La reacción de Sumar/Podemos, participando en manifestaciones que justifican los asesinatos de Hamas, ha sorprendido incluso a los que tenemos claro que habitan un estercolero moral. Conocemos su odio a occidente y su afinidad con todo lo que represente una amenaza para la democracia liberal. Pero reconozcamos que consiguió sorprendernos y escandalizarnos que salieran a culpar a Israel del pogromo. Que hablaran de «autodefensa» de los asesinos mientras contemplábamos aturdidos imágenes de cuerpos destrozados, mujeres descoyuntadas, asesinos decapitando con una azada, e israelitas siendo secuestradas y maltratadas en directo. Pero el gráfico que cierra estas líneas podría aportar una explicación sencilla: tal vez buscan nuevos caladeros de votos, y podrían haber decidido que el mundo musulmán es prometedor.
Recordemos que Podemos/Sumar no son más que gestores del resentimiento, entre otra cosas porque no tienen nada constructivo que ofrecer –son incapaces se encontrar la media aritmética de una muestra de dos personas que consumen, respectivamente, un cocido y dos cocidos-. Son seguidores de Laclau que, cuando la caída del Muro permitió ver lo que había detrás, propuso desviar su foco de atención desde el proletariado a otros colectivos más prometedores. En concreto propuso la «creación de un (nuevo) sujeto político» a partir de las «demandas insatisfechas» dentro de la sociedad, y por eso se fijó en el cultivo de las identidades que los postestructuralistas habían sembrado en las universidades americanas. De este modo despertar la conciencia de clase fue sustituido por despertar la conciencia de víctima, lo que no les resultó difícil siempre que les ofrecieran privilegios concretos para compensar las injusticias abstractas padecidas por su identidad. Pero -estarán ustedes pensando- quizás las reivindicaciones de estas identidades no sean compatibles; quizás algunas de las demandas insatisfechas no puedan ser satisfechas sin perjudicar otras. Laclau era consciente de ello y aportó la solución; sustituir la razón, con sus penosas exigencias de coherencia y ajuste a la realidad, por el bullshit, que él llamo «significante vacío». Así nació, por ejemplo, el «núcleo irradiador».
Desde entonces, para convencernos de la opresión de las identidades escogidas, los podemitas sumarísticos nos han regañado desde todos los púlpitos a los que han accedido convenciéndonos de que somos un país machista, homófobo, racista y empeñado en dejar la Tierra como Los Monegros –recuerden a Mónica García buscando árboles en la Puerta del Sol con gafas de Predator-. Y reconozcamos que han tenido bastante éxito porque la sociedad es más bien cobardona y cuando los inquisidores avanzan con antorchas se apresuran a admitir sus pecados aunque sean inexistentes. Y también nuestra innata tendencia a ponderar las intervenciones en el foro por sus decibelios y no por la fuerza de sus argumentos.
El caso es que los resultados de Podemos/Sumar en las últimas elcciones no han sido para, ejem, lanzar cohetes (Podemos ya sólo puede presentarse integrado en otro partido, ante la justificada antipatía que concitan sus dirigentes), y por eso la búsqueda de nuevos caladeros es imperiosa. Dirán ustedes que las reivindicaciones del mundo musulmán pueden no coincidir exactamente con la de los colectivos feministas o trans. Ciertamente es difícil salvar esta contradicción, incluso con un par de significantes vacíos, pero a ellos les da igual. A ellos les basta con acceder al poder, vivir bien, mangonear en la sociedad y satisfacer sus prejuicios anticoocidentales. Y con el tiempo, cuando les señalen el paisaje del desastre, se escogerán de hombros y dirán: España, ¡chupito!
Comentarios
Qué gran verdad. Históricamente irreprochable.
Y digo lo que digo una y otra vez :
Preséntese a las próximas elecciones, Don Navarth. Necesitamos su voz , tan clara, tan contundente, tan verdadera, y, al mismo tiempo, tan bien educada de nuevo en El Congreso y en la política.
¡¡¡Por Favoooor !!!
Sobre el gráfico que nos pone la pregunta del millón es: ¿Cuántos está cada país dispuesto a acoger y a cuántos de éstos les va a dar permiso de trabajo y a cuantos de éstos piensa que les va a dar trabajo y cuántos de éstos van a querer trabajar, etc.? Por no preguntar sobre integrar.
Unas cifritas que, modestamente, solicito, ahora que están de moda los objetivos.
Era del millón porque era larga, no porque nos la vayan a contestar, que eso sería del billón.
Don Belosti, aprovecho para expresarle mi alegría de leerle.
La especie humana se divide en hombres, hombrecillos y calamandús.
1,- Los hombres tienen peso moral, aunque su instrucción sea escasa o nula, tienen mucho sentido común, capacidad para interpretar los sucesos de su entorno con ojo certero. Puedes encontrarlos agradables o detestables en algún aspecto, pero tienen valía. Puedes confiar n ellos.
2.- Los hombrecillos tienen poco peso, ideas poco claras, son inseguros y poco fiables. Hay que tener mucho cuidado con ellos.
3.- Los calamandús son seres con apariencia humana que carecen de personalidad. Van acopiando ideas y conductas que adoptan por pura imitación, no tienen capacidad afectiva, intelectual o moral, son puros imitadores de la conducta humana. Hay que mantenerlos lo más lejos posible.
He conocido muchos calamandús a lo largo de las cuatro décadas largas desde aquella tarde memorable, pero Podemos, Sumar et al, han conseguido reunir la colección de calamandús más genuinos que existen. Nunca había visto especímenes tan perfectos.