El patrimonio del diputado Marcos de Quinto, desvelado en su declaración ante el Congreso, ha levantado algunas cejas. Es cierto que no ha habido críticas directas por parte de periodistas y tertulianos, pero sí dog-whistle politics: parece haberse asumido que la mera enumeración de propiedades serviría para teñir de sospecha al diputado y su partido.
¿Es justo que unos tengan más que otros? Según Robert Nozick se puede responder con dos enfoques, uno es estático, el otro dinámico. El estático se limita a tomar una foto de la realidad, a compararla con un patrón ideal -por ejemplo, el igualitario- y a sacar las conclusiones correspondientes. Por el contrario el enfoque dinámico analiza el camino que ha conducido a esa situación: una situación será justa si las personas han actuado libremente a lo largo de él.
Imaginemos un gobierno que quisiera acabar drásticamente con la desigualdad en España, que expropiara toda la riqueza nacional –excepto el chalet de Galapagar, claro- y la dividiera a partes iguales entre todos los habitantes. En ese momento todos tienen lo mismo: la igualdad se ha alcanzado. Imaginemos que inmediatamente Rafa Nadal dice: los que quieran verme jugar el próximo año deberán aportar 1€. Supongamos que la mitad de los españoles quiere verlo jugar y aporta la cantidad solicitada. La igualdad se ha roto: la mitad de los españoles tienen la riqueza media, la otra mitad la riqueza media menos un euro, y Nadal la riqueza media + 23.000.000 €. La igualdad ha durado poco. ¿Y bien? ¿Ha ocurrido algo legal o moralmente inaceptable? Este es el ejemplo que Nozick ponía –él usaba a Wilt Chamberlain- para demostrar que la única manera de mantener la igualdad es acabar con la libertad -en este caso, la de Nadal y la de los ciudadanos-.
El enfoque estático observa los resultados; el dinámico en el camino recorrido. Obviamente éste último sólo tiene sentido partiendo de igualdad de oportunidades, lo que exige establecer los mecanismos redistributivos oportunos. Pero para los gestores del descontento, para los populistas que confían alcanzar el poder sobre una masa airada, atizar la envidia y el resentimiento es esencial; por eso el enfoque estático, que siempre revelará desigualdades, resulta mucho más atractivo.
Porque el modelo estático –o de resultado- no se limita a sacar una foto de la situación y a analizar asépticamente las desigualdades: inevitablemente acaba estigmatizando al que le han ido bien las cosas –o ha hecho bien los deberes-. Porque la visión estática acaba asumiendo la falacia de suma cero, que concibe la riqueza como una tarta inmutable -venida de no se sabe dónde- que los ciudadanos se deben repartir: uno sólo puede acrecentar su porción reduciendo las raciones de los otros. Es decir, la falacia de suma cero realiza un promedio imaginario y señala a todos los que quedan por encima de la media, pues necesariamente han obtenido su posición a costa de los de debajo. De este modo, el éxito se convierte en prueba de culpabilidad. Ya no se trata de exitosos empresarios, sino de explotadores y kulaks. Por esa razón la falacia de suma cero penaliza el trabajo bien hecho, impide aprender, estimula la envidia, y canaliza la frustración.
Hay otra razón por la que esta visión es naturalmente atractiva para los populistas: el modelo dinámico debe fijarse en la creación de la riqueza y en el reparto redistributivo; el modelo estático sólo en el reparto. Convierte al político en generoso repartidor de dinero ajeno, lo que le permite crear redes clientelares para alcanzar y mantenerse en el poder. Ese es, posiblemente, el origen de las recientes críticas a las donaciones de Amancio Ortega: los populistas quieren ser los gestores únicos de la bolsa de caramelos. Es el caciquismo de toda la vida –la compra de voluntades con beneficios económicos- pero con dinero ajeno e insufriblemente virtuoso -se permite estigmatizar a los que va a desposeer-. En todo caso, al ignorar el enfoque dinámico, el populista se desinteresa del proceso de creación de la riqueza. Su política acaba consistiendo en ordeñar a la vaca hasta que queda exhausta, y eso explica –tras la momentánea euforia del reparto- la ruina que invariablemente acecha a medio plazo. Por cierto, entender que los populistas optan por el modelo estático/de reparto permite evidenciar una de las más insalvables contradicciones de los populistas españoles: su afinidad por los nacionalistas, empeñados precisamente en negar la redistribución.
Hay otra manera de entender el enfoque estático y dinámico: desde la democracia competitiva de Schumpeter –o, si se prefiere, entendiendo la política como lobbies en acción-. Según esto el enfoque estático/política de reparto sería, sencillamente lo más atractivo para los más desfavorecidos de la sociedad, que por tanto escogerían a los partidos que lo llevasen en su ideario: los partidos se apresurarían a incorporar el enfoque para satisfacer a sus electores-clientes. Por el contrario la visión dinámica sería atractiva tanto para ricos como para creadores de riqueza. Lo relevante de este análisis es que nos permite ver que el predominio absoluto –la “tiranía de la mayoría”- de cualquiera de las dos facciones sería malo: si fuera de la visión estática/política de reparto la creación de riqueza se acabaría extinguiendo –esto se ha comprobado empíricamente siempre que tal predominio ha tenido lugar-. Por otra parte, un enfoque exclusivo en la creación de la riqueza podría llevar a un abandono de la redistribución y el reparto, creando sociedades con grandes diferencias sociales, poco estables y propensas a los cambios traumáticos –también esto es observable en la historia-. Un cierto equilibrio transaccional aquí es recomendable; Isaiah Berlin estará asintiendo desde donde esté.
(Rawls, Nozick y Marx discuten en un restaurante sobre la propina adecuada. Rawls recurre al "velo de ignorancia" para eludirla. Finalmente todos se escapan sin pagar. From https://existentialcomics.com/philosopher/Robert_Nozick)
Comentarios
Me alegro de que vuelva a escribir.
Un aparte. Chimo Puig ha alabado la variedad como forma de desarrollo de la política. Nadie le pregunta ¿Qué entiende ud. por variedad política?
Y que su blog me siga reconociendo, y me permita escribir ( El del Profesor Belosticalle ya no me admite, ni como Anónimo ).
Espero verle, más pronto que tarde, de Ministro de Sanidad, o de Buena Educación, que aunque usted lo niegue, no creo que pudiera haber quienes lo fueran a hacer mejor. Sin endiosarse, y tomando en cuenta a todos, no sólo los que fueran de su mismo parecer...
¡¡¡ Un abrazo !!!