Responsabilidades del PSOE, que ha pactado con partidos que aspiran a destruir el orden pacífico y democrático, renunciando así a su función de gatekeeper de la democracia. Responsabilidad de los diputados, senadores, cargos orgánicos e institucionales por haber aceptado dócilmente que Sánchez haya llevado a su partido a los confines de la galaxia política, donde permanece orbitando junto a las opciones menos recomendables. Responsabilidad de todos ellos –pues conocen que el voto es identitario- por haber forzado a su electorado a hacer los ajustes de disonancia pertinentes que les ha llevado a vivir en una realidad distorsionada.
Responsabilidad de medios, intelectuales y politólogos de guardia que han contribuido a normalizar la órbita excéntrica del PSOE y su estrafalaria compañía. Responsabilidad por «mover la ventana de Overton» y ayudar a los votantes a ajustar la disonancia.
Responsabilidad de los votantes contumaces, por no escapar del campo magnético del voto identitario ni siquiera en estas circunstancias.
Responsabilidad de mi partido, que pudo evitar todo esto embridando a Sánchez.
Responsabilidad de los líderes políticos que no consiguen evitar enloquecer y endiosarse. Responsabilidad por acabar sustituyendo su proyecto político y sus recetas para mejorar la sociedad por su mera permanencia en el poder. Responsabilidad por rodearse de intrigantes que confunden la política con la intriga, más aptos para servir de capataces en una plantación de algodón que como encargados de la organización de los partidos.
Responsabilidad de los intrigantes por estar convirtiendo los partidos en cubos de basura.
Comentarios
¿ Por no haber reaccionado a tiempo ante los abusos de gobiernos y partidos políticos ?
A mí me parece que también nosotros deberíamos sentirnos responsables.
Ya siento