Pablo Echenique acusa a Margarita Robles de «esconderse en el Gobierno» para no dar explicaciones sobre los espías telefónicos. ¿Por qué no podemos saber cómo está funcionando Pegasus? añade Yolanda Díaz, compañera de partido del primero. Bueno, y de gobierno de la segunda, que esa es la cuestión. Que en este proceso de ir desplazándonos hacia lo excéntrico –o de “mover la ventana de Overton», o de cocernos gradualmente como la ranita- ahora asistimos bastante impertérritos al ataque del Gobierno contra el Gobierno. Como los piratas de Asterix, ya no necesita a la oposición. La ha fagocitado, la han integrado en el Gobierno. ¿No es esto la máxima expresión de la democracia?*
Spain is not different, pero ha aportado particularidades al acervo cultural. En su día, la «guerra de guerrillas», y ahora el «plurigobierno», trasunto perfecto de un país plurinacional, es decir, desintegrado. Podemos llamarlo «taifas gubernamentales», que también tiene resonancias hispánicas, qué más da. Lo interesante es entender la docilidad con la que los ciudadanos degluten las excentricidades –por decirlo suavemente- de un grupo de aventureros –lo mismo- que han accedido al poder.
Hace ya unos cuantos años Neil Postman escribió Divertirse hasta morir. Defendía que el medio de comunicación no es neutro, sino que determina el contenido de la información. El medio es el mensaje, había dicho McLuhan, y la palabra escrita –el libro- propicia una profundidad de pensamiento a la que no acceden las pantallas digitales, que entonces estaban en sus comienzos.
Lo cierto es que la exigencia de lógica – la necesidad de construir cadenas de argumentos unidos por la coherencia- parece haberse relajado notablemente en nuestros días. Ahora un político puede decir una cosa y su contraria y presentarlo orgullosamente como capacidad para cabalgar contradicciones. Y un filósofo puede defender la necesidad de «significantes vacíos» sin que se rían de él, o lo tiren -metafóricamente- al pilón. Sigamos entonces como sugiere Postman, pero la verdad es que no es muy divertido.
* La respuesta es no.
Comentarios
Yo lo veo más como desgobierno falaz.
Al que no le importa mostrarse como víctima de sus propios socios, con tal de seguir siendo ellos los que repartan prebendas a los que nos quieren destruir como Nación. Y si de paso, acaba España destrozada, eso les da igual.