Visegrado (Bosnia). El puente del Drina fue construido por el Gran Visir Sokollu Mehmet en el siglo XVI. Y en 1945 fue escogido por Ivo Andrić para simbolizar la unión entre el este y el oeste y la capacidad para convivir en armonía –aún precaria- en sociedades multiétnicas. En 1914 la armonía se deshizo y la minoría serbia fue perseguida con la anuencia de los austriacos. El puente, las costumbres y las instituciones fueron voladas. El párrafo a continuación refleja ese momento en que el instinto tribal se abre paso a través del sutil velo de la civilización:
«La gente fue dividida entre los perseguidos y los que los perseguían. La bestia salvaje, que vive en el hombre y no se atreve a mostrarse hasta que las barreras de la ley y la costumbre se han eliminado, se había puesto en libertad. Se dio la señal, se alzaron las barreras. Como tantas veces ha ocurrido en la historia humana, se concedió tácitamente permiso para los actos de violencia y pillaje, incluido el asesinato, siempre que fueran cometidos en nombre de intereses superiores, de acuerdo con las reglas establecidas, y contra las personas de determinado tipo y creencias. Aquellos que vivían entonces, y mantenían los ojos abiertos, podían ver como este milagro se producía, y como el conjunto de la sociedad podía, en un solo día, ser transformada (…) Es cierto que siempre había habido enemistades ocultas, y celos, e intolerancia religiosa, tosquedad y crueldad. Pero también había habido coraje y compañerismo, y un sentimiento de medida y orden, que restringían todos estos instintos dentro de los límites de lo soportable, y finalmente los calmaban y sometían al interés general de la vida en común (…) Los hombres desaparecieron de la noche a la mañana como si hubieran muerto de repente, junto con los hábitos, costumbres e instituciones que representaban».
Tengan una buena tarde.
Comentarios
Aldous Huxley, Crome Yellow.
Sólo que , en este texto que nos trae D.Navarth , me parece que hay una diferencia clara, respecto de aquí y ahora :
Pero también había habido coraje y compañerismo, y un sentimiento de medida y orden, que restringían todos estos instintos dentro de los límites de lo soportable, y finalmente los calmaban y sometían al interés general de la vida en común (…) Los hombres desaparecieron de la noche a la mañana...
Porque ahora, los mandamases, están culpabilizando de todo justamente a los hombres. E intentando malmeter a "las chicas" contra ellos. Y creerlas sin pruebas, y no castigar las denuncias falsas, y así...
Y los hombres, están siendo ninguneados por esas Arpías.
Que sí, hay chicas buenas, pero cuando son malas las chicas son las más vengativas, las más falsas, y las más gritonas. Y cuanto menos educadas y menos inteligentes, más se dejan absorber por esas reivindicaciones ridículas.
Ya siento.
PS: Si el haber escrito esto en su blog, puede ser un problema para usted, Querido Don Navarth, bórrelo inmediatamente.
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