Nosotros, los que vinimos con la «nueva política», también padecimos ese espejismo de control. Creíamos que éramos excelentes navegantes cuando en realidad cabalgábamos una ola que nos acabó dando un revolcón –wipeout, lo llaman los surfistas-. Y qué decir de Pablo Iglesias, ese destilado de sectarismo mal vestido con aburridísimas lecturas que no acaba de entender cómo un genio como él está en vías de extinción. En realidad es un espejismo general: controlamos mucho menos de lo que creemos. Tendemos a contemplar el mundo como si alguien lo hubiera diseñado en lugar de ser el resultado de fuerzas que no entendemos muy bien. Creemos que el paisaje ha sido proyectado y ejecutado -por los que acarician gatos- en lugar de entender que es resultado del choque de placas tectónicas bajo la superficie -Blueprint de Nicholas Christakis proporciona una visión más profunda-, y que nuestra tarea suele ser más bien de jardinería e intentar predecir los terremotos.
Comprender esto sería esencial para el político porque lo haría más prudente, más dubitativo a la hora de retirar la valla de Chesterton, las instituciones que el tiempo ha sedimentado para sustituirlas por las que ha diseñado en su cabeza. Y nos debería poner especialmente en guardia contra los totalitarios, los que nos quieren imponer –por nuestro bien- la moral que sus sesgos y fobias han diseñado en sus cabezas. Sí, los liberales tenemos nuestros propios sesgos pero -como una vez escuche a JuanCla de Ramón- somos tolerantes con las manías de los demás. Mientras no pretendan imponerlas.
Comentarios
Los de Spectra de entonces, eran una secta de "malísimos de élite". Estos de ahora, al lado de aquellos, resultan poco estéticos y tontos de baba. Pero, a base de soltar proclamas mentirosas, y repetirlas sin cesar, están consiguiendo que "la gente ", o sea, los muchos , se piensen que son "los buenos" y se crean sus mentiras , y se dejen aplastar.
Y si a estos se les ocurriera fotografiarse acariciando a un animal, no sería a un gato de angora... sería una rata de cloaca, un limaco...