En resumen, Zapatero pactó el actual sistema de financiación:
a) Bilateralmente, con una Comunidad que aspira a la condición de nación (que se ve refrendada por esta bilateralidad)
b) Imponiendo el acuerdo al resto de Comunidades, reducidas a la condición de comparsas (aunque pagando más a todas para que o protesten en exceso)
c) Incrementando el déficit en una situación especialmente desfavorable.
d) Rompiendo, con total naturalidad, el principio de progresividad fiscal, y adoptando un criterio que, trasladado del ámbito de la Comunidad Autónoma al de los barrios, llevaría a que el de la Moraleja recibiera más inversiones que el del Pozo del Tío Raimundo, y que, trasladado al ámbito individual, llevaría a que Botín recibiera una mayor contraprestación por el Estado que, digamos, yo (para más risas, esto lo hace una organización que se llama Partido Socialista)
e) Sustituyendo, con el mayor descaro, el objetivo de satisfacción del interés general por el de satisfacción del interés electoral del propio Zapatero.
f) Convirtiendo, como consecuencia de lo anterior, en árbitro de la negociación a un partido separatista y bastante cutre.
Eso sí, lo realmente relevante es que a Rita Barberá le han regalado un bolso.
Hoy el editorial de El País realiza uno de esos peculiares ejercicios de slalom dialéctico, que parecen partir del convencimiento de que sus lectores sólo leen los titulares. Primero afirma, con expresión virtuosa, que el asunto de los bolsos es “es en apariencia banal” (banalidad que no impidió que apareciera el sábado en portada), y que el propio Bigotes “reconoce que los presentes no tienen la finalidad de obtener ninguna contrapartida concreta” Sin embargo, dos líneas más abajo no duda en calificar lo de los bolsos como “este nuevo episodio de la trama Gürtel” y en señalar que el problema está en que “El PP no ha sabido, querido o podido atajar hasta ahora los brotes de corrupción que tiene en su interior” Grave pero banal, inocente pero corrupto.
Lo mejor es cuando vuelve a poner cara de virtud ofendida y pide que se “entienda la tarea de la prensa en una democracia avanzada” (y que por favor se lo expliquen cuanto antes)
a) Bilateralmente, con una Comunidad que aspira a la condición de nación (que se ve refrendada por esta bilateralidad)
b) Imponiendo el acuerdo al resto de Comunidades, reducidas a la condición de comparsas (aunque pagando más a todas para que o protesten en exceso)
c) Incrementando el déficit en una situación especialmente desfavorable.
d) Rompiendo, con total naturalidad, el principio de progresividad fiscal, y adoptando un criterio que, trasladado del ámbito de la Comunidad Autónoma al de los barrios, llevaría a que el de la Moraleja recibiera más inversiones que el del Pozo del Tío Raimundo, y que, trasladado al ámbito individual, llevaría a que Botín recibiera una mayor contraprestación por el Estado que, digamos, yo (para más risas, esto lo hace una organización que se llama Partido Socialista)
e) Sustituyendo, con el mayor descaro, el objetivo de satisfacción del interés general por el de satisfacción del interés electoral del propio Zapatero.
f) Convirtiendo, como consecuencia de lo anterior, en árbitro de la negociación a un partido separatista y bastante cutre.
Eso sí, lo realmente relevante es que a Rita Barberá le han regalado un bolso.
Hoy el editorial de El País realiza uno de esos peculiares ejercicios de slalom dialéctico, que parecen partir del convencimiento de que sus lectores sólo leen los titulares. Primero afirma, con expresión virtuosa, que el asunto de los bolsos es “es en apariencia banal” (banalidad que no impidió que apareciera el sábado en portada), y que el propio Bigotes “reconoce que los presentes no tienen la finalidad de obtener ninguna contrapartida concreta” Sin embargo, dos líneas más abajo no duda en calificar lo de los bolsos como “este nuevo episodio de la trama Gürtel” y en señalar que el problema está en que “El PP no ha sabido, querido o podido atajar hasta ahora los brotes de corrupción que tiene en su interior” Grave pero banal, inocente pero corrupto.
Lo mejor es cuando vuelve a poner cara de virtud ofendida y pide que se “entienda la tarea de la prensa en una democracia avanzada” (y que por favor se lo expliquen cuanto antes)
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