tiempo elegido y de la calidad de los datos de cada período.
Que la temperatura cambia es un hecho histórico. Y en esos hechos históricos ni se había descubierto el petóleo y apenas el carbón. Se hacían hogueras para calentarse o para comer.
Por otra parte si observamos atentamente los comportamientos de los políticos, incluso los mas afirmativistas, veremos que tampoco se creen lo del cambio excepto para procurarse excusas.
Que Europa esté en ese juego, Mema es un ejemplo tan representativo como el análisis de regresión que he esbozado, nos da una pista de por donde van los tiros. Y parece que diregidos hacia unos cuantos.

Entradas populares de este blog

LA INAUDITA HISTORIA DE LOS BEBÉS ROBADOS

« Es lamentable la falta de interés de la justicia y de la derecha para que haya mecanismos para reparar estos delitos de lesa humanidad . El PSOE debe sumarse a este esfuerzo ». Los delitos de lesa humanidad a los que se refiere Enrique Santiago son los «bebés robados» del franquismo, y el esfuerzo que requiere del PSOE es seguir adelante con la proposición de ley presentada en 2020 en Cortes por ERC, PSOE y Podemos, Bildu y Baldo(ví), y que lleva atascada desde entonces. La exposición de motivos de la empantanada iniciativa nos cuenta esta historia. Queridos niños… « Durante décadas, y hasta etapas muy próximas, en España se ha producido, amparada en la impunidad, una de las mayores atrocidades que ha vivido nuestro país. Un número inmenso de niños fueron sustraídos en cárceles, clínicas y maternidades, y sus familias biológicas siguen sin saber su paradero a día de hoy ». No me dirán que no es una historia tremenda, y que la desolación de Enrique Santiago no está justificada. Se tr

SOCIALISTAS QUE SUFREN

Hasta ahora era un chollo. Eran diputados o cargos públicos, y vivían bien. A veces les ponían un micrófono, les llevaban en un coche oficial, o los sentaban en la primera fila de un acto o una celebración, lo que contribuía a darles una impresión de su propia importancia. Pero sobre todo se sentían bien. Reconfortados al verse a sí mismos luchando -cómodamente, sí- por el bien. Porque la derecha también podía llegar a disfrutar del poder, pero siempre con un cierto sentimiento de culpa. ¡Y cómo se aprovechaban ellos! Habían conseguido convertir la política en un plano inclinado en el que ellos, los buenos, ocupaban la parte superior, y la derecha interpretaba el papel de Sísifo. Era genial: como ellos estaban al lado de los desfavorecidos y oprimidos podían marchar con la cabeza erguida mientras disfrutaban del poder. ¿Y ahora? Ahora sufren un poquito. No mucho, y durante poco tiempo. ¿Y los votantes? « Haga este experimento: intente recordar cómo ha llegado hasta aquí. Si no lo consi

¿CULTURA DE LA VIOLACIÓN?

Cuenta Douglas Murray que en 2017 la revista académica Cogent Social Sciences publicó el artículo « El pene conceptual como constructo social » que defendía que: « La masculinidad vis-à-vis del pene es un constructo incoherente. Aquí proponemos que el pene conceptual se comprende mejor cuando se lo considera no como un órgano anatómico, sino como un constructo social genérico-performativo altamente fluido ». Altamente fluido. El artículo era de Peter Boghossian y James Lindsay que un año más tarde, acompañados de Helen Pluckrose , publicaron en Gender, Place & Culture: A Journal of Feminist Geography el estudio « Reacciones humanas a la cultura de la violación y la performatividad queer en áreas de juego para perros de Portland, Oregón ». En esta ocasión la tesis defendida era que la tolerancia al sexo entre canes era una prueba más de la « cultura de la violación », concepto que ya por entonces había abierto una interesante vía para el estudio de las sociedades heteropatriarcale