No está claro que exista en español una palabra específica para bullshit o su equivalente más fino humbug -literalmente ‘zumbido de insectos’-. Defiende Santi González que sí, que bullshit en español es “caca de la vaca”, y la traducción tiene mérito: evoca algo expelido de forma apresurada y sin gracia que desprende un olor desagradable. Sin embargo no hay que olvidar que el bullshit no siempre es producto de una evacuación urgente: en campos tan fértiles como la política hay cuidadosos artesanos que, con sofisticadas herramientas como la demoscopia, producen artísticos zurullos.
Rafa Latorre abogaba recientemente por traducir bullshit como “paparruchas”, que tiene la ventaja de ser sonoramente despectivo. Y hoy Arcadi Espada, recordando los vaivenes del presidente del Gobierno, habla de “posverdad”. La posverdad es un mundo en el que Sánchez no miente aunque continuamente emita afirmaciones contradictorias. En realidad, en ese mundo ni siquiera la palabra “afirmación” tiene sentido –y tampoco “en realidad”-. Es un ecosistema poco apto para Popper –en la posverdad, recuerda Arcadi, Sánchez no es falsable- y sí para Humpty Dumpty.
En su breve ensayo On bullshit, Harry G. Frankfurt establecía la siguiente regla para distinguir al mentiroso del bullshitter. El que dice la verdad sabe que lo que afirma es cierto, y el mentiroso sabe que lo que dice es falso: ambos, por tanto, se sienten constreñidos por la conexión de sus afirmaciones con los hechos objetivos. Ambos, por decirlo de alguna manera, respetan las reglas del mismo juego, aunque juegan en equipos diferentes. Por el contrario, lo que caracteriza al emisor de bullshit es su olímpica desconexión de la verdad y los hechos. En realidad lo único que realmente le interesa es vender la imagen de sí mismo, y ha descubierto que le basta con presentar una serie de fotografías inconexas en lugar de una historia sujeta a un guion.
Frankfurt coincide, pues, con Espada. La posverdad, ese parque temático en el que la verdad y los hechos han dejado de ser relevantes, es la Disneylandia del bullshitter. Allí ha trasladado Sánchez el Gobierno de España.
Comentarios
Mi germanófilo por fin está en planta, yme he traído el mac al hospital, que de noche, cuando me echan y vuelvo a casa, estoy demasiado cansada para navegar.
El caso es que hoy he podido leer sus últimos comentarios, y me dan muchísima pena.
Como me ha dado una pena enorme lo que decía Parmenio respecto de Ciudadanos el domingo en La Argos.
Y todo eso de los checks and balances totalmente necesarios para los Partidos, tan necesarios como para los gobiernos de los países, me ha llegado al alma.
Que lo de las faltas graves, o muy graves, contra la disciplina interna, el que no haya un comité independiente de defensa del afiliado, etc etc, Que todo esté sometido a la cabeza del Partido, me ha recordado viejos tiempos.
" Estamos empezando, y no nos podemos permitir que haya dudas ni dicrepancias, por pequeñas que sean "
En fin, una verdadera lástima.
¡ Y pensar en el "Aquí cabemos todos" , del principio, cuando uno explicaba que era bastante carca en algunos aspectos, aunque estuviera dispuesta a trabajar duro... ¡ Qué lástima !
Claro que siempre estarán los que le digan a uno : " ¿ Pero que te creías ? Un Partido Político es lo que es.
Un abrazo
" Virgencita que me quede como estoy "
Y me encanta leerle de nuevo. Y cruzo los dedos para que de nuevo , con las siglas que sean, represente la sensatez y los buenos modales en el Congreso.