Santiago González comenta hoy un artículo de Luís Aizpeolea en El País que incluye esta afirmación:
”Tras las elecciones de marzo de 2008, el PP cambia su estrategia de utilizar el terrorismo como arma de confrontación con el Gobierno de Zapatero y opta por el acuerdo, con la garantía del Ejecutivo de que ya no habrá nuevos procesos de diálogo con ETA si no abandona las armas.”
Y en realidad, cabe la posibilidad de que Aizpeolea esté siendo sincero en su apreciación. Ya hemos comentado muchas veces que una de los atributos del Zapaterismo (esa peculiar condensación de progresismo, buenismo y simplismo) consiste en que los valores y los principios no se definen en función de unos criterios razonablemente inmutables, sino por su posición relativa con respecto al centro del cosmos, es decir, Él, la suprema encarnación de lo Guay. A falta de otra palabra mejor, llamaré Zentrismo (por comparación con el antropocentrismo o el geocentrismo) a esta cualidad de contemplar la realidad en función de su situación con respecto a Zeta.
Por eso, desde el punto de vista del Zentrismo no tiene sentido defender si el PP obra bien o mal si previamente no se describe cuál es la posición de Zapatero en cada momento. Lo importante es entender que hasta el 2008 la órbita del PP giraba excéntricamente con respecto al Astro Central (mal), y que desde entonces gira armoniosamente junto a él (bien). Por lo tanto, el PP obraba mal entonces y bien ahora. Es cierto que el PP no se ha movido de su posición y ha sido el Astro, quien ha vagado erráticamente, pero eso ¿qué importancia puede tener? ¡Haber escogido ser Dios!
”Tras las elecciones de marzo de 2008, el PP cambia su estrategia de utilizar el terrorismo como arma de confrontación con el Gobierno de Zapatero y opta por el acuerdo, con la garantía del Ejecutivo de que ya no habrá nuevos procesos de diálogo con ETA si no abandona las armas.”
Y en realidad, cabe la posibilidad de que Aizpeolea esté siendo sincero en su apreciación. Ya hemos comentado muchas veces que una de los atributos del Zapaterismo (esa peculiar condensación de progresismo, buenismo y simplismo) consiste en que los valores y los principios no se definen en función de unos criterios razonablemente inmutables, sino por su posición relativa con respecto al centro del cosmos, es decir, Él, la suprema encarnación de lo Guay. A falta de otra palabra mejor, llamaré Zentrismo (por comparación con el antropocentrismo o el geocentrismo) a esta cualidad de contemplar la realidad en función de su situación con respecto a Zeta.
Por eso, desde el punto de vista del Zentrismo no tiene sentido defender si el PP obra bien o mal si previamente no se describe cuál es la posición de Zapatero en cada momento. Lo importante es entender que hasta el 2008 la órbita del PP giraba excéntricamente con respecto al Astro Central (mal), y que desde entonces gira armoniosamente junto a él (bien). Por lo tanto, el PP obraba mal entonces y bien ahora. Es cierto que el PP no se ha movido de su posición y ha sido el Astro, quien ha vagado erráticamente, pero eso ¿qué importancia puede tener? ¡Haber escogido ser Dios!
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