Las imágenes eran horribles, y los muertos se contaban ya por centenares. Hamas estaba masacrando israelíes y la diputada de Sumar en el Congreso Tesh Sidi puso un tuit: «Hoy y siempre con Palestina. Habrá mucha manipulación mediática pero muchas sabemos que las y los palestinos son asesinados día y noche» («las y los»). Cuerpos de mujeres exhibidos como trofeos; otras, aterrorizadas, siendo secuestradas en presencia de sus parejas; presumiblemente, muchas violadas. Indignada, la Juventud Comunista emitió su tuit: «Apoyamos la legítima lucha del pueblo palestino contra el colonialismo y el apartheid. Palestina tiene derecho a defenderse con todos los medios a su alcance. ¡Del río al mar Palestina vencerá!». Esto mismo opinaba Manu Pineda, diputado de Izquierda Unida en el Parlamento Europeo: «todos los pueblos ocupados tienen el derecho y el deber de defenderse. No nos van a encontrar en la equidistancia». Y también Enrique Santiago, anterior Secretario de Estado de Pedro Sánchez y actual Secretario General del Partido Comunista de España: «El derecho a defenderse de los pueblos ocupados ilegalmente solo cesa cuando alcanzan su independencia. La comunidad internacional debe obligar a Israel a respetar a Palestina».
Ya se conocían historias de familias asesinadas en sus casas, de hermanos acribillados delante de sus hermanos y de sus padres, de niños secuestrados. Podemos emitió su tuit: «La situación de violencia y las muertes en Israel y Palestina son producto de la ocupación y el apartheid. La única forma de frenar el conflicto pasa por acabar con la impunidad de Israel». Lilith Verstrynge, actual Secretaria de Estado de Sánchez, lo retuiteó y añadió: «Nada de lo (que) ocurre hoy en Israel y Palestina se explicaría sin la impunidad de la que ha disfrutado el estado de Israel en las últimas décadas». Entretanto, mientras seguían descubriéndose los cadáveres, la vicepresidenta Yolanda Díaz se desgañitaba en un atril: «Quiero pedir hoy aquí, desde Cádiz, que Israel cumpla las resoluciones de Naciones Unidas, que Israel cumpla con la legalidad internacional. Nuestra solidaridad con el pueblo palestino, con los hermanos y hermanas palestinas. Exigimos que Israel y la comunidad internacional cumplan con las resoluciones de Naciones Unidas». Mientras tanto el profesor Monedero llamaba nazis a los israelitas que estaban sufriendo un pogromo.
Al día siguiente, más calmados, Enrique Santiago se negó a considerar a Hamas un grupo terrorista, y se convocó una manifestación en apoyo a Palestina y condena a Israel. Isa Serra, de Podemos -se las arregló para hablar durante cinco minutos condenando a Israel sin mencionar las atrocidades de Hamas- llamó a Israel «teocracia no democrática». Iñigo Errejón también encontró alguna dificultad semántica para llamar terroristas a los asesinos de Hamas. En general, quedó demostrado que a los mismos a los que los cánticos gamberros de un colegio mayor provocaron desmayos, la visión de las atrocidades les provocaba una indiferencia absoluta. Prefiero ahorrarles los testimonios recogidos en la manifestación de la Puerta del Sol, pero si les diré que, en el momento en que se descubrían en un kibutz los cadáveres de unas decenas de bebés decapitados por los terroristas de Hamas, el periodista Antonio Maestre ponía una foto de Isabel Ayuso en los Altos del Golán.
En fin, que todo parece indicar que, si se ordenaran los españoles de menor a mayor grado de miseria moral, los cuadros de Sumar/Podemos/IU, y sus medios afines, se localizarían mayoritariamente en el percentil 90. Y sin embargo ahí están, subiendo a invisibles podios de virtud cada vez que hablan. Limitándose a cubrir su vacío moral con una bandera, la del progresismo, que lleva mucho tiempo manchada de caca. Así que sed miserables si no podéis evitarlo pero, por favor, no volváis a darnos lecciones morales nunca más.
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No puedo más.